No habrá presupuestos de la Generalitat de Catalunya antes de que finalice el año. Tras el acuerdo que posibilitaba la consulta y que allanaba el camino a la aprobación del próximo presupuesto, la impugnación del Partido Popular obligará a posponerlo hasta mediados del próximo mes de enero.
No habrá presupuestos de la Generalitat de Catalunya antes de que finalice el año. Tras el acuerdo que posibilitaba la consulta y que allanaba el camino a la aprobación del próximo presupuesto, la impugnación del Partido Popular obligará a posponerlo hasta mediados del próximo mes de enero. El calendario parlamentario preveía que las cuentas para 2014 se votasen esta última semana -con el apoyo de CiU y ERC-, pero el PP anunció que llevará el presupuesto al Consejo de Garantías Estatutarias al considerarlo «anticonstitucional» y «antiestatutario«, al destinar una partida a la organización de la consulta independentista.
Artur Mas, y su socio, el líder de la oposición, Oriol Junqueras (ERC), defendieron en el Parlament, extender el acuerdo sobre la consulta alcanzado sobre la consulta, a otros ámbitos, incluido el económico. Esta extensión a otros sectores del pacto -en el que también se encuentran ICV y la CUP-, serviría, destacó el president de la Generalitat, para emitir un mensaje de unidad «hacia dentro y hacia fuera«, y que este consenso daría lugar a una fortaleza que permitiría afrontar grandes retos. A eso se referiría Mas, al contestar el president de la Generalitat las recriminaciones de Sánchez-Camacho sobre su falta de espíritu democrático, diciendo, en un nuevo símil épico, que: “si las leyes solo fueran leyes y no tuvieran espíritu, las mujeres no votarían y los esclavos continuarían siendo esclavos”.
Lejos de la exhibición de músculo patriótico, de la retórica de consenso sobre la consulta y de las exigencias de unidad nacional, se encuentran los pequeños acuerdos que se tejen en silencio. Así, entre la batería de conclusiones de la comisión que estudia el material antidisturbios de los Mossos, se coló la aprobación de la web de delación ciudadana de los Mossos d’Esquadra. La herramienta de identificación y denuncia anónima fue ratificada con los votos a favor de CiU, y, ahí es nada, PP y Ciutadans, que se mostraron a favor de utilizarla «cuando sea necesario«, después de ser cerrada temporalmente -tras sólo un mes de servicio– en mayo del 2012.
El Parlament de Catalunya también refrendó la prohibición de las balas de goma a partir de abril de 2014. La retirada de este material recibió el apoyo de CiU, ERC y Ciutadans, la abstención de PSC y CUP, y el rechazo de Iniciativa y PP. Mientras, parte de la oposición protestaba con estos votos por la sustitución de las balas de goma por proyectiles de espuma -operativos desde hace años y, al parecer, más precisos-, el Partido Popular rechaza la prohibición por considerarla una irresponsabilidad que atenta contra la seguridad ciudadana.
En cuanto al proceso soberanista, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, aventuró esta semana la posibilidad de suspender la autonomía como un instrumento para frenar la consulta y cualquier iniciativa relacionada. Camacho también comentó que otra posibilidad podría ser inhabilitar a Artur Mas como presidente de la Generalitat. De momento, el Gobierno, sacudido por el tarifazo eléctrico y el registro ordenado por la Audiencia Nacional de su sede nacional, se mantiene en el freno al soberanismo mediante recursos ante el Tribunal Constitucional y el bloqueo parlamentario de cualquier iniciativa presentada a favor de la consulta. La suspensión de la autonomía de Cataluña, a pesar del jaleo de la prensa cortesana, parece una medida de último recurso y que, por sus repercusiones nacionales e internacionales, Rajoy parece decidido a evitar, al menos por ahora.