Des Esseintes, personaje de la novela A contrapelo del escritor francés Joris-Karl Huysmans (1848-1907) viajó por el mundo sin salir de su cuarto; en cambio, Cees Nooteboom (La Haya, 1933) a los 17 años se fue de casa en una bicicleta, creyendo que podía volar. Cees Nooteboom tal vez no estaba muy seguro de lo que hacía, pero tenía claro que se comería todos los sustos para abrir las alas o al menos intentarlo y perderse fácilmente por el universo real. Prefirió aferrarse a pedales, acomodarse en trenes, dormir en literas de barcos y encerrarse, solo por unas horas, en aviones que aterrizaron en tierras ancestrales con la finalidad de encontrar las huellas que el paso del tiempo dejó para el presente.
La experiencia de pedalear hasta Bélgica no estuvo mal, viajar sin embargo fue algo que lo marcó para el resto de su vida. A los 21 años en la biblioteca pública de Hilversum escribió su primer libro Phillip y los otros cuya publicación en 1955 lo catapultó a la fama. En 1957 tenía 24 años y se embarcó como mozo en un buque con rumbo a Surinam y llegó por primera vez a los trópicos, vio de cerca la pobreza y rápidamente se dio cuenta de que el mundo real era diferente del que había forjado el pequeño soñador solitario que habitaba en su alma errante y del que luego se valió para volcarlo todo en eso que comprenden los registros múltiples que conforman su obra.
Tendrían que transcurrir 60 años de viajes, poemas, ensayos y novelas, para que se viera en el reflejo de los 30 espejos que ahora con palabras le roban un poco de luz.
Y es que son 30 autores de diversas partes del mundo quienes elaboran, en Universo Cees Nooteboom, (Candaya) una visión muy personal de la obra de este autor que de manera infatigable, desde aquel día que salió de casa en una bicicleta no ha dejado de viajar para contarlo todo con las palabras que le dictan las voces de su interior.
Quienes desconozcan su obra, en Universo Nooteboom podrán tener un completo acercamiento y, para los que ya lo conocen, lo celebran y admiran el libro es un estupendo registro donde confluyen autores como Juan Villoro para quien Nooteboom “es un pasajero literario capaz de convertir las peripecias del trayecto en estados del alma”. Alberto Manguel escritor, traductor y editor, elabora un análisis significativo de lo que es la obra de este autor que tiene absoluta confianza en el lenguaje, dice que “uno entra en la obra de Cees y ya está desde la primera página de cualquiera de sus libros ante, vamos a decirlo así, una obra maestra, un gran escritor, un escritor de genio”. László Földényi habla de los aspectos míticos y las señales de las descripciones de sus viajes y se pregunta: ¿de dónde viene el sentimiento tan fuerte de comunidad que experimento cuando leo sus libros? ¿De dónde viene esta sensación de reconocimiento que por un instante me hace creer que he estado en sitios en donde segurísimo nunca he estado? Jesús Ferrero reseña Los zorros vienen de noche, libro de relatos que giran alrededor de un tema que obsesiona a Cees Nooteboom: la muerte y que parece un libro interminable… como la misma muerte.
En el libro podremos encontrar algunos rasgos filosóficos de su obra, comprender la poesía de Cees Nooteboom, desmembrar los vasos comunicantes de su narrativa, el trasfondo de sus diversos ensayos y sus rica experiencia en torno al viaje, además de contar con relatos de Victoria de Stefano, Jaime Priede y Valeria Luiselli que escribe un relato inédito con Nooteboom de protagonista y viaja con él a bordo del Zuytdorp en el año de 1712, el mismo barco al que Cees Nooteboom en palabras finales le pedirá volver.
Culminan el volumen ensayístico dos entrevistas abordadas desde visiones muy particulares, el destacado periodista Piet Piryns y una aportación más de Alberto Manguel, ambos expertos en la obra del escritor holandés.
Nooteboom tiene ahora 80 años, “un número que va en una dirección que a lo mejor no es lo más agradable pero yo me siento bien”, confirma el autor decidido a ir en la dirección que le marca el destino, un destino que se lo ha forjado con el impulso de alguien que de manera humilde asevera “yo solamente he escrito algunos libros”. Todavía tiene energía para seguir viajando. En enero de 2014 preparará maletas para internarse en la selva del Perú. Tal vez ahí le venga mejor retomar la bicicleta, pero imagino que probará la experiencia de la canoa o el peque-peque.
El universo Cees Nooteboom
Publicar Universo Nooteboom es un orgullo, pero también “es el triunfo del entusiasmo”, para Olga Martínez y Paco Robles, editores de Candaya, no obstante ellos señalan que el arduo proceso de edición y todo lo concerniente al trabajo de campo para este, exclusivo material, ha corrido a cargo de Astrid Roig (Barcelona, España, 1969) traductora y profesora de lengua y literatura castellana en el instituto Lluís Domènech i Montaner de Canet de Mar; y Erik Haasnoot,(Katwijk aan Zee, Países Bajos 1968) traductor y realizador de documentales (en 2008 dirigió la película Bolaño cercano para el libro Bolaño Salvaje también editado por Candaya) Para esta ocasión Haasnoot además haber trabajado en una película de 60` que lleva por título Desvío Nooteboom donde podremos ingresar a la intimidad creadora de Cees Nooteboom y acompañarlo por algunos de sus viajes; así como asistir a la conversación que sostiene con Alberto Manguel, que se suma al novedoso testimonio de amigos y mejores lectores del escritor neerlandés: (el fotógrafo holandés Eddy Posthuma de Boer, el editor y escritor Jacobo Siruela, el compositor Benet Casablancas y el pintor y poeta Miguel Ybáñez) todos ellos contribuyen a perfilar el acercamiento a la figura de Cees Nooteboom que para muchos es uno de los mejores escritores de este siglo.
Cabe destacar la aportación de editorial Candaya con su colección de ensayos, a la reafirmación de una buena parte de lo que se podría denominar, aunque ellos más bien lo consideran una elección personal, el canon de la literatura hispana y es que los libros (Vila-Matas portátil, sobre la obra de Enrique Vila Matas, Bolaño salvaje, acerca de Roberto Bolaño, El lugar de Piglia, en relación con Ricardo Piglia, Ronda Marsé, sobre el premio Cervantes Juan Marsé y Materias dispuestas, para aproximarse al trabajo de Juan Villoro), ofrecen al panorama de las letras hispanas una aportación ensayística y visual (cada libro ofrece una película), totalmente inédita sobre la obra de cada uno de estos autores.
Ahora bien, Universo Nooteboom se desvía en cierta medida de esta línea ensayística establecida por la editorial, pero con el aliciente de que el desvío es más bien para adentrarse en el mundo de un escritor clásico capaz de dar claves para entender el siglo que estamos viviendo.
Lo que Nooteboom piensa del universo
Para Cees Nooteboom ver publicado un libro de ensayos acerca su obra “ha sido un momento de gracia”. Y aunque no es un libro escrito por él sabe que acontecimientos, fechas y, claro, sus libros; están ahí dentro en palabras de otros, voces lejanas que en cierta manera se ven reflejadas en la voz de él.
Dado el elevado nivel de los autores que hablan de su obra, a Cees Nooteboom le ha parecido “un trabajo increíble” y admite, consciente de ser el centro de la atención que “los elogios son muy difíciles de digerir”. Considera que es una mirada diferente a la mirada nórdica lo que algunos autores han escrito. Y piensa que quizá “he escrito más para el sur que para el norte, no lo sé”, duda con humildad a la hora de hacer balance de su obra. Este escritor de alma grande aclara sin embargo no ser ningún académico y que solamente ha escrito algunos libros”. “Mi vida es poesía y viajar. Inventar historias y narrarlas”.
Un día de 1950, Cees Nooteboom salió a la puerta de su casa acompañada de su bicicleta. Miró el cielo como las puertas de su vida, las almas vivientes de la Segunda Guerra Mundial, tenían la sangre fresca y exigían un mundo mejor, aun así ese año se creó la Stasi, en Barcelona la dictadura franquista fusiló al anarquista Manuel Sabater, en Moscú, Stalin y Mao firmaron un pacto de amistad entre China y la Unión Soviética. Ese año también murió George Bernard Shaw y Bertrand Russell, el hombre que no estaba seguro de nada, fue galardonado con el premio Nobel de literatura.
Cees Nooteboom se subió a la bicicleta y comenzó a pedalear, tenía 17 años, desconocía lo que le esperaba y, mucho menos, en lo que se terminaría por convertir: Poeta, escritor, ensayista y periodista. Ahora en 2013 conserva el recuerdo de aquella bicicleta y aun cuando ya es un hombre de los que saben demasiado con ternura se ve reflejado en cada uno de aquellos jóvenes que pedalean con mochilas a la espalda y a los que les lleva distancia; la distancia del hombre que ha visto el mundo en cientos de viajes, la distancia de miles de experiencias que no se cansa de repetir: “aventurarse, tomar un avión y después ir a la estación de autobuses, subir al primer bus y seguir hasta cualquier parte”. A pie, en avión, en tren, en barco o en bicicleta pero nunca detenerse, porque en lo que respecta a los caminos del universo uno puede escoger cualquiera, mejor si se escoge al azar pues lo único importante y valioso para no cesar de reflejar el alma como en un espejo siempre será seguir: pedalear y seguir pedaleando; seguir peleando.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.