El Lokal del Raval abrió sus puertas en 1987. Desde entonces, activistas de un sinfín de colectivos y vecinas del barrio del Raval de Barcelona han entrado y salido del Lokal como si fuese su casa, porque lo es. Han vendido y comprado fanzines, libros, música y camisetas. Han pedido prestado un megáfono para una manifestación y la paella para una fiesta de barrio o una comida popular. Así ha sido como el Lokaldel Raval ha construido a su familia, más allá de las personas que lo sostienen en turnos de permanencias. En apenas cuatro días, El Lokal ha conseguido recaudar más de 19.000 euros en el crowdfunding que lanzaron el 6 de mayo para poder pagar el próximo jueves el 20% de la compra del bajo donde se encuentran. El Lokal se queda, dice el lema escogido. Y así será, las arras ya están firmadas.

Los inicios del Lokal del Raval de Barcelona

Desde 1987, han pagado el alquiler y han tenido diferentes caseros, pero el último —un gran tenedor— les anunció que el 1 de enero de 2025, el día que vence el contrato de diez años de alquiler, deberían devolverle el local, ya que planeaba venderlo. La gentrificación del Raval había llegado al propio Lokal con una OPA hostil difícil de gestionar.

Como los actuales inquilinos tienen preferencia en la compra, tras recibir la noticia y plantearse varias vías —buscar otra ubicación, valorar si podían pagar un alquiler más caro—, decidieron realizar una compra colectiva con una hipoteca a diez años financiada por la Coop57 y seguir en el lugar que les ha visto crecer, en la calle de la Cera.

“El barrio nos define”, expresa Inyaki García desde El Lokal, y “el amor nos ha sobrepasado”, agrega sobre los miedos disipados por el futuro del proyecto. “Todo ha ido muy rápido y hemos tenido que poner tantas cosas en común que da vértigo”, continúa uno de los fundadores del espacio. El próximo jueves firman el contrato de compra-venta, por 120.000 euros.

“Tanteamos a socias, pedimos préstamos y aportaciones y el 6 de mayo lanzamos la campaña para recaudar, poder pagar la entrada y los gastos de la compra. Los mensajes de la gente lo dicen todo: somos un espacio autogestionado que es un símbolo para muchas personas, algo que nos llena de cariño y nos recuerda la responsabilidad que tenemos”, explica García.

Considera que uno de los puntos fuertes de El Lokal fue crear una parte visible y pública: la tienda, a la que, “todo el mundo, más allá de si es activista o parte de un colectivo, pudiera entrar sin miedo”.  Este es uno de los tres “mínimos” que decidieron en la fundación de El Lokal: que fuera un lugar útil para las luchas y abierto todo el día. Han sido referencia en solidaridad zapatista, espacio de encuentro para la insumisión y la okupación, y lugar de nacimiento y crecimiento para la editorial Virus. Y cuando los tiempos cambiaron, las puertas de este espacio libertario se mantuvieron abiertas para la lucha por la vivienda y los derechos de las personas migradas. Ellas forman el 50% del vecindario del Raval, un barrio que el Ayuntamiento de Barcelona siempre ha tenido en el punto de mira y ha rehabilitado, arrasando parte de sus recovecos y construyendo eminentes museos, intentando desplazar a pobres, yonquis y putas.

“Matar al Barrio Chino, como decía el escritor Miguel Ángel Fernández en su libro”, apunta García. “La inercia ha sido eliminar este barrio diverso, alternativo y diferente, pero El Lokal forma parte de esta resistencia y aún queda Raval. Aquí nos sentimos cómodos y en otro barrio, El Lokal no tendría tanto sentido”, concluye.


Fuente: https://www.elsaltodiario.com/barcelona/lokal-se-queda-raval-crowdfunding

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