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Ilustra Evelio Gómez.

Juan Díaz de Solís en 1516 llegó a la costa del Río de Plata. Se lo comieron los Charrúa. Pero descubrió Argentina. Más tarde llegaron los Adelantados, los Jesuitas, los colonizadores. Entre el Siglo XVI y el XVIII la colonización fue eminentemente masculina. Españoles sin mujeres castellanas, andaban sueltos por las costas del Mar Dulce violando indias. El resultado fue un mestizaje hispano-autóctono que dio lugar a una población hija de nadie.

Entre el Siglo XVII y el XIX arrastraron allí a los africanos esclavizados, una población que también se diluyo en el mestizaje o murió en la guerra de la Independencia. Mientras en el resto de América latina, sobretodo en el territorio que hoy es Brasil, esta población sobrevivió.

Detengámonos en el medio de esta historia patria. Es decir unos 6 años antes de la declaración de la independencia. En 1810, los ingleses, a quien la isla les quedaba pequeña, intentaron invadir el Virreinato del Río de la Plata. Los criollos repelieron a los ingleses a base de aceite hirviendo y supongo que negociando algún tratado comercial con la Gran Bretaña. La cuestión es que los españoles no aparecieron y el Virrey huyo por piernas. No estaba el Imperio en buena forma.

En 1816 los criollos se vuelven argentinos. Pero la desproporción entre el territorio que les había tocado y el número de habitantes era brutal. Entre los nuevos argentinos existía una élite masona a la que llaman próceres, a uno de ellos, Juan Bautista Alberti, se le ocurrió que gobernar es poblar. Digamos que necesitaban gente para gobernar, si iban tener que leerle la Constitución de 1853 a los ombúes. Así se abre una etapa de migraciones predominantemente europea hacia los páramos del sur, que se expandió por Argentina, Brasil, Uruguay… (2)

Emigraron italianos, más españoles, judíos, alemanes, albaneses, turcos católicos, portugueses, un largo etcétera, y los británicos. Estos últimos aún seguían odiando a los argentinos por el tema del aceite hirviendo, así que nos hicieron un regalo envenenado, un caballo de Troya, nos llevaron el fútbol a América. El primer partido de fútbol en Argentina se jugó el 20 de junio de 1867. Allí comenzó la verdadera colonización británica, convirtió al hombre argentino en esclavo. Los primeros en contagiarse de la grave enfermedad fueron los italianos, el Barrio de la Boca dio a luz en 1901 a River  Plate y al club genovés Atlético Boca Jr.

Dudo si fue la escuela la que unifico las nacionalidades, es decir, la escuela como institución generadora de ciudadanos, con el modelo francés de patria, o en realidad fue el fútbol el que unifico en equipos las diferentes nacionalidades.

En Brasil más de lo mismo, Portugal se agencio la selva en 1492. Baso su economía en la caña de azúcar y para ello necesito mano de obra esclava que importaba de África. Los técnicos los importo de Europa. Entre ellos Charles William Miller, un escocés, se debe aclarar, ya que no es lo mismo que un inglés, fue quien llevó dos míticas pelotas a Brasil y en 1888 fundo el Sao Paolo.

Con el tiempo el mercado se apoderó del fútbol y de todo lo demás. La industria multinacional del espectáculo futbolístico maneja millones que no puedo imaginar. Trafica con criaturas vendidas desde pequeñas por sus padres a los grandes equipos (3). Debe millones a las agencias tributarias. Alimenta paraísos fiscales y multinacionales de equipación deportiva. Multinacionales que esclavizan a niños y niñas que cosen pelotas y zapatillas. Produce pequeñas burbujas económicas basadas en el ladrillo y el turismo que son pan para hoy y hambre para mañana.

Y somete a la población a un estado de estupidez supina.

Brasil revienta. Y revienta porque hay una parte sustancial de la población que no es bobalicona, que juega al fútbol en la calle, descalza y con pelotas de trapos. Población que tiene sus ídolos, que seguirá amando el fútbol pero que cada día está más informada y lo que ve, escucha y concluye no le gusta.

Todo esto se ve reflejado en el Estado español de la manera en que nos vienen acostumbrando los medios. Omitiendo. El País Semanal (4) el domingo pasado ha publicado un especial muy interesante sobre el mundial. Hablan de números económicos, hablan de músicas, hablan de Pele y con Pele, olvidando que su hijo ha sido condenado a 33 años por blanqueo de dinero (5). Supongo que no viene al caso explicar tal miseria humana.  Un solo artículo es verdaderamente realista y no aplaude la iniciativa futbolística, el de Paulo Lins: Retrato del país del fútbol (6).

Las favelas están militarizadas al máximo. Se han desahuciado casi 150mil familias. Los vendedores ambulantes tradiciones  han sido desplazados a favor de la venta de productos de las multinacionales patrocinadoras. Los trabajadores de la construcción han sido explotados. Existe un mercado de explotación de personas para el turismo sexual (7). El gobierno actual de Brasil reprime brutalmente. La corrupción de la FIFA se multiplica. Se ejerce la manipulación política. La deshonestidad de las adjudicaciones empresariales es evidente y los  15billones de dólares (8) que cuesta la tontería no son cosas que el pueblo ignora, las vive.

El fútbol es un paradigma de la globalización. Deberíamos recordar que experimentos globalizadores ya se realizaron en tiempos de la colonización española del continente americano y anteriormente en Europa con el imperio romano, fueron ellos quienes acuñaron las trillada frase “al pueblo pan y circo” pero esta vez se han olvidado del pan.

Hoy 12 de Junio, el Estado español, se plantará delante de la tele, tendrá una sola religión y dejará de pensar en la hipoteca. Eso sí tiene de bueno el fútbol, distrae. Y en mi casa esta servidora no escuchará por muchos días la llamada de su prole, la cual estará encolada a la tele tifando per la nazionale italiana y la selección argentina. Es lo que tiene ser trasnacional tienes dos selecciones y esperas que la nación donde vives un día tenga la suya ¿el fútbol tendrá que ver con la política?

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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