Con una publicidad que no ha tenido ninguna otra de las iniciativas de la izquierda hasta el día de hoy, Arcadi Oliveres y Teresa Forcades presentaron, con todo tipo de detalles y por televisión, su Proceso Constituyente (PC) para Catalunya.
Pero, ¿Por qué aparece ahora? ¿Por qué, después de que, por primera vez, una fuerza rupturista por la izquierda, la CUP-AE entraba al Parlamento? ¿Por qué, cuando en los últimos años, las CAV y otras opciones municipalistas estaban consolidando espacios de representación y definían en Contruïm Alternatives (Construímos Alternativas) la voluntad de construcción de un referente político? Se puede responder: para unirlas.
Pero para unir algo no se crea una nueva alternativa, se trabaja con las que ya hay, se potencian los espacios existentes, se les propone abrirse a otros colectivos, y si quieren Arcadi Oliveres y Teresa Forcades se suman y refuerzan la confluencia. Pero no, no ha sido así. Al contrario, se hace un consejo de sabios, y se lanza la propuesta alrededor de dos figuras: Teresa Forcades y Arcadi Oliveres.
Proceso constituyente en Catalunya
Fue en abril pasado cuando que apareció el PC de Oliveres-Forcades a los pocos días de que bajo el título de «Hacia un proceso constituyente» se hacía un debate organizado por la Fundación Nous Horitzons (Nuevos Horizontes) de Iniciativa per Catalunya (IC) con destacados dirigentes de IC, el exdirigent de ERC, Ignasi Llorente; el líder de la corriente Avancem (Avanzamos) del PSC, Joan Ignasi Elena; el jefe de filas de EUiA, Joan Josep Nuet, es decir, la izquierda de los gobiernos tripartitos. Rápidamente Joan Herrera, expresó su simpatía a Forcades y a Oliveres. Tampoco era ha sido muy sorprendente porque Arcadi Oliveres había hecho explícito el objetivo de unir IC y la CUP en su candidatura…
Pero, como siempre, es decisivo aclarar cuáles son los objetivos de la unidad para responder definitivamente a la pregunta inicial del porqué ahora. La respuesta es sencilla. ¿Se trata de romper con el capitalismo -término que no se menciona en ningún momento en el manifiesto del PC?, o ¿De buscar una imposible humanización del sistema? ¿Se trata de potenciar una unión de fuerzas para ponerlas al servicio de la lucha contra los desahucios, los recortes y los próximos presupuestos, o de un proyecto electoral? Si de lo que se trata es de hacer una coalición esencialmente electoral para aceptar la política “del posibilismo dentro del sistema y del régimen” que IC-EUiA practicó dentro del tripartito: la de Saura con los Mossos d’Esquadra, o los acuerdos sobre privatizaciones de la gestión del sistema sanitario o de los principales ejes de la LEC… La respuesta es que para este tipo esta unidad, no gracias.
No hay que ir muy lejos para ejemplificar de lo que estamos hablando. Josep Vendrell de IC- EUiA el 13 de marzo, en la interpelación al Gobierno sobre la estabilidad presupuestaria y la deuda (tram. 300-00015/10), deja bien claro el tema de la deuda, dirigiéndose al Consejero Mas Colell: “Si usted me ha escuchado bien yo no he dicho: «No pague.» Yo le he dicho: «Es necesario en estos momentos renegociar, plantear la renegociación, con las entidades financieras.». En el último debate de política general de octubre en el Parlament de Catalunya, más allá de las diferencias que tuvimos respecto a las posiciones de la CUP-AE, se decía textualmente “no pagar la deuda”. ¿Cuál es el punto de la unión de ambas posturas políticas? En el programa de la CUP-AE se llama a la ruptura con la UE y IC-EUiA dice que hay que mantenerse y reformarla: ¿Dónde se encuentra la unidad? ¿Por qué no dice nada el manifiesto de Forcades-Oliveres respecto a esto? Mucho nos tememos que entonces empezará aquello lo de “buscamos un programa de mínimos” que es muy adecuado cuando todo el mundo tira del carro hacia caminos parecidos, pero ¿Qué pasa cuando se para el carro cuando los bueyes tiran hacia direcciones contrarias? ¿“Capitalismo humano” o anti-capitalismo de verdad y socialismo?
Es cierto que Teresa Forcades reúne a gente como nadie, gente de la que carecemos las alternativas de izquierdas. Es uno de los argumentos más utilizado por un amplio sector que le da apoyo. Pero, ¿A cambio de qué? Si la respuesta a los problemas no es clara, permitidnos pensar que estamos estar, más allá de la voluntad de Arcadi Oliveres o Teresa Forcades, ante –se quiera o no- un intento de abortar un proceso real de construcción de una alternativa política al sistema capitalista y al régimen monárquico que se viene gestando en torno a la CUP-AE, a las CAV- Construïm Alternatives, a la izquierda revolucionaria, a movimientos sociales y a muchos trabajadores y jóvenes que la ven necesaria. Más bien estaríamos ante la recolocación de IC para dar el abrazo del oso a los intentos de construcción que salen a su izquierda, o si no lo consigue, esterilizar la ruptura reconduciéndola a la reforma. Por eso parece, como mínimo, poco prudente que organizaciones de la izquierda revolucionaria como Revolta Global (izquierda Anticapitalista), En Lucha o Corriente Roja apoyen el Proceso Constituyente. ¿Avalan cualquier proyecto si atrae mucha gente? ¿Piensan que también parte de la gente que los apoya lo hace porque confía en ellos o, como mínimo, los tiene en cuenta para evaluar un proyecto?
Cuando escuchamos a Teresa Forcades en la entrevista con Antoni Basses en el diario Ara del 04/10/13 (1), respondiendo a la pregunta sobre qué futuro quiere, la respuesta es bastante clara: “… yo quiero salir al paso de este estereotipo de que la iniciativa privada dentro del capitalismo es donde té más margen de maniobra y que en cualquier otro alternativa se vería reducida… No, si así fuera yo sería capitalista… yo estoy por la libertad y por la iniciativa privada, la iniciativa privada no equivale necesariamente individual” y reivindica el ejemplo de su monasterio y la cerámica que hacen. Y después de proponer como salida “estimular el cooperativismo,… que es lo que siempre han hecho los empresarios y empresarias, asociarse porque hay intereses comunes…” concluye con un ejemplo de pago de salarios donde dice que el capitalismo es “éticamente insostenible”. O sea que el problema es sólo ético –el modelo de la Iglesia no es muy afortunado en este terreno- y dado que ya ha dicho que su alternativa no reduciría la iniciativa privada –ni en los medios de producción, que es la base del capitalismo- y no la justicia o injusticia salarial-, la conclusión es que la unidad que propugna es para conseguir un capitalismo que sea ético, humano… También lo dijo con una otra entrevista con Mónica Terribas donde decía que en su movimiento también tenían un lugar personas de derechas, o al acto de Badía del Vallès donde llamaba a los empresarios…
Pronto veremos si efectivamente hay voluntad de construir una amplia unidad para la lucha o no. Pronto entraran los presupuestos con un pago de la deuda que se va comiendo las finanzas y se anuncian más recortes y entonces tendremos que ver si de lo que se trata es aceptar la “renegociación” del pago de la deuda con las entidades financieras o pedir que se paralice el pago para hacer frente al paro y los servicios públicos. Si de lo que se trata es preparar la movilización en la calle o de ir preparando una candidatura.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.