En la lista de “sospechosos habituales” tenemos a Ucrania y al ISIS (en este caso islamistas de origen tayiko). Se pueden presentar buenos argumentos a favor de ambas posibilidades. Repasemos la cronología de los acontecimientos.
El 7 de marzo, la Embajada de Estados Unidos en Moscú emitió la siguiente alerta: «La Embajada está monitoreando los informes de que los extremistas tienen planes inminentes de atacar grandes reuniones en Moscú, incluyendo conciertos públicos, y se debe advertir a los ciudadanos estadounidenses que eviten ir grandes reuniones durante las próximas 48 horas».
Lo que hay que entender es que esta advertencia no fue emitida a discreción por la embajada. Esta declaración fue aprobada en Washington, DC y requirió un tipo información de inteligencia que se consideró “creíble”.
Cuando trabajaba en el “State Counter Terrorism” en 1990 (después de un atentado a un avión comercial Panam) la mayoría de opinión pública creía que el Departamento de Estado y la CIA tenían información de antemano sobre esta acción terrorista.
Y cuando se advirtió a mí y a mis compañeros de trabajo que no subiéramos a bordo durante unos días, a nuestro equipo se nos planteó la cuestión de cuándo y cómo advertir al público sobre una amenaza potencial. La respuesta fue crear un sistema que exige inteligencia específica y creíble.
Cuanto más específica y creíble sea la información de inteligencia, menos necesidad habrá de advertir al público. Consideremos, por ejemplo, que si supiéramos que un grupo en particular va a llevar a cabo un ataque terrorista en una sala de conciertos podríamos alertar a las autoridades correspondientes y tomar precauciones para interceptar el ataque sin alarmar al público.
Por otro lado, si la información no fuera muy detallada, pero proviniera de una fuente creíble, entonces nos tomaríamos el tiempo para elaborar una advertencia pública. Esto es lo que ocurrió cuando la Embajada de Estados Unidos en Moscú emitió la advertencia el 7 de marzo. La embajada tenía información que consideraban creíble, pero no demasiado específica.
Este hecho plantea una pregunta clave: ¿las autoridades de Estados Unidos advirtieron a las autoridades rusas?
Normalmente, cuando hacía el trabajo, compartíamos la información con las autoridades gubernamentales y policiales correspondientes para tratar de prevenir el ataque.
Según los comentarios de Maria Zakharova y Dimitri Medvedev, tras la advertencia del 7 de marzo, Estados Unidos no compartió ninguna información con Rusia. Ahora, para el Wall Street Journal, Estados Unidos sí advirtió a Rusia; sin embargo, las autoridades rusas han insistido que no se les proporcionó ningún aviso de Inteligencia
Mire cómo se mire la situación en que se encuentra EE. UU. es cuestionable: según propia confesión, los servicios de inteligencia sabían que se produciría un atentado. Pero lo más preocupante ha ocurrido después de la acción terrorista, porque cuando ocurrió el hecho luctuoso, el Departamento de Estado se apresuró a exonerar a Ucrania de cualquier responsabilidad.
La declaración hecha dos horas después del atentado es por lo menos sospechosa. ¿Por qué? Pues, porque en ese momento no se sabía cuántos eran los atacantes, qué tipo de armas utilizaron, cuántas fueron las víctimas y si había rehenes.
Entonces, ¿cómo supo el Departamento de Estado que Ucrania no era responsable? La explicación sugiere claramente que Estados Unidos tenía inteligencia que no compartió con Moscú.
Luego tenemos el mensaje en la red X muy inusual (ex Twitter) que fue publicado a las 3:30 a. m. de la mañana del, 22 de marzo, por OSINTdefender (una entidad de fachada para difundir los mensajes de la CIA ):
“Según se informa, los miembros del Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU. y la Casa Blanca han comenzado a sentirse cada vez más frustrados por las “acciones descaradas no autorizadas” adoptadas por Ucrania contra Rusia, incluida su reciente campaña de ataques con aviones no tripulados de largo alcance dirigido a 25 refinerías, terminales y depósitos de petróleo e instalaciones de almacenamiento en toda Rusia occidental.
Algunos funcionarios de la administración Biden creen que estos ataques provocarán un aumento en los precios mundiales del petróleo, así como una escalada y represalias significativas contra Ucrania, como se vio durante el ataque con misiles a gran escala de esta noche”.
¿Es solamente una feliz coincidencia que la Casa Blanca de Biden se lamente de que Ucrania esté tomando “acciones descaradas no autorizadas” el mismo día en que se produce un ataque terrorista masivo en Moscú?
No creo en las coincidencias. Creo que la administración Biden estaba tratando de adelantarse a un ataque que sabían que se avecinaba.
Además, a última hora del día, los medios estadounidenses afirman que supuestamente el ISIS se atribuyó el ataque.
Este tipo de información es relevante porque hay documentadas evidencias que miembros de ISIS, con el apoyo de Kiev, han estado luchando en Ucrania contra Rusia. Por tanto, si el atentado terrorista lo efectuó el ISIS (versión tayikos) esto no exonera ni a Ucrania ni a Estados Unidos, sino todo lo contrario.
Larry Johnson es bloguero y ex analista de la CIA.
*Fuente: https://observatoriocrisis.com/2024/03/23/ataque-terrorista-en-moscu-quien-lo-hizo/