Masivo rechazo contra la reforma laboral en las calles de las principales ciudades españolas. Convocadas en 57 municipios del Estado, Madrid y Barcelona han concentrado el mayor número de asistentes a las manifestaciones organizadas por los sindicatos en contra de la modificación del mercado de trabajo español.
Tras el lema «Ni reforma laboral, ni recortes», los sindicatos CCOO y UGT encabezan la manifestación que discurrirá por el céntrico paseo de Gràcia, donde 400.000 personas llevan banderas, pancartas y hacen sonar silbatos en contra de la reforma promovida por el Gobierno de Mariano Rajoy.
En declaraciones a los periodistas, el secretario general de UGT en Catalunya, Josep Maria Álvarez, ha denunciado que esta reforma se ha aprobado para dar más poder a los empresarios y ha exigido a CiU que no se convierta, en Catalunya, en «el azote a los trabajadores».
El secretario general de CCOO en Catalunya, Joan Carles Gallego, ha señalado que la reforma laboral es «inútil e injusta» y ha exigido al Gobierno que la salida de la crisis se haga «con la gente y no contra la gente».
Josep Maria Álvarez y Joan Carles Gallego, respectivamente, han reiterado que el objetivo de la convocatoria es conseguir que el Ejecutivo de Rajoy cambie la reforma. “El Gobierno tendrá que escuchar la voz de la calle y abrir un proceso de negociación el lunes”, ha declarado Álvarez, que ha añadido que también CiU, que apoya el decreto, debe escuchar las protestas ciudadanas.
Los sindicatos siguen siendo cautos ante la posibilidad de una huelga general. Primero, han afirmado, hay que esperar a la reacción del Gobierno a la movilización de hoy. “Estamos en la calle y seguiremos estando en la calle”, ha dicho Gallego, que ha insistido en que, si el Ejecutivo de Rajoy no da marcha atrás “se llegará donde se tenga que llegar».
En todo caso, el líder de CCOO de Catalunya Gallego ha insistido en que el país se paralizará cuando lo quieran los sindicatos y no cuando lo desee el Gobierno. Los sindicatos quieren evitar convocar una huelga demasiado pronto, y asegurarse de que en caso de convocarla tendría un seguimiento masivo, ya que si no su posición quedaría muy debilitada.
Al final de la manifestación se han sumado también un grupo de autodenominados iaioflautas, así como miembros del sindicato CGT, que reivindican directamente la convocatoria de una huelga general y que, según Interior eran unas 7.000 personas.