Arrels Fundació ha denunciado que el Pla Endreça del Ayuntamiento de Barcelona, liderado por el alcalde socialista Jaume Collboni, ha comportado un endurecimiento de las sanciones que se derivan de las ordenanzas de civismo, medio ambiente, tenencia de animales y uso del espacio público. Este hecho se ha traducido en un incremento de las penalizaciones que reciben las personas sin hogar y una mayor vulneración de sus derechos. La entidad ha indicado que la Guardia Urbana y el personal del servicio de limpieza municipal a menudo amenazan a los individuos que viven al raso con tirarles pertenencias como mantas, cartones, la documentación, el móvil o la medicación. Todo ello, dice Arrels, ha acentuado los síntomas de estrés y angustia que sufren estos individuos, así como la sensación de rechazo por tener que vivir en la calle.
La Fundación Arrels ha asegurado que desde la entrada en vigor del Pla Endreça, el mes de julio de 2023, se ha observado un incremento de la presencial policial en puntos de pernoctación donde hay agrupamiento de personas. “Esto se traduce en la ruptura de las rutinas de los individuos que viven en la calle”, han apuntado los responsables de la entidad, que han recordado que, en muchos casos, estas están relacionadas con la supervivencia: “Tienen que hacer guardia y quedarse en el lugar donde duermen a la hora que viene la Guardia Urbana, esperar a que se haga la limpieza, que se seque el suelo y volver a colocar las cosas en el lugar. Esto puede comportar que se pierdan turnos en comedores sociales, recursos de atenciones básicas”, han explicado.
Además del incremento de la intervención policial, Arrels ha revelado que las personas sin techo han detectado un “incremento de la contundencia con la que se dirigen a ellas”. Este hecho les genera mucha indignación y una sensación “de abuso y de impotencia”.
Catorce multas desde la entrada en vigor del Pla Endreça
Uno de los afectados, Juan Antonio, ha relatado que desde la puesta en marcha del plan, la policía municipal lo ha multado en catorce ocasiones. Algunas son por conceptos como tirar colillas en la calle, beber alcohol en la vía pública, gritar, escupir o falta de limpieza e higiene personal. “Me ponen multas como si fueran cuatro papeletas. Yo, ¿cómo quieres que pague lo que me piden?”, se ha preguntado.
Según el último informe de Arrels sobre la situación de las personas que viven en la calle en la ciudad de Barcelona, 7 de cada 10 no tienen ingresos. La entidad ha manifestado que desde la puesta en marcha de la medida, las personas que atiende han recibido unas treinta multas. Arrels ha reconocido que la cifra es similar a la de años anteriores, pero ha detallado que las cantidades a pagar son más elevadas. A la vez, ha dicho que tiene constancia de personas que viven al raso y que acumulan miles de euros en sanciones.
Otro usuario de Arrels, Wilson, acabó viviendo en una plaza de la ciudad después de que lo echaran del centro para personas con enfermedades de salud mental donde residía desde hacía años. Vecinos de la zona han explicado que varios agentes de la Guardia Urbana se desplazaron hasta el punto donde dormía, lo rodearon y le quitaron el colchón y sus pertenencias.
Un voluntario de la fundación, Josep, ha asegurado que ha sido testigo de cómo la policía llega cada mañana a una esquina donde pernocta una joven sin hogar y, en compañía de los servicios de limpieza, procede a intervenir sobre la zona donde ella coloca el cartón sobre el que duerme. “Hace poco, le tiraron todas las pertenencias: la mochila, el móvil, la ropa que le había llevado yo”, ha comentado Josep, que ha dicho que “lo hacen continuamente” y que “solo limpian el lugar donde está ella”.
El síndico constata la situación
El pasado mes de noviembre, Arrels presentó una instancia a la Sindicatura de Greuges de Barcelona enumerando algunas de las actuaciones que se han efectuado en el marco del Pla Endreça. En su respuesta, el síndico ha manifestado que el plan está más centrado “en la investigación de la excelencia en el espacio público, poniendo el foco en la limpieza y el orden, que en el impacto negativo que puede ocasionar a las personas sin hogar, para las cuales el espacio público no es solo un espacio de uso común, sino también el lugar donde hacen vida y donde no disponen de los mínimos necesarios”.
El síndico también ha constatado que “se está intensificando la actuación policial sobre las personas sin hogar”, concretamente “sobre las que pernoctan o permanecen en el espacio público”, hecho que coincide con “la puesta en marcha del Pla Endreça”. Además, ha recomendado que las actuaciones policiales se registren para que haya constancia y trazabilidad de los hechos y ha considerado que el plan es “bastante generalista y ambiguo”. Aparte, ha considerado adecuado que en dispositivos conjuntos entre la Guardia Urbana y los servicios de limpieza se puedan incorporar profesionales del ámbito social.
El Ayuntamiento lo niega
El Ayuntamiento de Barcelona ha negado este jueves haber cambiado los criterios o directrices en el trato a los sintecho que duermen en las calles de la ciudad. Después de la crítica de Arrels Fundació, que asegura que el Pla Endreça del consistorio ha endurecido las sanciones al colectivo, la comisionada de Convivencia, Montserrat Surroca, lo ha desmentido y ha asegurado que todos los servicios municipales tratan con la “máxima sensibilidad” a las personas que duermen en la calle. De hecho, ha dicho que ni la ordenanza de civismo ni el Pla Endreça mencionan al colectivo, y se les sigue tratando con cuidado e intentando vincular a las personas a los servicios sociales.
Surroca ha recordado que la actual ordenanza de civismo y convivencia es de 2005, y que desde entonces no ha habido ninguna especial incidencia en esta cuestión. Por eso se ha preguntado el motivo por el que Arrels hace ahora esta denuncia pública. En este sentido, ha negado que se esté aplicando la ordenanza de forma diferente, o que los distintos servicios municipales, como los sociales, la Guardia Urbana o los de limpieza, actúen diferente desde que se estrenó el Pla Endreça hace cerca de un año.
La comisionada ha dicho que el consistorio tiene que velar por todos los intereses concurrentes en el espacio público, pero ha rechazado que se multe a nadie por dormir en la calle. Así, ha negado que la Guardia Urbana quite las pertenencias personales a los sintecho, y ha recordado que el cuerpo policial tiene una unidad deontológica que vela porque todas las actuaciones sean “pulcras y escrupulosas” y con una “exigencia muy elevada”.
Preguntada sobre la posibilidad de que la intensificación de la limpieza haya perjudicado a algunos sintecho, Surroca ha dicho que los servicios sociales municipales los conocen a todos y que seguro que conocen su situación concreta. “Siempre actúan con la máxima sensibilidad y lo continuarán haciendo”, ha asegurado.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.