La Guardia Civil ha detectado que en los últimos meses los delincuentes de las organizaciones narcotraficantes que operan en España están utilizando armamento militar.

Así sucedió hace unas semanas, cuando los agentes del cuerpo armado desarrollaron una operación el pasado 22 de mayo que llevó a la incautación de 2.500 kilos de hachís y se saldó con la detención de nueve individuos en la desembocadura del río Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda, en la provincia de Cádiz.

En esa ocasión, los delincuentes que participaban en la descarga del alijo de una embarcación tirotearon a los agentes. Entre las armas incautadas, según informa El Español, se encontraron armas automáticas y fusiles de asalto del calibre utilizado por los aliados de la OTAN.

¿Desvío de material militar?

Incidentes como este hacen pensar que desde hace dos años las armas que diversos países están proporcionando a Ucrania para utilizar en el conflicto que mantiene con Rusia se están extraviando por el camino y están siendo desviadas al mercado negro, para acabar, finalmente, en manos del crimen organizado.

«La tendencia ha cambiado», aseveran fuentes de la lucha antidroga a El Diario de Cádiz, que han observado que desde hace un par de años «los narcos llevan fusiles más modernos, muchos de ellos americanos, otros de fabricación europea, y que los viejos AK-77 han desaparecido».

Al parecer, las armas saldrían del propio suelo ucraniano. Los envíos de sus países aliados sufren numerosos controles, por lo que es más difícil que se sustraigan antes de llegar. Una vez allí una parte podría estar siendo desviada de su destino oficial y acaba en manos de delincuentes, sobre todo dedicados al tráfico de drogas, como es el caso de los narcos de Sanlúcar de Barrameda.

En el caso de España, la semana pasada el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió con el líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, y ambos firmaron un acuerdo por el que España se comprometió a aportar más de 1.000 millones de euros a Ucrania en materia de apoyo militar durante un periodo de 10 años.

Según advierte el último Informe Anual de Seguridad Nacional, del Ministerio del Interior de España, «los conflictos armados constituyen un riesgo importante a medio y largo plazo, especialmente en lo que se refiere a la mayor disponibilidad de armas de fuego y su posible desvío hacia el comercio ilegal de armas de fuego».

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