El pasado 11 de septiembre más de un millón y medio de personas se unieron en la Vía Catalana para reclamar la independencia. La movilización fue organizada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), su presidenta, Carme Forcadell (Xerta, Tarragona, 1956) es una activista comprometida en un buen número de iniciativas realizadas en Cataluña desde la Transición. Catedrática de Enseñanza Secundaria y asesora en cuestiones lingüísticas del departament de Ensenyament de la Generalitat, fue concejal de Esquerra Republicana en Sabadell entre 2003 y 2007 y participó en la formación de la Plataforma per la Llengua. Desde 2012 preside la ANC. Carme Forcadell, en esta entrevista, aborda todos los temas de actualidad en Catalunya.
Entrevista a Carme Forcadell
La pasada Diada más de un millón y medio de catalanes salieron a la calle para pedir la independencia ¿Cómo se consigue tal movilización?
Hemos canalizado un sentimiento. En realidad, no hemos movilizado a la sociedad civil, ya que muchísima gente tenía ya ganas de salir a la calle. Sólo hemos servido de canal para esta muestra de descontento con la situación actual, pero este era un sentimiento que ya estaba. La ANC trabaja en un terreno ya abonado. Durante este último año, desde la Diada de 2012, se ha agravado aún más la situación del país con la incapacidad del Gobierno central de actuar, no se han movido de dónde estaban. Este comportamiento ha convencido a muchísima gente de que había que actuar ya. Si la manifestación de la Diada del 2012 fue muy importante, la Via Catalana ha sumado aún más gente al proceso por la independencia.
¿Cómo cree Carme Forcadell que se llega a esta situación?
No es algo que aparece ahora, que surge de repente, es una injusticia que padece Cataluña desde hace mucho tiempo y no sólo si se mira desde un punto de vista económico, que también. Desde España, no se reconoce ni la lengua ni la identidad catalanas. La idea es que no podemos ser catalanes dentro del estado español. No nos dejan ser catalanes. Y este sentimiento, esta sensación de injusticia se ha ido agravando en los últimos años, en que se ha dado un cambio muy significativo que se inicia con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Una decisión determinante para este proceso, ya que un texto ya rebajado por el Congreso de los Diputados acaba siendo rechazado por el TC. Incluso con esa rebaja no es aceptado por el estado. Esto demuestra el poco interés que se tiene por Cataluña. Si un Estatut votado por el pueblo, no es admitido, ¿qué respeto demuestra el estado por las decisiones del pueblo catalán? Esto motivó que un buen número de personas que confiaban en que un acuerdo era posible se desilusionase. De forma paralela, se desarrolló por toda Cataluña, un movimiento de consultas organizado por la sociedad civil y en el que participaron más de 1 millón de personas. La sentencia sobre el Estatut hizo más grande esta bola de nieve, porque no hay acuerdo, por la falta de diálogo y de ofertas que interesen a Cataluña. No hay ninguna oferta tentadora, sólo amenazas y miedo. Si España hubiese querido arreglarlo hubiese propuesto algún tipo de solución viable, y no sólo dedicarse a lanzar amenazas, que al final, no funcionan.
En el proceso independentista parece que apenas hay espacio para la reivindicación social, ¿Qué opina Carme Forcadell en esta entrevista?
En este país siempre que se ha avanzado nacionalmente, se ha avanzado socialmente. La historia lo demuestra, en los años 1920 con la Mancomunitat, en 1932 con el Estatut de Núria, y en 1979 con el Estatut de Sau. El aspecto nacional y el social son las dos caras de la moneda y queremos avanzar en las dos. No entendemos el avance nacional sin el social. Hay mucha gente que piensa que primero se debe resolver la crisis, pero es que la crisis no se puede resolver de ninguna manera sino tenemos las herramientas y los instrumentos de un estado. Éste también es un motivo para reclamar la independencia, que no sólo es un fin, sino un medio de salir de la crisis. Para conseguir vivir mejor ahora tenemos la posibilidad de crear un estado, que debe ser más democrático, más justo y más próspero. Si no lo hacemos bien, será que no lo sabemos hacer, pero la oportunidad histórica la tenemos, esta ahí, y la tenemos que aprovechar para hacerlo mejor.
¿La salida de España se produce por una fatiga mutua?¿No hay posibilidad de alcanzar acuerdos?
Ya no hay ninguna posibilidad de acuerdo. Se perdió la oportunidad de alcanzar algún tipo de pacto, cuando tras la Diada de 2012, el president Mas fue a hablar con Rajoy, con el mandato del Parlament de Catalunya. Si en ese momento, se hubiese recibido una buena oferta, es probable que se hubiesen replanteado algunas cosas. Pero con un no tan rotundo se hace imposible alcanzarlo. La negativa al pacto fiscal provocó el adelantamiento de las elecciones y precipitó la actual situación. Ya no hay acuerdo posible con España porque la mayoría de la sociedad ya no se conformará. Ya es tarde. Desde la ANC creemos que no, ya no.
Si no hay diálogo con el Gobierno central se han barajado algunas posibilidades pero las decisiones unilaterales en este tipo de procesos se han demostrado siempre complicadas.
Los procesos de independencia que se han ido dando en los últimos tiempos en Europa han sido duros. En la gran mayoría de los casos, no ha habido acuerdos. Como ha sido el caso de Montenegro con Serbia o de la repúblicas bálticas con la Unión Soviética. Pero el caso de Cataluña es muy diferente, porque estamos dentro de la Unión Europea, aunque no cambia el hecho de que también será un proceso duro. Si lo quiere la mayoría de Cataluña, España acabará negociando porque contra la democracia no hay nada.
Pero la independencia en estos casos ha provocado conflictos…
Pero Serbia no estaba en la UE. Desde que se creó la Unión no ha habido ningún conflicto dentro de sus fronteras. Este hecho ha animado a mucha gente porque España ha reprimido de forma violenta todas las revueltas que se han producido en Cataluña , algo que ahora ya no es posible.
¿Creen entonces desde la Assemblea que se acabará negociando?
Con estas amenazas que llegan continuamente desde distintos ámbitos del estado, se acaba pensando: ¿Tenemos que volver a un estado que manifiesta unas posturas tan antidemocráticas?. ¿Qué estado es éste que permite las amenazas continuas desde el Ejército y desde medios de comunicación y no pasa absolutamente nada? Es verdad que el proceso será difícil y el futuro es incierto, pero quedarnos donde estamos es una certeza que no podemos aguantar como país. Es una cuestión de dignidad. Cómo volver a un estado así, con los ataques sistemáticos a la lengua y la cultura catalanas que representan medidas como la ley Wert.
¿Estas medidas son interpretadas como parte de una oleada recentralizadora?
Son un instrumento contra el Govern y contra el pueblo de Cataluña, pero son unos instrumentos contraproducentes para lo que busca el Gobierno central. La gente se plantará. Ya no tenemos miedo. Creen que la sociedad tendrá miedo, pero no, no es así. Estamos en la Unión Europea, en pleno siglo XXI. No servirán para nada.
Cada Diada ha acelerado la reivindicación de la consulta y de un estado propio. ¿Por qué?
La respuesta es sencilla. Cuanto antes se solucione este proceso, antes saldremos de la crisis. Cuanto más se dilate el proceso en el tiempo, más tardaremos en salir de este momento de incertidumbre, que no es bueno para nadie. Ni para el país ni para el Govern de Cataluña. Esta tensión que estamos sufriendo. Este tira y afloja continuo. Debe solucionarse ya. ¿A qué el pueblo de Cataluña lo tiene claro? Pues adelante.
Si el proceso se alarga, ¿cree Carme Forcadell que se corre el riesgo de que cunda la desilusión en el movimiento independentista?
Nosotros preveemos que la consulta se realizará el próximo año. Si no es así, se convocarán unas elecciones. El proceso no se alargará más allá del 2014.
En Escocia, la consulta prevé tres preguntas para dilucidar el tipo de unión que la sociedad escocesa quiere mantener con Gran Bretaña. ¿Aquí hay cabida para esa amplitud de respuestas o se mantienen en las dos?
Sólo si o no. No nos podemos comparar con Escocia. Cada país tiene su propio proceso y tiene que seguir su propio camino. En el último cuarto del siglo XX, ha habido varios procesos de independencia en Europa y cada uno de ellos ha sido diferente. Es más, todos han tenido una hoja de ruta que no se ha cumplido, porque se ha producido algún hecho que ha variado o acelerado el proceso. Nosotros entendemos que se debe presentar una pregunta clara, binaria, que no genere dudas y que además permita que se lleve a la práctica su resultado. Además, el caso escocés es distinto al catalán. Allí es un proceso liderado por el gobierno y que intenta convencer a la sociedad civil, aquí, por el contrario, la sociedad civil ha estirado del gobierno. Tenemos claro que si no hubiésemos salido a la calle el año pasado, aún estaríamos dándole vueltas al pacto fiscal.
Desde el Gobierno central se insiste en una lectura económica de las demandas catalanas…
No es un tema económico. Este proceso comenzó por la sentencia del Estatut. En la manifestación de julio del 2010 se protestaba por esta decisión del Tribunal Constitucional. La economía es sólo un ingrediente más en este malestar, importante, sin duda alguna, pero sólo uno más. Aunque la cuestión de financiación se solucionase, continuaría todo igual.
¿Tiene Carme Forcadell la sensación que este movimiento está provocando desconcierto entre los partidos políticos?
Si, ahora parece que poco a poco está volviendo todo a su sitio, pero la manifestación del 11 de septiembre del 2012 provocó mucho desconcierto en varios partidos, que en algunos casos se ha ido agravando y provocando tensiones, como sucede ahora mismo en el PSC y en Unió, donde las declaraciones de Duran i Lleida no se corresponden con lo que opinan otros líderes de su partido, ni mucho menos con lo que opinan la mayoría de los militantes de UDC. Duran no representa a la mayoría de militantes de su partido, que son independentistas. En la ANC hay un buen número de miembros de UDC y la prueba está en su participación en la Vía Catalana. Esta tensión también se da entre Convergència y Unió. Es un problema interno y debe solucionarlo CiU y no la sociedad civil.
¿Esta tensión se puede trasladar a la calle?
Las últimas elecciones han dado una mayoría clara a los partidarios del derecho a decidir. La mayoría social de este país está a favor de la independencia. CiU, ERC y la CUP conforman una mayoría clarísima a favor de este proceso, además Iniciativa también lo apoya, algo más dividida, eso sí, sobre el resultado final. La mayoría del Parlament está a favor del estado propio y la consulta acabará por decidirlo. Por esto mismo, la pedimos, para saber quién es quién, porque antes que independentistas somos demócratas.
Desde distintos niveles de la Unión Europea se ha anunciado que una secesión de Cataluña implicaría su salida de la comunidad europea. ¿Esto enfriaría el independentismo?
El año pasado después de la manifestación de la Diada también comenzaron con estas amenazas. Lo cierto es que nadie sabe que pasará, porque es un proceso nuevo en el que los catalanes deberemos decidir muchas cosas, entre otras, si permanecer o no dentro de la Unión Europea. Hay países que han decidido no pertenecer a la Unión, como Noruega o Suiza, y en cambio, sí estar incluidos en el espacio Schengen. Son cuestiones que se deben discutir, pero, en mi opinión, si Cataluña quiere estar en la UE, estará, porque es un contribuyente neto. La Unión es ante todo una unión económica y eso le interesa, como le interesa a Alemania, con tantos intereses económicos y tantas empresas como Volkswagen, por ejemplo, instaladas aquí. Como le interesa al mismo estado español. ¿Pondrá fronteras España para su comercio con Europa y con Cataluña? Porque nosotros no las pondremos.
¿Las razones económicas prevalecerán?
La UE mantiene sus condiciones, pero no creo que dejen fuera a 7 millones de ciudadanos europeos. En esto, hay diversas posturas pero, por citar una, un asesor del ministerio de Economía de Alemania declaró que aunque Cataluña estuviese fuera de la Unión, sus ciudadanos seguirían siendo miembros. Es una cuestión complicada porque no hay precedentes claros. No sabemos qué pasará. La Unión Europea, como unión económica es pragmática, así que decidirá en su momento lo que más le convenga. No dejaran nunca fuera de la Unión Europea un mercado de 7 millones de personas. Dentro de la UE no se ha dado nunca ningún conflicto, es algo que proporciona mucha seguridad a este proceso y hacen imposibles todas esas amenazas que llegan. El gobierno no ha explicado nada de la reunión mantenida por Margallo con 28 embajadores europeos para poner a sus países en contra del derecho de Cataluña a decidir su propio futuro. Sobre estas cuestiones, no dicen nada.
Este movimiento por un estado propio, por la independencia, se lleva a cabo en un momento de pérdida general de soberanía de varios estados de la UE sometidos a las imposiciones económicas de Bruselas y Berlín. ¿Hay independencia sin soberanía?
Esto es cierto, pero evidentemente nadie renuncia a ser estado ni a imponer su estado. A nosotros no nos han dejado de imponer la ley Wert ni el objetivo de déficit desde Madrid. Si renunciamos a tener estado, renunciamos todos, pero es que siempre tenemos que renunciar los mismos. Este es un argumento típico de los estados, que se preguntan para qué queremos crear nuevos países en una Europa sin fronteras.
Grecia apenas mantiene soberanía…
Bueno, si es necesario perderemos soberanía en aras de Europa, pero no por otro estado. Debemos ser todos iguales. ¿Ha perdido acaso el estado español su soberanía? No, pero a nosotros nos la impone.
¿Cree que la falta de diálogo del Gobierno central se debe al miedo a abrir la puerta a reclamaciones de otras partes del estado, como Euskadi?
No lo sé, ese es su problema. La situación es muy diferente, tanto en la calle como a nivel político y parlamentario. Ahora no lo veo. No se puede comparar Cataluña con Euskadi.
¿Por qué se habla de derecho a decidir y no de derecho de autodeterminación?
El derecho a decidir es más amplio, el de autodeterminación es un derecho inalienable de cualquier pueblo. Los dos sirven para decidir el futuro político de un pueblo y a veces, son sinónimos. El derecho de autodeterminación está reconocido por el derecho internacional y España lo ha aceptado, con el Sahara, por ejemplo.
¿El derecho a decidir es sólo sobre el futuro nacional? ¿no se pueden decidir más cuestiones?
Si, estoy de acuerdo, por eso pienso que la ley de consultas puede servir para muchas cosas más. Este derecho a decidir se debe ampliar a muchos ámbitos, y en este futuro estado se debe hacer.
Y ¿si no se hace la consulta? ¿Si se llega a algún tipo de acuerdo?
Para la ANC cualquier camino democrático y pacífico es válido. Pero la Assemblea Nacional Catalana está en contra de cualquier pacto que suponga renunciar a tener un estado propio, además no tiene ningún sentido pactar con un estado que sólo recurre a las amenazas contra el país y contra este proceso. La sociedad civil catalana no aceptaría ningún pacto en ese sentido.
Aparte del debate soberanista, el Parlament de Catalunya sólo ha aprobado una ley este año y los presupuestos de la Generalitat se han prorrogado. ¿Piensa Carme Forcadell que el debate sobre la consulta anula el resto?
¿Cómo podemos hacer ni arreglar nada sino tenemos estructuras de estado? Cataluña no puede ni siquiera disponer de sus propias políticas de empleo.
¿PP y PSOE son dos versiones de una misma forma de enfocar la cuestión de Cataluña?
Tanto el Popular como el Socialista son dos partidos que siempre llegan a acuerdos cuando lo que se discute atañe a Cataluña. Es un ejemplo claro de que no hay ninguna solución para el país. Si Rodríguez Zapatero hubiese apoyado de verdad el Estatut, no nos encontraríamos ahora en el lugar que estamos. En ese sentido, cada uno debe asumir su responsabilidad.
El PSOE ha recuperado el federalismo en su programa territorial. ¿Es entonces un recurso de urgencias?
No, es una opción fantástica de gobierno. Ahí está, por ejemplo, Estados Unidos, Alemania o Suiza, pero la pregunta aquí y ahora es ¿federarnos con quién? En España no hay federalistas ni están interesados en una organización de este tipo. El federalismo es sólo catalán, sólo se ha desarrollado en Cataluña, desde Pi i Margall hasta ahora. El Estatut de 2005 era federalista. Son propuestas que surgen aquí y no encuentran ningún apoyo fuera de Cataluña.
Para acabar la entrevista a Carme Forcadell, CiU ha apoyado gobiernos, como el primero de Aznar. El PSC era parte principal en el tripartito. ¿Se ha fallado en la explicación de una especificidad catalana en España?
No se ha fallado porque no había nadie dispuesto a comprender. En España, no están interesados en escucharnos.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.