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– En esta época de recortes, cuando se dice que la Cultura es lo menos importante, que los Ayuntamientos recortan por todas partes, como es posible que haya una entidad como Foto-Film Calella que ponga aún más fuerza en el Festimatge?

– Es fácil. La clave es que tenemos ganas de hacer las cosas. Cuando una persona tiene ganas de hacer las cosas, pues las hace. Hay que poner un poco de voluntad, un poco de suerte y mucho trabajo. Así, llegas a donde quieres. Es un tema de querer trabajar o no.

– La gente que quiere trabajar siempre sale adelante…

– Exacto. Más o menos bien, pero siempre sale adelante. El problema de los recortes es que uno debe saber adaptarse a lo que tiene. No hay que estirar más el brazo que la manga, como se dice en catalán. Debes saber adaptarte a la situación. En el mundo de hoy en día… o te adaptas o estás muerto. O te matan. No hay otra opción.

– ¿Estás muerto?

– Bueno, no es que estés muerto. Es que te matan.

– ¿Habla del ambiente que se vive en el mundo laboral, en las empresas, como en lo que se vive en la calle?

– Es así. Entonces, es una cuestión de encontrar gente que quiera trabajar. También debes tener un poco de apoyo de tu Ayuntamiento. Es un cóctel. Es fácil. El problema es si la gente se cansa de trabajar. Aquí es cuando comienzan los problemas. Realmente, esta crisis que estamos viviendo es una crisis de ideas y de querer trabajar.

– ¿Una crisis de ideas?

– Es que la crisis económica no la puedes evitar, pero esta otra crisis, la crisis de las ideas o de las ganas de trabajar… esta crisis sí que la puedes evitar. Hay que trabajar con lo que tenemos. Es la teoría china: yo como porque tengo un grano de arroz. Si no tuviera granos de arroz, no comería. Y si tengo dos granos de arroz, pues entonces abro una tienda. Con tres granos de arroz, entonces ya puedo exportar. Esto es lo que hay que hacer. No hay nada más.

– ¿Cómo se puede mantener el nivel del Festimatge cada año pero con el mismo dinero o, incluso, con menos financiación.

– Siempre con menos dinero…

alt– … pero la calidad se mantiene.

– La gente también se adapta. Cuando había vacas gordas, todos el mundo pedía mucho dinero. Como lo tenías, o lo podías encontrar, no había ningún problema. Pero ahora la gente se adapta. Todos hemos bajado dos o tres escalones. O tres pisos. Ahora la gente también ve las cosas de otra manera.

– ¿Es un tema de voluntad?

– Es cuestión de actitud. Aquí el tema es no gastar en cosas que no valen la pena. Hay que eliminar las cosas superfluas. Si antes se hacía una cena, pues ahora no se hace. Haremos un buffet. O no habrá flores para decorar en el hall del cine de Calella. Hay que adaptarse o morir. Mejor dicho, hay que adaptarse o te matan. Ya está. No tiene más.

– Muchos festivales han tenido problemas serios este año y no se harán.

– Cada año te duele ver que algún festival se queda por el camino. Es una pena.

– El año pasado, usted dijo que el Festimatge había llegado a un nivel en el que mucha gente ya venía en Calella a ver exposiciones concretas, que muchos aficionados a la imagen ya tienen esta cita como un referente.

– Es cierto. Si somos capaces de aguantar un par más de ediciones más, tengo la sensación de que tendremos que empezar a decir: tú, no. A ti, sí>. Quiero decir que tendremos que empezar a elegir entre la gran cantidad de gente que quiere participar en nuestro Festival. Estamos en el punto justo de ser un certamen de referencia, aunque no me gusta decirlo. Cuando dices que eres un certamen de referencia, entonces quiere decir que ya no puedes tirar más arriba. Tras ser una referencia, ¿qué te queda? Nada. No puede ser. Pero sí es bueno que la gente te conozca. La gente ya sabe qué es el Festimatge y, entonces, nosotros podemos entrar en una dinámica diferente de negociación.

– ¿El Festimatge ha llegado a este punto? Ya es conocido en el mundo de la fotografía y el cine?

– Estamos en el punto que somos como una galería de arte. Hay galerías que nadie conoce. Hay galerías que todo el mundo conoce, a las que todo el mundo quiere ir. Nosotros somos una gran galería de fotos. Si conseguimos que la gente que venga se encuentre cómoda, pues este es nuestro objetivo. La idea es simple.

– Simple pero funciona.

– Funciona porque en este mundo funcionan las cosas simples, las cosas que no tienen plumas. Los pollos nadie se los come con plumas. Por ello, la gente se lo come. Es simple.

– ¿Y qué augura que puede ser este Festimatge 2013?

– Una edición mejor que la del año pasado pero peor que la del año que viene. Ésta es nuestra filosofía. Mientras tengamos este talante de luchar por superarnos cada año, entonces quiere decir que vamos por buen camino. Queremos evolucionar para ser cada vez mejores y adaptarnos. No queremos ser la referencia del mundo mundial. Cuando lo eres, entonces mejor que lo dejes.

– Si llegas al nivel de Perpiñán, del “VISA Pour la Image”, más arriba que eso ya no se puede estar. ¿Es eso a lo que se refería?

– Perpiñán ya se ha visto que no está funcionando, seguramente porque ya ha llegado a donde tenía que llegar. Su idea, quizás, está agotada. No funciona. Si eres el referente, malo. O te vuelves a inventar o estás muerto.

– Porque entonces sigues por rutina.

– Y eso no puede ser. Tienes que encontrar cosas nuevas. Si nosotros nos tenemos que reinventar, lo haremos cada día.

– ¿Qué objetivo se marca en su mandato como presidente?

– Llegar a mañana. Si llego a mañana, ya tengo suficiente. Las cosas no se pueden pensar a largo plazo hoy en día. La filosofía buena es tener un festival que, de alguna manera, en Foto-Film Calella haya ilusión por organizarlo año tras año. A partir de ahí, no sabemos dónde nos llevará todo esto.

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