Desigualdad social y económica, sociología de la familia o evaluación de políticas sociales, son algunos de los temas que trabajan los miembros del grupo de investigación Demosoc del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF
Desigualdad social y económica, sociología de la familia o evaluación de políticas sociales, son algunos de los temas que trabajan los miembros del grupo de investigación Demosoc del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF (Universidad Pompeu Fabra), Luis Ortiz y Daniela Bellani son parte estructural de este grupo de estudios, hablamos con ellos sobre el arriesgado salto de la educación al empleo, de los jóvenes, de la natalidad y del papel de las mujeres en el mercado laboral.
El regreso
En España el 33% de jóvenes entre 16 y 18 años en los tiempos del bienestar abandonaron los estudios. “En términos de acumulación de capital humano eso ha resultado siendo un desastre”. Lo lamentable es que ahora estos jóvenes se enfrentan “a oscuras perspectivas laborales”, sentencia Luis Ortiz. Según cuenta “está probado lo difícil que es, terminada la trayectoria educativa, recuperar bajos niveles de formación”. Refiere que en Noruega, un país con un gran PIB y gasto social bastante importante y que apuesta por políticas activas del mercado de trabajo, de tres políticas aplicadas para la recuperación de los NEET (‘neither in employment, education or training’) que aquí conocemos como los “ninis”, en relación al retorno a los estudios, la de mayor éxito tenía una tasa de regreso a la educación de un 17% “¡Y eso era un éxito!” Pero al mismo tiempo un fracaso pues “significa que un 83% de los potenciales beneficiarios de ese programa ya no volvían a estudiar”.
Formación profesional
Años atrás en España se señalaba que un estudiante había sido un mal estudiante cuando abandonaba los estudios generales “para seguir una vía de Formación Profesional” Y aunque este camino de estudios para este investigador con los años ha mejorado, cabe destacar el cuidado que se debe tener pues a veces se piensa, sobre todo en los estratos más bajos, “que la aplicación práctica de la FP permitirá de manera inmediata encontrar un trabajo. “Es entendible que se pueda pensar que esa es la forma más clara de tener algo seguro, si acaso no se está en condiciones de asumir un riesgo alto pero no siempre ocurre”, entiende. A diferencia de otros países como Alemania, Holanda, Dinamarca o Austria, pues ahí “los sistemas de formación profesional gozan de un apoyo y prestigio muy elevado”, compara.
La nueva estructura ocupacional
Aunque es evidente que el creciente desempleo es consecuencia directa de la crisis, para la investigadora Daniela Bellani, en las últimas décadas se ha destruido empleo a gran escala también por la tecnología, sobre todo en las ocupaciones medias, es decir administrativos o lo que comprende trabajos rutinarios. Y es que ahora en una institución o empresa, para diversos trabajos, el ordenador sustituye a la secretaria, sin embargo en países como Alemania no ocurre no solo porque no están afectado por la crisis, sino “por el poder fuerte de los sindicatos” donde por cierto, existe también una fuerte inversión “por parte del Estado alemán para apoyar a los ninis”, incluso después de los 18 años. Así como también a aquellos jóvenes que siguen alguna carrera universitaria o determinada Formación Profesional.
Otros itinerarios en los sistemas educativos
Respecto a los sistemas educativos en Europa, Ortiz señala que tanto el caso británico como el caso francés, tienen menos itinerarios, es decir, se encuentran menos fragmentados; “la mayor parte de la gente hace educación general y la deja donde la deja, caso contrario va a la universidad y termina”. En España una persona con potencial, porque a lo mejor no le gusta mucho el bachillerato, pudiendo educarse 18 años, al final se educa solo 14… Y aunque podría haber estudiado un sistema de Formación Profesional, “no le despierta interés y al final abandona”, lamenta.
El sistema holandés
Ocurre distinto en el sistema holandés, pues ahí “se crean una diversidad de líneas, una especie de menú donde las personas eligen llegar lo más alto que pueden para así conseguir el mayor número posible de años de educación”, es decir: “el bachillerato, la universidad, luego un itinerario de formación profesional, incluso uno entre medias, por si la gente quiere pasar de uno a otro y hasta un tercero para todos aquellos que están dentro del sistema de formación profesional y no les gusta estudiar”. Todo esto con la finalidad de rescatarlos para que puedan estudiar el mayor número de años. La ventaja de esto es que la gente no abandona antes y está todo lo que puede dentro del sistema educativo, la desventaja es “¿cómo elijes o quién elije?” Una persona de 6 años posiblemente no sea quien elija ¿Quiénes son sus padres? ¿Qué sueños tienen para él o ella? Eso va a pesar mucho. “Influye en la formación, en la reproducción del estatus social y sin duda es más desigualador”.
El sistema educativo español tirado por los aires
Las fuertes restricciones presupuestarias que padecen países como el nuestro ha ocasionado que el sistema educativo “esté siendo baqueteado, suben tasas, quitan becas, esto alguno de nosotros tendrá que venir dentro de 5 años para mirar atrás y evaluar todo lo que ha supuesto en términos de merma”, dice Ortiz. Cuando un gobierno cuenta con un presupuesto, es su ideología política la que decide donde se dedica una parte mayor del PIB o de los ingresos. “Un gobierno responsable que mira a largo plazo a la hora de recortar, nunca recortaría en educación porque esa es la inversión en capital humano que rescatará al país en el futuro”, señala.
La tan “denostada LOGSE” esa reforma que hizo el gobierno socialista en 1990 supuso un gran avance en la igualdad de oportunidades educativas: “permitió que cinco hijos de un obrero pudieran recibir educación universitaria”. Fue una especie de regalo para los padres, porque sabían que sus abuelos ni de lejos habían tenido tal capacidad. “Lo deseable desde un punto de vista que los sociólogos llamamos de movilidad social, es que el hijo de una persona de clase trabajadora tenga las mismas oportunidades de eventualmente ser un médico que el hijo de un médico” aclara. Ya no por decir el hijo de un licenciado universitario, agrega, “eso se llama igualdad de oportunidades educativas”.
El tratamiento a la mujer en el mercado de trabajo
Ahora parece que vivimos en un periodo en el que casi todos “nos hacemos el harakiri” porque todo ha ido mal, reflexiona Ortiz, pero en el fondo él tiende a pensar que “no todo ha ido tan mal”. Y es que de aquella expansión educativa, se beneficiaron también las mujeres “cuyo nivel educativo ahora ha llegado a alcanzar a los chicos incluso apuntando para arriba”, dice y aprovecha para denunciar que “aun cuando en España ha habido un gran esfuerzo de parte de ellas por educarse, el mercado de trabajo no se ha habilitado para que toda esa enorme inversión en el capital humano de la mujer se ponga en práctica. Sin duda para este sociólogo “el trato que tiene la mujer en el mercado de trabajo en España es terrible”, insiste. Le parece un mercado muy dualizado, donde por parte de los jóvenes hay unos grandes problemas de ingreso… “pero de las jóvenes puede que incluso más”, observa.
La tasa de natalidad en España
Hay otro tema que hace ruido, es el que está relacionado con la natalidad, Ortiz lanza a la mesa “la mágica cifra de 1.7”, lo que se llama la tasa de reemplazo: “garantizaría que no envejeciera la población, o mejor dicho que permaneciera igual, la edad media de la población”, ¿Qué ocurre si esta tasa está por debajo, como en el caso de España que es 1.4? Mejor ni pensarlo “pues que la población va siendo cada vez más mayor porque no hay niños para sustituir a sus mayores”, remarca. En consecuencia quienes están generando riqueza para proporcionar prestaciones sociales a los dependientes son cada vez una población anciana “con mayor esperanza de vida”, advierte. Esto evidentemente hace que la viabilidad de las pensiones y del estado del bienestar se resienta. Y en definitiva “es un grave problema más que de la juventud, de la sociedad en su conjunto”.
El futuro familiar
Dicha carencia para la investigadora Bellani “responde a un problema económico y del mantenimiento de nuestro estilo de vida pero también está relacionado con el grado de felicidad de una población”. Existen pues consecuencias claras no solo sobre el estilo de vida sino también sobre expectativas y preferencias de las parejas. Explica que “en todos los países europeos y también en Estados Unidos las parejas quieren tener 2 hijos”. Es un objetivo que en Europa “solo franceses, daneses y habitantes de otros países escandinavos pueden alcanzar”.
La tasa de fertilidad desciende
Aunque al final del régimen franquista se produjo un cambio en la sociedad y la familia española, “ahora estamos en un momento donde la mujer participa de manera masiva en el mercado laboral” refiere Bellani. Y normalmente en todas las sociedades cuando ocurre esto “hay un momento donde la tasa de fecundidad desciende” apunta. Además, las mujeres con niveles de estudios más altos “aún no han recuperado una tasa de fertilidad del 2”, a diferencia de las mujeres en Francia o los países escandinavos.
Las cuestiones básicas
En torno a este tema y su complejidad dentro de la sociedad española, Luis Ortiz se hace una pregunta: “¿Qué le pides a una mujer bien educada con una carrera y dos masters? ¿Le pides que tenga los dos hijos que puede la danesa o la francesa?” “No”, sentencia con rotundidad, acto seguido afirma: “tiene uno”, si acaso puede, “porque valora su carrera profesional; ha hecho una enorme inversión y aunque quisiera tener dos hijos vive en un estado de frustración pues sabe que “un objetivo vital se lo declara la sociedad incompatible con otro que es cumplir sus deseos profesionales”. Para Ortiz a nivel social esto es una injusticia “¡porque no se puede tirar a la basura toda esa formación!” pero sin duda también una estupidez, “porque los países que funcionan mejor tienen una tasa de actividad laboral femenina mayor”, enfatiza. En los años 30 o 40 cuando la mayor parte de la riqueza de un país la proporcionaban las fábricas “podíamos vivir contentos teniendo a las mujeres en casa, hoy ya no”, aclara.
Natalidad y otros países
En torno a las condiciones del mercado laboral, Bellani añade que Francia no difiere de otros países de la Europa continental. Es verdad que el full time es una o dos horas menos con relación a Alemania, por ejemplo pero sobre muchas características Francia es mucho más similar a Alemania o España como por ejemplo número de horas que las mujeres trabajan cada semana en el mercado laboral, remarca sin embargo que esto “es más una cuestión de instituciones”. Francia tiene un Estado centralizado muy fuerte. “Durante la última década ha ofrecido políticas a favor de la familia”. España en cambio es un caso muy especial dentro de Europa. “La tasa de natalidad ha bajado, el divorcio ha subido, la cohabitación ha subido en comparación con otros países”, observa.
Al interior de las familias y el proceso de revolución femenina
Junto con su equipo de investigación, Daniela Bellani trabaja un tema que también es de interés de la Unión Europea, y es el que tiene que ver en “cómo el hombre se comporta dentro del proceso de revolución femenina”. Aunque hay muchas diferencias entre países, Bellani afirma que en España “una mujer que normalmente quiere y al final tiene dos niños, es una mujer que renuncia a la carrera laboral”. Añade también que normalmente el hombre español “excepto durante el primer y segundo año de unión de matrimonio, no participa del trabajo doméstico”.
El modelo del varón sustentador pasó a la historia
En relación a quien trae más dinero a casa, Daniela cita un reciente estudio elaborado por el sociólogo danés Gosta Espin Andersen donde dice que ha quedado atrás el modelo del varón sustentador: male breadwinner , sin embargo explica que eso no siempre comporta un punto de vista positivo para las parejas, pues desde el punto de vista de valores e igualdad de géneros, que la mujer traiga más recursos económicos a casa: female breadwiner es poco aceptado, incluso en una sociedad como la danesa; crea divorcio y conflictos ente las parejas.
La vida cotidiana a nivel micro
Aunque las diferencias en la división del trabajo doméstico vemos que tiene “consecuencias sobre el divorcio y la natalidad”, en familias donde el hombre participa del trabajo doméstico y la mujer trabaja en el mercado laboral también tienen más probabilidad de tener un segundo hijo. Es verdad lo importante que es en ese sentido la parte institucional macro…guarderías, etc. Sin embargo también tenemos que considerar el nivel micro de la vida cotidiana. En Estados Unidos, por ejemplo las instituciones no ayudan a las parejas con una inversión pública en el cuidado de niños, pero en muchas parejas los dos miembros participan a tiempo completo en el mercado laboral y comparten de manera muy equilibrada las tareas domésticas. Es una cuestión muy micro, no solo institucional.
Contradicciones graves
Un problema añadido al empleo en España es “la red testimonial” de guarderías públicas, es decir: las administraciones crean guarderías pero no cubren todas las necesidades sociales, eso sin embargo supone “que las mujeres que estén trabajando en ocupaciones menos retribuidas, abandonen el empleo para dedicarse al niño, viéndose al mismo tiempo obligadas a salir de la actividad laboral. “Ya no ingresan impuestos en las arcas públicas”. Por eso Ortiz, aunque le parezca un poco duro decirlo, considera que un euro gastado en una guardería más que un gasto, es una inversión, “ese euro hace un circuito y trae un euro con dos. “Pero la gente lo entiende de esa manera”, apunta. Un euro gastado en servicios sociales para cuidar a los ancianos no es un euro que se tira a un pozo. “Es un euro que crece y da un retoñito, sin duda estás liberando trabajo, se crea empleo directo e indirecto: es una inversión a largo plazo”, analiza.
Acumulación de capital humano
Este sociólogo considera legítimo que alguien se forme y haga dos o tres masters, pues en estos tiempos estar bien preparado puede tener un efecto positivo “en la acumulación de capital humano”. Pero advierte también que si lo que hay “es una carrera de acumulación de credenciales lo mismo tampoco es tan buena noticia porque quizá, ahora que el mercado de trabajo está bajando su listón, no toda esa acumulación de capital la rentabilice una persona en su satisfacción y tampoco la sociedad en su conjunto”.
Aun cuando le parece cierto que el rendimiento en términos de salarios o estatus ocupacional, pese a la perfección educativa, en muchos países ha decrecido, “esto no es una historia unívoca” dado que en países como Dinamarca no ocurre así.
Por otra parte, y sin ánimo de instruir a nadie considera que si se pretende que el crecimiento económico en España sea “en exclusiva del debido al turismo”, es importante que se entienda que es un sector que “no genera todas las oportunidades para gente con un alto nivel educativo o de cualificación, como puede ocurrir en otros sectores de servicios”.
Poca confluencia entre oferta y demanda
Sin duda la reducción presupuestaria a las agencias surgidas como parte de las políticas activas del mercado de trabajo impide ayudar a que “la oferta y la demanda se encuentren”. Son políticas que actualmente “vienen sufriendo mucho”, destaca. Y aunque no solo sea por eso, cierto es que dadas las enormes tasas de paro juvenil… “ya son muchos los jóvenes y las jóvenes que tienen grandes deseos de salir a buscar una oportunidad laboral decente fuera”: una realidad que a nadie se le ocurre poner en duda.