«Antes del diluvio. Mesopotamia, 2500-2100 a.C.» es la primera exposición en el mundo con estas características después de la guerra de Iraq. Pedro Alzera es el comisario encargado de dar voz a las marismas del delta del Tigris y del Eufrates, donde fueron construidas las primeras ciudades de la historia que poseían los fundamentos básicos de la ciudad tal y como hoy la conocemos.

Estas primeras Civilizaciones de la Humanidad eran la asignatura pendiente que tenía CaixaForum Barcelona. El conocimiento de esta antigua cultura es muy tardío puesto que se empieza a tener datos de los primeros descubridores a finales del siglo XIX, y más ampliamente, a partir de la colonización de los ingleses, en 1914 donde se empiezan a organizar expediciones que buscan riquezas. La lengua sumeria y la inestabilidad política de la zona (Siria, Irak e Irán) no permitieron un trabajo tranquilo y continuo donde poder investigar. Es importante, pués, poder ofrecer una exposición así porque en Mesopotamia se crearon los fundamentos de las Civilizaciones actuales: la organización de la ciudad, el dinero, la Ley, la escritura, el cálculo, la monarquía o el registro de la propiedad.

Esta exposición está integrada por 400 obras procedentes de 40 museos prestadores y se completa con una vertiente audiovisual que muestra el aspecto actual de los yacimientos que pretende conectar antigüedad  y contemporaneidad en diferentes niveles de lenguaje y soporte tecnológico. Un viaje en el tiempo que muestra cómo fue descubierta la región de la  Mesopotamia a través de aquellas piezas que ponen de manifiesto las innovaciones culturales. Una cultura que no tiene materiales perdurables como la piedra o el metal y que los obtenía por medio de intercambios. Ellos, lo que tenían era mucho barro y esto explica que las piezas sean tan pequeñas y frágiles. Esa fue la causa por la cual  todo se descompuso excepto lo subterráneo. La mayoría de figuras proceden de tumbas o depósitos y era un material que se dedicaba a los dioses y que ahora nosotros, hemos convertido en obras de arte, dándoles un sentido que nos permite hablar de nuestros orígenes, puede que el origen de todas las culturas mundiales y del Próximo Oriente. El comisario espera que la exposición  también promueva que las culturas actuales con ese mismo origen puedan entrar en diálogo.

La presentación está dividida en tres zonas: La primera está dedicada al imaginario mítico mesopotámico, donde un Dios, ordenador del mundo, controla las aguas fértiles. La segunda zona nos muestra el proceso constructivo del territorio y sus rituales fundacionales. En un tercer bloque descubrimos el espacio doméstico con escenas de banquetes, el templo y los muertos. Todo lo expuesto se complementa con un programa de actividades: seminarios sobre mitos y leyendas, conferencias, propuestas nocturnas para el público joven, talleres de escritura, café tertulia, visitas escolares, performance y espacio infantil. Todas estas actividades están dedicadas a profundizar sobre esta desconocida cultura madre.

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