En estos momentos, nuestros compañeros, los presos políticos saharauis de Gdeim Izik, están volviendo a ser injustamente juzgados. Tras la anulación del juicio militar, ahora se les está juzgado por segunda vez (y el mismo motivo) en un Tribunal Civil en Marruecos. Juicio, que, pocos medios de comunicación hablan de él, siendo así cómplice del país ocupante, Marruecos.

Cabe recordar que según la normativa internacional vigente, Marruecos, no tiene soberanía sobre el Sáhara Occidental, por lo que no puede juzgar a sus ciudadanos. Ya son más de 6 los años que llevan encarcelados injustamente en la Cárcel de Salé, Rabat. Tras su participación en lo que fue el inicio de la Primavera Árabe, allá por Octubre de 2010, cuando se levantó el Campamento de Gdeim Izik. Campamento levantado a base de la desobediencia civil pacífica saharaui, con el objetivo de reivindicar derechos sociales y políticos.

Es momento de mostrar una vez más, de una forma clara y contundente nuestro pleno apoyo y solidaridad a los presos políticos de Gdeim Izik, que desde su encarcelación, han sufrido malos tratos, tortura e incluso violaciones sexuales dentro de las cárceles. Y solidarizarnos con sus familiares y amistades, ya que de forma conjunta, ellos también sufren, al tener que viajar miles de kilómetros para poder visitar a sus seres queridos.

Solicitamos a la solidaridad internacional, organizaciones defensoras de derechos humanos, organizaciones políticas, movimientos sociales y demás que manifieste la más profunda repulsa a todas políticas represivas que el estado Marroquí somete al pueblo saharaui, en los Territorios Ocupados. Llevando a cabo todas esas movilizaciones y acciones que os parezcan oportunas. Todas. Una vez más, la solidaridad internacional va a ser clave en la resolución del conflicto y clave también en la solicitud de la inmediata puesta en libertad de los presos políticos de Gdeim Izik.

Nuestros compañeros nos necesitan, y ahí debemos estar. No nos neguéis la mirada.

*Hassana Aalia, de 26 años, activista saharaui de Derechos Humanos, refugiado político en España, fue condenado a cadena perpetua por un Tribunal Militar marroquí tras participar en 2010 en el campamento de protesta pacífico de Gdeim Izik, a 12 kilómetros de El Aaiún (Sahara Occidental).

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