Barcelona aún conserva más de 300 refugios que el régimen franquista preparó a partir de 1943 para contener a la población y evitar la evacuación de la ciudad ante un posible ataque exterior. La planificación fue arrebatada de la Defensa Pasiva republicana, una metodología defensiva coordinada por los ciudadanos que fue ideada en 1935 por Niceto Alcalá Zamora y mejorada durante la guerra por Manuel Azaña. En la imagen, escombros existentes en la entrada del refugio antiaéreo 547, en la calle Fernández Duró (Distrito Sants-Montjuic). Foto: ICUB.
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