El pasado mes de mayo en Washington se eliminaron barreras entre España y México para acoger nuestra pieza: Let’s Go Fetch Water! / ¡A por agua!. Una cascada hecha con estructura de madera y cubos de material reciclado de apariencia modesta, similares a los que se usan en todo el mundo para ir a buscar agua con la que abastecer las necesidades más básicas de la familia. Este duro trabajo es comúnmente encomendado a las mujeres de la casa.
En ellos transportan el preciado líquido desde las fuentes y los pozos, llegando incluso a descolgarse hasta las profundidades de la tierra para conseguirlo. Después, cargan con ellos por largos y peligrosos caminos durante extenuantes jornadas siempre cuidando que no se derrame ni una gota.
Este el material que elegimos para construir una pieza que habla sobre el derecho universal al agua potable. Durante el día, el sonido y el agua se mezclan con la vida de la calle, pero es de noche cuando la pieza toma protagonismo y se impone, extrañamente desafiante, a las construcciones señoriales de la zona. No hemos tratado de crear una cascada alegre y rebosante de agua, que se deslice saltarina y festiva por los cubos, por el contrario, el agua corre lenta y precisa, tratando de no desperdiciar gotas en su caída.
Los cubos son a la vez receptores y repartidores del caudal que se desliza lento y que de alguna manera quiere emular ese tortuoso camino del agua que recorren millones de personas cada día, para conseguir un recurso natural al que todos deberíamos tener acceso directo desde nuestros hogares.
Por todos es sabido que el agua escasea, el cambio climático es una de las causas principales, pero también tienen la culpa privatizaciones muy cuestionables. Gobiernos con pocos recursos económicos ceden su explotación a empresas privadas a cambio de que ellas creen las infraestructuras para el suministro, otros directamente venden sus acuíferos y manantiales a grandes corporaciones relacionadas con la alimentación y las bebidas embotelladas, que los explotan hasta dejarlos seco junto con todo lo que hay alrededor, creando verdaderas crisis entre los habitantes del territorio.
Este encargo nos ha gustado especialmente ya que llevamos mucho tiempo tratando temas relacionados con el reciclaje de material plástico y hemos comprobado en nuestras carnes que son las mismas empresas que comercian con el agua ajena, las más interesadas en crear campañas de concienciación sobre el uso responsable del plástico, sin otro fin que el de desviar la atención sobre este otro temazo de la privatizacion.
Ellos suelen contar con la inestimable ayuda de artistas que finalmente les hacen un eco-lavado de cara. Sólo hay que hacer una búsqueda em Google para comprobar qué y quién se esconde detrás de muchas de las piezas de más impacto mediático relacionadas con temas de reciclaje. Ahí lo dejamos…
Gracias a la Embajada de España en Washington y al Instituto Cultural de México en Washington por hacernos hueco en su valla y en su programación, que este año está dedicada al “Derecho Humano al Agua Potable y al Saneamiento”.
También a Marta Pita, a Lola Vico y a todo el equipo de grandísimos profesionales de la Oficina Cultural Española por hacer posible esta complicada pieza. Gracias además a David Keith y a Melisa Hernández por las imágenes.
La Cascada se podrá ver del 16 de mayo al 27 de septiembre en Washington entre la Former Residence of the Ambassadors of Spain y el Mexican Cultural Institute. Mejor ir de noche, por supuesto
Nota. La pieza se ha llevado a cabo con madera y con cubos hechos de material reciclado. Conseguirlos ha sido complicado, ya que es un material tan fácil de traer de China que casi nadie se plantea fabricarlo y menos con material reciclado. Finalmente dimos con un fabricante y gracias a esto, la pieza se pudo llevar a cabo.
Además, La Cascada se abastece de agua por medio de un circuito cerrado que reduce el gasto al mínimo, más teniendo en cuenta lo que llueve en Washington.
Tras el desmontaje en septiembre, todo el material será reciclado, la madera se usará en nuevas construcciones y los cubos entregados a una empresa que los triturará y convertirá en materia prima para nuevos productos. Ojalá pudieran ser cubos, que no hay nada mas común en nuestras vidas…
Tiempo de instalación: 10 días
Daños ocasionados: 0.
Permanencia de la intervención: 4 meses.
Luzinterruptus
Somos un colectivo artístico anónimo, que llevamos a cabo intervenciones urbanas en espacios públicos. Utilizamos la luz como materia prima y la noche como lienzo. Los componentes del equipo venimos de disciplinas como el arte y la fotografía y hemos querido aplicar nuestra creatividad en una acción común, dejar luces encendidas por la ciudad con la intención de que otros nos las apaguen.