Catalunya está experimentando un envejecimiento de la población que está acentuando las desigualdades entre territorios. Cinco comarcas del interior ya tienen más de un 25% de pensionistas, principalmente población jubilada. El Gobierno catalán alerta que estas comarcas cada vez tienen menos población joven, un fenómeno preocupante que también reconocen los ayuntamientos locales.

Las comarcas más afectadas por el envejecimiento son el Berguedà, el Ripollès, la Terra Alta, el Lluçanès y Les Garrigues, donde el porcentaje de pensionistas supera el 25%. Estas zonas han sufrido la fuga de la juventud debido a la falta de oportunidades laborales, ya que la industrialización de la agricultura ha reducido la demanda de mano de obra. Lluís Torrents, secretario de Asuntos Sociales y Familias, señala que, si no se desarrollan nuevas actividades económicas, la despoblación continuará.

El Gobierno catalán prevé que la población jubilada de más de 85 años se duplicará en el año 2050, lo que exige la creación de nuevos centros de asistencia para personas mayores, lo que podría crear puestos de trabajo y atraer población joven. Los ayuntamientos reclaman mejoras en las infraestructuras para retener a la población joven. Por ejemplo, el alcalde de Berga, Ivan Sánchez, critica la mala comunicación de la ciudad, que aleja a posibles residentes que no confían en el transporte público para desplazarse a trabajar.

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