Carme Arcarazo, portavoz del Sindicat de Llogateres de Catalunya, ha comparecido este lunes ante el Congreso de los Diputados con una pregunta muy clara para los parlamentarios: “hace falta que ustedes se pregunten para quién trabajan”. Lo ha hecho recordando que en la cámara 287 diputados acumulan la friolera de 615 viviendas.

La portavoz del Sindicat ha descrito el sistema rentista la brecha social creciente que está provocando. Los rentistas son hoy el doble de ricos que los inquilinos, incluso antes de cobrar el alquiler, y los caseros son el grupo de mayor renta de España. Por una parte, los inquilinos somos cada vez más pobres, y los caseros cada vez son menos y tienen más propiedades. En otras palabras, el alquiler es una transferencia mensual de los bolsillos de la mayoría más humilde a la minoría más rica de este país.

Asimismo, ha aclarado que hay quien ha buscado confundir ‘propietario’ con ‘casero’. No es lo mismo alguien que tiene 6 pisos y puede vivir de rentas (es decir, del trabajo de otros), que un trabajador que se ha hipotecado durante 30 años para comprarse un piso y lo utiliza para lo que sirven los pisos, para vivir.

En su intervención, además, ha recordado el papel cómplice de las instituciones políticas con este sistema rentista. No es la primera vez que el Sindicat de Llogateres visita el Congreso de los Diputados, “hemos venido aquí muchas veces a proponer y negociar leyes, pero no les ha dado la gana”. Para defender la libertad abstracta del mercado, se está diezmando cada día la libertad real y concreta de la gente corriente a través de una suerte de impuesto.

“¿150.000 personas salen a las calles y su respuesta es dar otro bono joven de alquiler que acabará automáticamente en manos de los rentistas? ¿Hay alguien al volante?”, ha preguntado.

Cuatro soluciones para cuatro caras del problema de la vivienda

Arcarazo ha identificado cuatro problemas que los inquilinos viven diariamente y cuatro soluciones de implementación inmediata para darles respuesta.

El precio del alquiler, que prácticamente se ha doblado en la última década. Por este motivo, no basta con congelar los precios: es necesario bajar los alquileres un 50% de forma inmediata.

La inseguridad y chantaje al que se ven sometidos los inquilinos cuando finaliza el contrato de alquiler. A diferencia de otros paises europeos, en España los contratos de alquiler no se renuevan automáticamente sino que, a su terminación, el casero puede optar libremente por no renovarlo. Se trata de una extorsión a gran escala. Los alquileres deben ser indefinidos.

Ante un debate que insiste constantemente en que este es un problema de oferta, hay que recordar que el 14% del parque de vivienda está vacio, que el 10% de las viviendas en alquiler se han desviado a usos turísticos y que el 70% de los anuncios en Barcelona son ya de alquiler de temporada. Las viviendas son para vivir, y hay que recuperar las viviendas de usos anómalos.

Finalmente, Arcarazo ha recordado que la mayoría de compras de vivienda actualmente las están haciendo inversores, de forma que se está concentrado la propiedad. El 60% de las compras de vivienda se están pagando al contado y entre 2008 y 2020, y la mitad de las viviendas que se compraron fueron a nombre de empresas con más de 8 inmuebles. Para poner fin a la acumulación de viviendas hay que prohibir las compras especulativas y deplegar un sistema impositivo progresivo que grave más la multipropiedad.

Los diputados deben aplicarlas urgentemente y dejar de utilizar una supuesta complejidad inexistente del problema para justificar su inacción. “Todas estas medidas son realizables, podrían ponerse a ello mañana si quisieran. Solo hay un obstáculo, tomarlas en consideración significaría tocar los beneficios de la minoría rentista.”.

Los inquilinos no podemos más, vamos hacia la huelga de alquileres

Ante la inacción de los gobiernos, o su complicidad directa con el rentismo y el negocio inmobiliario, las organizaciones inquilinas se han puesto en marcha. “Si hay expertos de vivienda en este país somos los miles de personas que estamos dando la cara cada semana porque el gobierno no hace nada”.

Por esto, ante el miedo que mucha gente inquilina tiene de que no le renueven el contrato o que le suban el alquiler, acude a un sindicato y no al gobierno. “Nosotros tenemos un problema, pero si nos organizamos igual el problema lo empiezan a tener ellos”, ha aseverado la portavoz.

El próximo sábado 23 de noviembre, el Sindicat de Llogateres se manifestará en Barcelona bajo el lema “S’ha acabat, abaixem els lloguers”, y está preparándose ya para la huelga de alquileres. “Cada semana nos llega gente que dice que no puede más y que si los políticos no actúan, lo haremos los inquilinos”.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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