Barcelona es una de las cuatro ciudades del estado español que albergaría «comisarías chinas clandestinas», según revela el informe Patrol and Persuade, elaborado por la fundación Safeguard Defenders. Estos centros no tendrían otra misión que «hostigar, amenazar, intimidar y obligar a los objetivos a regresar a China», y estarían operando a la sombra de la ley con funcionarios dependientes del Ministerio de Seguridad Pública de la República Popular China. Los centros se ubicarían en pisos o locales -tiendas y restaurantes- encubiertos. En concreto, en la provincia de Barcelona habría como mínimo tres: dos en la ciudad condal y la otra en Manresa.
Según la organización con sede en Madrid, en un solo año Pekín habría logrado mediante este método que 210.000 personas en todo el mundo regresaran a China para ser sometidas a «control gubernamental» después de ser clasificadas como «peligrosas» para el gobierno. Además, estos centros también sirven para «controlar la diáspora china».
España sería el segundo país del mundo con más comisarías clandestinas chinas. Además de Barcelona, el informe constata la existencia de estos «centros represores» en Madrid (3), Valencia (2) y Santiago de Compostela (1). A nivel mundial, China habría creado una red en el extranjero de 102 «Centros de Servicio de Policía de Ultramar de China» en 53 países de todo el mundo.
Con 11 comisarías, Italia es el país del mundo que alberga un mayor número de comisarías chinas no oficiales, apunta el informe. Curiosamente, en Italia, un acuerdo con China permite a policías chinos realizar patrullas conjuntas con policías italianos, en teoría para ayudar a turistas chinos. Portugal, Suecia, Países Bajos, Canadá, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos también cuentan con «comisarías» chinas extraoficiales.
Las autoridades de Pekín se han justificado con el argumento de que se trata oficinas para ayudar a los ciudadanos chinos en el extranjero a realizar gestiones como renovar pasaportes o el carnet de conducir.
Safeguard Defenders
Safeguard Defenders es un organismo de control sin fines de lucro que monitorea las desapariciones en China. Fue cofundado por Michael Caster. Fundada en 2016 en Madrid, funciona como una fundación privada.
En 2009, los activistas Peter Dahlin y Michael Caster, de Suecia y Estados Unidos respectivamente, fundaron China Action, una ONG que promueve los derechos humanos en China.
En 2016, la organización fue atacada por las autoridades chinas y sus miembros fueron encarcelados. Después de algunos años de actividad de bajo perfil, la fundación se restableció en Madrid bajo el nombre de Safeguard Defenders, con un alcance más amplio en Asia, pero especializada en China.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.