El tópico (parcialmente cierto) de la victoria que supone una retirada a tiempo debería combinarse con un nuevo refrán sobre el triunfo de los retornos oportunos. En una época de refritos, tributos y, especialmente, sonados regresos de nostalgia recaudatoria (Police, Pixies, Madness o el caso extremo y patético de Sex Pistols) reconforta ver que The Feelies y The Cars están de vuelta con algo interesante.
En ambos casos han pasado veinte años desde su última apuesta musical, dos décadas de cambio vertiginoso en las que se ha intercalado el derrumbamiento de la industria discográfica con la muerte del formato cd, la mitificación del vinilo, la lucha por los derechos de autor y el frenesí de las descargas, que acarrea la acumulación impulsiva de mp3 con poco tiempo para profundizar (el ansia materialista de poseer, propia del sistema capitalista y de la cultura actual del fast food).
Mucha paja, poco criterio y ausencia de grandes bandas que lideren, instauren o exploren alguna vía distinta. Por eso en ciertos casos se agradece que músicos de generaciones anteriores vengan a impartir alguna lección y a marcar la pauta. Sin que nadie se lo haya pedido y sin ningún afán de protagonismo. Dos ejemplos bien claros para inaugurar la sección musical, cuya primera entrega se inscribe en la categoría de “Comebacks”.
THE FEELIES: “HERE BEFORE” (2011)
Este quinteto de Nueva Jersey, nacido justo en la explosión del post-punk, podría haber vivido de rentas y esperar que los viejos laureles reverdecieran (tirar de un álbum de culto como “Crazy rhythms”) pero han optado por lo contrario. O sea, doce temas nuevos capaces de aglutinar dos virtudes: mantener su esencia, la que los llevó a ser un faro de la escena alternativa americana de los 80 pese a no contar con el favor mediático, e incorporar flecos y matices de bandas recientes cuyos componentes ni habían nacido cuando The Feelies surgieron. Y el acierto principal: producir belleza y emoción con sencillez, que es lo más complicado de conseguir.
La banda capitaneada por Bill Million y Glenn Mercer, con una autoaureola de amateurismo similar a la de The Housemartins, son una especie de “beautiful losers” reivindicados a modo de justicia poética por melómanos. Y eso que fueron coetáneos y amigos de REM, en una movida underground que abarcó otros ilustres olvidados como Hüsker Dü, The Replacements, Camper Van Beethoven o The Dream Syndicate. El título de su flamante obra, “Here before”, se podría interpretar como un guiño, al uso del abuelo y sus batallitas, como si dijeran: ‘nosotros ya estuvimos aquí antes y sabemos como manejarlo’.
Quizás por ese motivo, y por la sabiduría que otorga la experiencia, han hecho justo lo que tenían en mente y les ha salido un producto tan redondo. Sin grandes efectos, ni instrumentos exóticos, ni atmósferas cargadas, ni riffs virtuosos, ni estridencias, ni distorsiones, ni falsetes melodramáticos ni otros ropajes fastuosos. Directos, claros, concisos y naturales. Conscientes, más que de sus limitaciones, de sus aptitudes.
Pop-rock con ecos de REM, The Strokes, Mercury Rev o incluso The Byrds en piezas de orfebrería como “Morning Comes”, el sutil final psicodélico de “Change your mind”, el leve toque punk de “Time is right”, el “pa-pa-pa” de épica serena en “Bluer skies” que ya desearían haber firmado Ocean Colour Scene o la elegancia emotiva de “Way down” que Coldplay hubiera elevado a categoría de himno para estadios. Bienreencontrados The Feelies.
Periodista y poeta.