altSiguiendo ya una tradición navideña para nosotros, a principio de diciembre, fuimos de nuevo a Inglaterra a construir un nuevo Árbol de Navidad Consumista, a imagen del que llevamos a cabo el año pasado en Durham para el festival Lumiere.

 

 

 

Siguiendo ya una tradición navideña para nosotros, a principio de diciembre, fuimos de nuevo a Inglaterra a construir un nuevo Árbol de Navidad Consumista, a imagen del que llevamos a cabo el año pasado en Durham para el festival Lumiere.

 

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Esta vez lo hicimos en Stoke on Trent, un pueblo industrial en la región de Midlands del Oeste y por supuesto, también contamos con los vecinos para llevarla a cabo. En primer lugar, les pedimos que nos donaran sus bolsas de la compra, y después invitamos a todos los que quieran, particulares, asociaciones de vecinos y alumnos de colegios, a que nos ayudaran con el montaje de las bolsas, con las que dimos forma al nuevo árbol.

 

Siete días de workshops, más de 2.000 bolsas donadas y rellenas con plástico reciclado de los comercios de alrededor, una estructura hecha con material prefabricado y 4 días de montaje, fueron necesarios para llevar a cabo este árbol de más de 6 metros, que quedó instalado en la confluencia de dos calles principales, justo delante del centro de salud municipal.

 

La idea de la instalación, la misma que el año pasado, representar mediante una forma simbólica y universalmente reconocible, por un lado, el exagerado consumo de bolsas de plástico, y por otro, el despilfarro de estas fiestas, que han relegado el sentido religioso y tradicional de estas fiestas, para convertirlo en un periodo de incitación al consumo sin control.

 

Este año además, nos gustaría también llamar la atención sobre la preocupante desaparición del comercio tradicional, que en países como Inglaterra se hace patente, ya que prácticamente han desaparecido los comercios tradicionales reemplazados por otros más modernos, franquiciados y estandarizados. De esta manera, se consigue convertir las zonas comerciales, en réplicas exactas las unas de las otras.

Examinando las bolsas que nos han sido donadas , no nos ha hecho falta andar por las calles, para constatar que se compra en poco menos de 15 franquicias de la zona, ya que son sus bolsas, de todos los tamaños y colores, las que ocupan la mayor parte de la superficie del árbol.

 

Ya tratamos el tema franquicias y navidad el año pasado por estas fechas, la intervención se llamó Corazones de papel antifranquicias. Este año, el tema ha quedado evidenciado en el árbol.

 

Nos preocupamos sobremanera esta manera anglosajona de entender la ciudad, y desgraciadamente en grandes ciudades como Madrid, también se pretende atraer turismo internacional con todo tipo de estrategias de promoción, una de las cuales consiste en que el turista se sienta como en casa acudiendo a establecimientos que les son familiares en sus contextos. Así, el pequeño comercio tiene difícil sobrevivir, ya que no puede competir con los altos precios del alquiler y los amplios horarios de apertura.

 

Queremos dar las gracias en primer lugar al querido Koldo Camacho, que con su bien hacer y su don de gentes, fue capaz de sacar adelante los workshops. También a la gente de Appetite que ha producido la pieza, creando la estructura sobre la que nosotros hemos pegado las bolsas.

 

Y sobre todo agradecer la colaboración de los vecinos, que nos donaron las bolsas, también de los voluntarios, asociaciones de la zona y alumnos de los colegios de alrededor que nos ayudaron en el montaje.

 

El árbol tiene pensado queda

 

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