El padre Marcelo Ciaramella además de su compromiso político y social cotidiano en la base tiene una mirada analítica –histórica y actual– de la Iglesia Católica Argentina, a la que sirve desde hace 40 años, aniversario que acaba de celebrar el 15 de diciembre pasado. En 2021, la Universidad Nacional de Quilmes (provincia de Buenos Aires) publicó su tesis que resume una parte de esa mirada titulada “Las Complicidades Eclesiásticas del genocidio económico de la dictadura (1976-1981). Iglesia y neoliberalismo en la dictadura”, trabajo final para su Maestría de Ciencias Sociales y Humanidades con orientación en economía.

Pregunta: ¿La elección del arzobispo Marcelo Colombo como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) puede interpretarse como un paso hacia un mayor compromiso social de parte de la jerarquía?

Marcelo Ciaramella (MC): A priori puede ser interpretada como una señal en favor de una pastoral social comprometida con los pobres, pero estoy convencido de que la única verdad es la realidad. En un tiempo podremos ver qué nos dice esa realidad que en estos momentos es bastante oscura y humillante para el pueblo argentino. Conozco muy bien a Marcelo Colombo. Somos amigos, casi contemporáneos, y compartimos muchos momentos juntos. Cuando lo designaron obispo en 2009, fue una celebración muy sentida, que viví casi en primera persona. Reactualizó en ese momento la figura de nuestro querido obispo Jorge Novak, fundador y prelado histórico de la popular diócesis de Quilmes, en la Provincia de Buenos Aires, y duro opositor de la dictadura argentina. Tanto Marcelo como yo fuimos ordenados por Novak. Él nos transmitió su testimonio de servicio y amor a los pobres, la valoración innegociable de los derechos humanos y la comunión fraterna con otras miradas religiosas, lo que popularmente llamamos ecumenismo.

Pregunta: ¿Podrá el nuevo presidente de la CEA mantener esa visión progresista en un cargo sujeto a tantas presiones eclesiales y políticas?

MC: Creo que lo intentará. Es una persona honesta y comprometida con el Evangelio. Sé que no le será fácil articular en un organismo tan complejo la burocracia institucional y el Evangelio. Pero ahí vale la enseñanza del obispo Novak, quien nunca renegó a la colegialidad episcopal ni habló mal en público de sus colegas, pero que nunca dejó de decir en voz alta lo que su conciencia cristiana y pastoral le reclamaban. Con palabras directas, juicios certeros y sin amedrentarse por el poder. En una de las primeras y más recientes entrevistas luego de ser elegido presidente de los obispos argentinos, Marcelo fue claro en afirmar que todo lo que sea reforma económica debe ser con la gente adentro, es decir, sin excluir socialmente a los más necesitados y frágiles (https://www.elcohetealaluna.com/boton-modo-novak/).

Pregunta: ¿Cuáles son los desafíos más complejos del nuevo presidente de la CEA en un contexto político-social tan polarizado?

MC: El Arzobispo Colombo ha dicho con claridad que respetará la institucionalidad democrática y las autoridades elegidas por el pueblo, pero que no dejará de señalar las situaciones que afectan la vida de la sociedad. Ese es el gran desafío: ser profetas, denunciar la injusticia y el pecado estructural poniéndose del lado de las víctimas. Es decir, además de caminar y construir la Iglesia desde los pobres, ser profeta y anunciar siempre el Evangelio, denunciando la injusticia y los crímenes económicos, sociales y culturales de gobiernos como el actual, de Javier Milei.

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Periodista argentino radicado en Berna, Suiza. Acreditado ante el Gobierno suizo. Miembro de la redacción del diario independiente Le Courrier, editado en Ginebra. Colaborador regular de diversos medios latinoamericanos y europeos. Miembro del Comité Nacional del sindicato suizo de periodistas, SYNDICOM.

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