La veterana revista Cáñamo ha publicado su número 200 y, en el marco de esta celebración, el experto mundial en políticas de drogas, Martin Jelsma, ha presentado el informe del Transnational Institute de Ámsterdam yelGlobal Drug Policy Observatory de la Universidad de Swansea: “Auge y caída de la prohibición del cannabis”.
La veterana revista Cáñamo ha publicado su número 200 y, en el marco de esta celebración, el experto mundial en políticas de drogas, Martin Jelsma, ha presentado el informe del Transnational Institute de Ámsterdam yelGlobal Drug Policy Observatory de la Universidad de Swansea: “Auge y caída de la prohibición del cannabis”. Jelsma es el asesor del gobierno de Uruguay, país que recientemente ha despenalizado el consumo de marihuana. Por otro lado, en estos días, el ayuntamiento de Barcelona ha clausurado un tercio de los locales cannábicos. Hablamos de todo ellos con el editor de Cáñamo, Jaime Prats.
Recientemente hemos visto muchas noticias en la sección de sucesos sobre clubs cannábicos, a cuenta del llamado “turismo de marihuana”, incautación de plantaciones, investigación por blanqueo de dinero en la Asociación Airam (que tiene 10.000 socios), cierres por cusas administrativas como salidas de humos… ¿Hay una intención de criminalizar a todo el sector?
Es un contraataque de la fiscalía, que hace tiempo que viene diciendo que las asociaciones cannábicas no tienen cabida en la legislación actual, y quieren acabar con ellas. Pero la fiscalía también ha reconocido que con una forma muy concreta de trabajar, con muy poco margen de movimiento, sería posible que estas asociaciones funcionaran. Me consta que hay muy pocas asociaciones que trabajen con ese margen tan concreto. La administración es una máquina muy lenta y ha dejado desarrollar unos modelos no definidos. Nosotros llevamos cinco años pidiéndoles que regulen el sector, para definir y acotar los márgenes en los que se puede actuar, pero no lo han hecho. Esto ha dado pie a que haya asociaciones que empiezan con un modelo concreto, la siguiente asociación se limita, pero se pasa un poquito, otra la copia y se pasa más…, hasta llegar al desmadre y el desfase actual. Las leyes españolas no han cambiado en 20 años, lo que está claro es que hay que cambiar las leyes para que tengamos cabida, pero mientras la administración es como una apisonadora, cuando ataca, ataca.
Pero, como ya hablamos en otra entrevista en Rambla, todos los grupos políticos, de una forma u otra, están por una regularización de la marihuana y discuten con vosotros las maneras de llevarla a cabo. ¿No hay una contradicción entre la acción policial y la política?
Sí, cuando fuimos al Parlamento español ya hubo contradicciones entre los ministros de Interior y el de Sanidad, tenían diferentes ideas. En sanidad quieren regularlo, y la policía dice que actuará contra todos los actos ilegales. El origen de todo es el cultivo, para algunos es necesario tener un permiso de la Agencia del Medicamento para poder cultivar, y para nosotros, si actúas de una manera muy concreta, con cultivos sometidos a la demanda de los socios, sin hacer publicidad, para un circuito cerrado, sin ánimo de lucro…, el cultivo tendría su sentido y encaje en la legislación actual.
Pero hay una incoherencia legal, porque la Agencia del Medicamento está para dar permisos a la industria farmacéutica, pero la policía os pide éste permiso a las asociaciones.
Me consta que las asociaciones que han pedido a la Agencia del Medicamento el permiso para los cultivos de sus socios, no es que se lo negaran, es que no han dado trámite a la petición; no dicen ni sí, ni no, simplemente que no son competentes, que nuestra petición está fuera del ordenamiento jurídico. De alguna manera están diciendo que se regule. Si la Agencia no tiene reconocida la función para un consumo propio, pues que sea otro organismo. Nosotros lo estamos pidiendo a la Generalitat, pero como dices tú, no pueden pedir un permiso cuando no hay ningún organismo que lo conceda o lo niegue, es una incoherencia, un limbo legal.
Según el New York Times, Barcelona puede ser la futura capital europea de la marihuana. ¿Crees qué esto ha llevado al ayuntamiento clausurar 49 de los 145 locales que hay en la ciudad?
Sí. El New York Times hizo una editorial abogando por la legalización de la marihuana en los Estados Unidos. Sobre las clausuras, hace tiempo que esperábamos una actuación de este tipo. Las administraciones han tardado en dar respuesta a la proliferación de un tipo de clubs cannábicos que, mal aconsejados, habían desarrollado sus actividades claramente fuera de la ley. Ha sido una medida drástica que podíamos habérnosla ahorrado si la regulación de los clubs cannábicos hubiese llegado antes.
Barack Obama declaró recientemente que la marihuana no es más peligrosa que el alcohol, aunque la legalización no sea una “panacea”…
Estoy de acuerdo, y como dijo también en esa declaración, las penas que se aplican en su país son muy duras y siempre van hacia los sectores de la sociedad más desfavorecidos. Martin Jelsma, coautor del informe que hemos traducido con el apoyo de 50 asociaciones de toda España, declaró que Washington sabe que la legalización es irreversible, y poner palos en las ruedas de un proceso que va a llegar, es un poco ridículo.
(El citado Martin Jelsma también declaró: “El gobierno español debe seguir el ejemplo de otros países en el camino de la legalización del mercado del cannabis. Este cambio en la política de drogas eliminaría el mercado criminal y permitiría al Estado implantar un sistema de impuestos, que aportaría ganancias a las arcas públicas”.)
Vosotros, las Federaciones Cannábicas de Catalunya, tenéis unas propuestas de buenas prácticas para los clubs cannábicos. ¿Cuáles son?
Según la legislación actual, todo esto lo podemos hacer en un circuito cerrado, si está abierto ya estás vendiendo sustancias a terceras personas, por decirlo de alguna manera. Un turista que viene de vacaciones, entra en un club cannábico, se hace el carné, compra y se va; esto es un claro ejemplo de un circuito abierto. Esta es una de las grandes discusiones que tenemos en las diversas federaciones, hay quien defiende esta postura alegando que todos los ciudadanos de la Unión Europea, siempre que sean mayores de edad y lo acrediten, tienen los mismos derechos. Nosotros tenemos claro que somos un grupo de amigos que producimos para nosotros, por lo cual si viene alguien de fuera no tendríamos material para darle, porque cultivamos estrictamente lo que necesitamos para el consumo propio. Al final se aceptó, en el código de buenas prácticas, que si un turista se hace socio de un club, se le pone un tiempo de espera, que puede ser de 10 ó 15 días. Algunas asociaciones pedían, incluso, que sólo se podía aceptar a personas que fueran residentes o estuvieran empadronadas en la ciudad.
Pero, por decirlo de alguna manera, la tercera generación de clubs ya va descaradamente a conseguir cuantos más socios mejor. Incluso se ponen en las Ramblas repartiendo flyers haciendo publicidad de sus Coffee Shop. Lo que me extraña mucho es que esta tercera o cuarta generación de clubs estén trabajando y funcionando, en cambio la segunda generación, las que estaban federadas y con ganas de luchar políticamente y dar la cara, como la que citabas de Airam, pues parece que la policía se mete con ellos. El ayuntamiento está empezando a darse cuenta de la dimensión del problema, incluso su departamento jurídico, en un informe, se extrañaba que en Barcelona hubiera más clubs cannábicos que museos, pero esto no tiene que ser una excusa para acabar con los clubs. Pero aquí estamos, con una moratoria del ayuntamiento y la Operación Sativa en marcha, que hace que la Guardia Urbana entre en todos los clubs para pedir papeles y tener una idea real de la situación de las asociaciones, imagino que para luego intervenir.
(Según reconoció en rueda de prensa el inspector de la Guardia Urbana, Benito Granados, en la Operación Sativa: “No se acreditó ningún caso de tráfico ilegal en las 145 asociaciones inspeccionadas”. Quizá por ello se dedicaron a levantar actas administrativas por falta de salidas de humos y demás. Algunas de las asociaciones clausuradas han presentado querellas contra los responsables municipales.)
¿Cuáles son las líneas generales del informe “Auge y caída de la prohibición del cannabis?
Es la demostración de la sinrazón de la prohibición y el sinsentido de mantenerla. Hay sobrados motivos para poner en tela de juicio el actual modelo prohibicionista, modelo que además no ha tenido ningún efecto en reducir el mercado. La inclusión del cannabis en el actual marco internacional es cuestionable, ya que se hizo con pruebas discutibles, además nunca se ha revisado en base a las pruebas científicas aceptadas hoy en día. El informe tiene 71 páginas y lo regalamos con el número 200 de la revista, son 17 años ya, además también regalamos un DVD y un par de semillas para que la gente pueda tener genética interesante, para cuando en un futuro se pueda cultivar. No queremos hacer apología del cultivo, pero si la gente no la quiere guardar para un futuro o como colección, no dará más de dos plantas, que para consumo propio está permitido.
Hay una cosa de la que no se habla mucho, pero el actual marco legal sobre sustancias psicoactivas ha retrasado la investigación de la neurociencia en unos 50 años. Los científicos, por ejemplo, tienen más difícil investigar el cannabis que la heroína.
A mí me consta que en España hay cultivos para conseguir CBD, que es un cannabidiol con grandes aplicaciones en la medicina. Hay gente que está investigando, como el doctor Manuel Guzmán (Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Complutense de Madrid) y otros científicos. Pero lo que dices es cierto, por ejemplo, los estudios con el MDMA (éxtasis) para su aplicación terapéutica en el estrés postraumático, tuvieron que abandonarse debido a la prohibición. El problema no es la sustancia, sino el uso que se hace de ella.
(Al término de esta entrevista, el conseller de Sanidad de la Generalitat anunció que su departamento regulará el uso del cannabis con finalidades terapéuticas. Los clubs cannábicos cumplían esta función, ya que las farmacias de los hospitales apenas recetan marihuana. Los ensayos clínicos demuestran las propiedades de estas sustancias en enfermedades como el cáncer y la anorexia, pero se limita su uso para la esclerosis múltiple. El conseller Boi Ruiz es partidario de que la distribución se haga en las farmacias, pero este hecho no está confirmado.)