La Confederación General del Trabajo (CGT) ha presentado esta semana en Barcelona su campaña por la abstención activa y consciente, para las próximas elecciones generales. El sindicato entiende la convocatoria del 20 de noviembre como una farsa, por considerar que la clase política no representa en absoluto la soberanía popular. Por ello, hace un llamamiento  a la ciudadanía en general para que manifieste su rechazo al sistema imperante mediante la abstención de voto, y la movilización social frente a las injusticias.

La CGT ha destacado que las medidas llevadas a cabo por la clase política -con la complicidad del sindicalismo institucionalizado– para acabar con la supuesta crisis económica, solo obedecen al dictado de los mercados. Dichas medidas han contribuido a perjudicar todavía más a la clase trabajadora, y  han llevado a la sociedad a la situación actual: más de cinco millones de personas en paro, casi dos millones de familias con todos sus miembros sin trabajo, cientos de miles que han perdido sus viviendas, 13 millones con ingresos anuales por debajo de los 12.000 euros…

Para la confederación, las elecciones generales son una oportunidad para demostrar que la sociedad actual no cree en este sistema. Para ello abogan por la abstención. Descartan otras opciones como el voto en blanco, porque supone una donación de cupo parlamentario a los grupos mayoritarios, o el voto nulo  porque aumenta las cifras de participación, lo que los partidos políticos se atribuyen como un éxito propio.

La CGT, cuyo ideario se enmarca en la línea anarcosindicalista y libertaria, no participa ideológicamente del sistema político, por considerar una falacia que en el sistema de democracia representativa la soberanía resida en el pueblo. Por ello desea crear conciencia de que existen alternativas a la democracia parlamentaria y al sistema económico capitalista que, en palabras de uno de sus portavoces,  «nos está llevando al desastre humano». Desde el sindicato se señala que no existen diferencias entre los mundos  político y el económico, ya que el primero es un instrumento al servicio del segundo. Y se aboga por la creación de la sociedad libertaria, que conduciría al final del capitalismo, y funcionaría mediante autogestión, democracia directa, federalismo y apoyo mutuo.

La campaña consistirá en una serie de textos escritos,  actos públicos y un video para las redes sociales, y dará comienzo la madrugada del 3 al 4 de noviembre. Los 60.000 dípticos y las 20.000 pegatinas y carteles que servirán de apoyo para la difusión, están financiados en su totalidad con recursos de la propia CGT, sin subvenciones estatales ni bancarias.

La confederación ha organizado diversos actos en Gavà, l’Hospitalet, y Barcelona  -y tiene previsto cerrar algunos más-  y pretende que dichos actos sean una plataforma de reflexión abierta a todos los ciudadanos y ciudadanas, por lo que cada actividad incluirá su posterior debate. Además, en el acto del 17 de noviembre en Arc de Triomf, se abrirá el micrófono a todo aquél que desee participar.

Como innovación, el día de las elecciones, la CGT instalará en su sede de Via Laietana un centro de recogida de datos de los porcentajes de abstención. Además llevará a cabo el análisis de los resultados, del que informará mediante comparecencias públicas, a fin de evitar que la única interpretación de los resultados sea la de los propios partidos políticos.

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