Cuando una pareja contrae matrimonio, habitualmente adquiere un compromiso que espera sea perpetuo. Sin embargo, ese nexo puede quebrarse por un cúmulo de circunstancias. Es entonces cuando ambos deben plantearse la disolución matrimonial, que les permitirá enfocar su vida desde una nueva perspectiva.
Una solución legal a esta situación es lo que comúnmente conocemos como divorcio express. Se trata de un proceso judicial rápido, sencillo y económico en el que la pareja, de mutuo acuerdo, decide disolver el vínculo que les ha unido. El divorcio express, además, evita que los hasta hora cónyuges deban acudir a juicio, dado que existe una conciliación previa, es decir, un acuerdo voluntario.
Pese a ser un trámite relativamente sencillo, este proceso requiere de la contratación de un letrado en ejercicio (privado o de oficio) que lleve a cabo el procedimiento de manera profesional, eficiente y discreta. Por esta razón, abogados divorcio son dos conceptos indisolubles porque sin el primero difícilmente puedes obtener el segundo.
Breve historia del divorcio en España
Tendemos a pensar que los primeros divorcios legislados en el estado español se remontan a la aprobación de la Ley 30/1981, de 7 de julio de 1981, que modificaba el Código Civil de 1899 con relación a las causas de disolución matrimonial. Nada más lejos de la realidad. La primera ley del divorcio en España fue aprobada en las cortes de la Segunda República en 1932 y estuvo en vigor hasta el final de la Guerra Civil.
Durante los 40 años posteriores, bajo la dictadura franquista, en España estuvo prohibido divorciarse. De hecho, solamente se consideraba disuelto el matrimonio si una de las dos partes fallecía. Sí existía la posibilidad de solicitar a los tribunales canónicos la nulidad matrimonial, pero esta vía estaba reservada para las élites del régimen.
Entrada ya la democracia, fue labor de la UCD de Adolfo Suárez promover de nuevo la ley del divorcio. «No podemos impedir que los matrimonios se rompan, pero sí podemos impedir el sufrimiento de los matrimonios rotos», así se expresaba el entonces ministro de Justicia, Francisco Fernández Ordóñez. El abogado Antonio Sarabia fue el primer letrado en ejercicio en presentar una demanda de divorcio el 7 de septiembre de 1981.
Casi 25 años después, el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero introdujo en el ordenamiento jurídico lo que se conoce coloquialmente como divorcio express. La novedad de este procedimiento es que permitía a las parejas disolver su matrimonio sin la necesidad de acudir a los tribunales con el único requisito de llevar tres meses casados.
Procedimiento para un divorcio express satisfactorio
Como acabamos de ver, el divorcio express es una fórmula legal introducida en el ordenamiento jurídico español por la Ley 15/2005. Dicha ley pretende simplificar y agilizar el proceso de divorcio entre dos personas que quieren separarse de mutuo acuerdo.
Para ello, como decimos, es necesario que la pareja lleve un mínimo de tres meses casados. También se requiere que las dos partes expresen ante notario su voluntad de disolver el matrimonio de forma consensuada, siempre y cuando no tengan en común, hijos menores de edad. En tal caso, la causa es algo más compleja porque el Ministerio Fiscal se constituye parte en el proceso con el único objetivo de velar por los intereses de los vástagos.
Otro de los principales requisitos que plantea la legislación es la necesidad de presentar un convenio regulador. La redacción de este acuerdo debe realizarla un abogado de familia, quien detallará a instancias de sus representados las condiciones finales de la separación.
Este documento recoge la voluntad acordada por ambas partes de poner fin al matrimonio, acuerdos económicos como pensiones compensatorias o alimenticias en caso de los hijos, custodias o efectos sobre el patrimonio, entre otros. En comunidades como Cataluña existe la separación de bienes, por lo que simplifica el proceso.
Una vez firmado el convenio por ambas partes, y aportada la documentación que se requiera (libro de familia, DNI, certificado de matrimonio, capitulaciones, etc.), el abogado redactará la demanda de divorcio. Junto con el convenio, el abogado aportará la demanda al procurador, quien la presentará en el juzgado inmediatamente de forma telemática.
Una vez admitida a trámite la demanda, los cónyuges deberán presentarse en el juzgado una única vez para ratificar el convenio y su voluntad de divorciarse. En unas semanas la sentencia de divorcio será dictada.
Divorcios en Barcelona y su área metropolitana
Según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en 2020 las demandas de disolución matrimonial consensuadas supusieron más del 60% del total de los divorcios en España. Si nos centramos en la ciudad de Barcelona, el dato sobre divorcios amistosos se dispara hasta rozar el 80%.
La Ciudad Condal es una urbe cosmopolita, habitada por ciudadanos de espíritu libre y ello se refleja en la manera que tienen las parejas de poner fin a su vida en común. Y es por eso que divorcio express Barcelona, para algunos, significa también la voluntad recíproca de conseguir una emancipación beneficiosa para ambas partes.
Una de las ventajas de divorciarse en Barcelona es la celeridad con la que se tramita y sentencia la demanda, gracias a la digitalización de los juzgados de la Ciutat de la Justicia. El cliché de «la justicia es lenta», afortunadamente, se está volviendo obsoleto. Y es que actualmente, un abogado puede presentar la demanda de divorcio sin moverse del despacho, mediante un sistema cifrado de gestión de notificaciones telemáticas conocido como LexNET Justicia.
En otros partidos judiciales del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) sucede lo mismo. Así, cursar una demanda de divorcio express en Badalona o, tramitar un divorcio express en Sabadell no nos debe llevar más de ocho o diez semanas. Es decir, en dos meses y medio podemos estar divorciados sin haber tenido que sufrir ningún trauma y sin habernos arruinado.
Conclusiones sobre el divorcio amistoso
Como hemos visto en este artículo, la mejor opción para disolver un matrimonio se presenta en forma de divorcio amistoso. Es económico porque no entramos en costosos procedimientos legales que se pueden eternizar, teniendo que pagar horas y horas de asistencia jurídica sin tener un resultado satisfactorio garantizado. Es ágil porque simplemente con un acuerdo mutuo y la comparecencia de un solo abogado se puede tramitar. Y, sobre todo, es rápido porque así lo contempla la ley.