Todo hace pensar que la etapa de “Comuns” en la vida política de Catalunya llega a su final después de su aparición fulgurante en 2015 como “Barcelona en Comú” en las elecciones municipales de Barcelona, consiguiendo situarse como principal fuerza con 176.337 votos y un 25,21%. Mientras en el resto de Cataluña mayoritariamente se presentó la marca de ICV-EUiA y también consiguió un número importante de votos, 190.274 y 347 concejales. En conjunto, en el total de Cataluña fueron 366.611 votos con un 11,78%.

Este fenómeno se repitió en el 2019, donde ya se presentaron todas las candidaturas como “Comuns-Podem” pero con cierto descenso de votos y concejales. En Barcelona consiguió ser la segunda fuerza, apenas detrás de Junts con 156.493 votos y un porcentaje del 20,82%, y con el apoyo del PSC se renovó la alcaldía de Barcelona. En el resto de Cataluña los resultados globales también se redujeron un poco, obteniendo 171.767 votos. En total en Cataluña se consiguieron 258 concejales, un centenar menos que en 2015, con 328.260 votos, es decir, un 9,39%.

Finalmente, en el 2023 los Comuns, ya sin Podemos, obtienen en la ciudad de Barcelona 131.594 votos, un 19,77% del electorado de la ciudad y consiguen ser la tercera fuerza. En el conjunto de Catalunya las candidaturas obtienen un total de 244 concejales, 266.061 votos y un 8,85% del total de votantes. Es decir, del 2015 al 2023, se pierden en Barcelona ciudad unos cien mil votos, cerca de un 3% del total de votantes. En el resto de Cataluña los votos también se reducen obteniendo 134.467.

Se puede decir con cierta aproximación a la realidad que los “Comunes” han sido en el ámbito municipal un fenómeno especialmente propio de Barcelona ciudad y que su repercusión fuera de la capital ha tenido una influencia reducida. Ahora claramente en proceso de bajada generalizada, y quedando fuera de Barcelona en una situación peor a la existente antes de la aparición del fenómeno Colau.

Para hacer una comparativa con la última vez que se presentó en todo Catalunya ICV-EUiA, sus resultados fueron de 241.919 votos (62.979 en Barcelona ciudad y 178.940 en el resto de Catalunya) y un total de 398 concejales.

Otro hecho relevante es la comparación entre los resultados de los Comunes en las Elecciones en el Congreso de los Diputados con resultados excelentes y los mediocres en las Elecciones en el Parlament de Cataluña. Esto se puede explicar por el hecho de la influencia de la marca electoral estatal, es decir, la importancia del fenómeno de Podemos.

En el año 2015, en las Elecciones en el Parlamento de Catalunya, los “Comuns” no se presentan, sí lo hace una Coalición de ICV-EUiA y Podemos con el nombre de “Catalunya Sí que es Pot” que consigue 356.018 votos y 11 diputados, un 8,9%.

El mismo año en las elecciones en el Congreso se confirma la candidatura de “En Comú Podem” con Comunes, Podemos e iCV-EuiA, donde consigue un resultado espectacular al ser la fuerza más votada con 12 escaños y 927.940 votos, un 24,74%.

En las siguientes elecciones en el Parlamento de Cataluña en el 2017 “En Comú-Podem” tiene una pérdida importante de votos y diputados al obtener 326.360 votos, un 7,46% de los votos y 8 diputados. En las siguientes en el 2021 continúa su regresión y obtiene sólo 195.345 votos, el 6,87% y 8 diputados.

Todos sus resultados en el Parlament de Cataluña nunca han podido superar los resultados conseguidos por ICV-EUiA en el 2012 con 358.857 votos, un 9,9% y 13 diputados.

Al contrario, los resultados en las elecciones en el Congreso continúan siendo buenos, a pesar de estar siempre en declive. Así en abril del 2019 reciben 614.738 votos y pasan de primera a tercera fuerza electoral en Cataluña y 7 escaños, cinco menos que en el 2016. En las siguientes elecciones el mismo año 2019 en noviembre bajan a 546.733 votos y mantienen los 7 diputados.

Después de la ruptura con Podemos, los resultados de los “Comuns” dentro de las siglas de SUMAR continúan en su caída en todas las elecciones, especialmente en las del Parlament de Cataluña y el Parlamento Europeo. Así, en las generales del 2023 en el Congreso mantiene los 7 diputados con 493.548 votos, un 14,03% y se sitúa como segunda fuerza en Cataluña. A pesar de esto, en las elecciones al Parlament de Cataluña solo consigue 6 escaños y baja a 181.795 votos, el 5,82%.

Por último, en las Elecciones en el Parlamento Europeo sólo consigue el 4,30% de los votos, 102.831, y es sobrepasada incluso por Podemos, es la única comunidad donde este hecho se ha producido. Hay que destacar entre otras cosas que cuando los cabezas de lista son los que los electores desean, como fue el caso de las últimas elecciones al Congreso, los resultados son buenos tanto en Barcelona como en Girona o Tarragona, y cuando hay candidatos impuestos como ha sido el caso de Girona y Tarragona a las elecciones al Parlament o el candidato de las Europeas hay una bajada importante de votos.

El fenómeno Colau

Después de esta exposición de datos ya podemos hacer cierto análisis de un fenómeno muy particularizado que tiene en la que ha estado como alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y un círculo de personas agrupadas a su alrededor provenientes del Observatorio DESC que forman la base que conforma su movimiento a partir de presentarse como los representantes del movimiento antidesahucios, de los indignados y acompañados por la aparición de Podemos. Su objetivo era crear un sujeto político dirigido a conquistar el poder en el Ayuntamiento de Barcelona.

Ada Colau es la figura central, pero también hay otras de su círculo cercano como por ejemplo Joan Subirats, quizás el líder teórico del grupo, o Jaume Asens y Gerardo Pisarello y sin duda Adrià Alemany pieza fundamental para garantizar el predominio del planteamiento del grupo dirigente sobre el conjunto del sujeto político, primero Barcelona en común y posteriormente Cataluña en común.

Podríamos decir que Barcelona en Comú es la base del sujeto político y Catalunya en Comú un elemento subsidiario complementario. Barcelona en Comú aparece como un movimiento espontáneo alrededor de Ada Colau y el movimiento contra los desahucios, y al calor del fenómeno del 15-M y los indignados, de los que Colau consigue aparecer como figura líder del movimiento por el cambio en la Barcelona de Trias.

Posteriormente y de forma subalterna se incorpora la gente de ICV y de EUiA, partidos que se han visto superados, o así lo veían sus dirigentes, por dos oleadas, la de los indignados y la de los independentistas, y que se resignan a jugar un papel complementario y que Colau y los Comuns siempre han considerado como de segunda fila subalterna, por su pecado de ser partidos políticos de la izquierda tradicional, todo ello a pesar de su trayectoria de partidos de “lucha y gobierno”.

La realidad es que a los Comuns les falta una concepción política estructurada, aplican el «adanismo» de ser los defensores del radicalismo político como si nada hubiera existido previamente. No tienen ni un ideario estructurado ni unos objetivos estratégicos ni tácticos, excepto conquistar el poder municipal. No tienen ninguna estrategia organizativa que no sea la del activismo. Ni tienen ningún planteamiento extensivo como organización ni se plantean impulsar la organización en el conjunto del ámbito de Cataluña. Se trata simplemente de aprovechar el momento y aparecer como un sujeto regenerador ante una política tradicional caduca. Son los Ayuntamientos del Cambio que aparecen a lo largo de la geografía española y que en poco tiempo consiguen unos resultados importantes, que desgraciadamente en la mayoría de los casos no perduraron más allá de una legislatura municipal.

A nivel general Barcelona en Comú y después Cataluña en Comú confluyen con Podemos en el ámbito estatal consiguiendo resultados muy importantes que parece que puedan comportar un terremoto político, pero que en poco más de una legislatura empiezan a perder posiciones debido a lo que hemos planteado anteriormente: carencia de objetivos estratégicos claros y realistas, falta de organización y de militancia activa, carencia de debate, y la existencia de un poder personalista de los dirigentes incapaces de abrirse a un debate político con unas bases inexistentes y continuadas rupturas en el grupo dirigente por enfrentamientos personalistas. A veces los seguidores de esta denominada “nueva política” parecen más “fans” de unos dirigentes que seguidores de una opción política que se llama progresista y renovadora de las políticas tradicionales.

Cómo podemos ver por los datos las “purgas” de los disidentes, las rupturas y la decepción van afectando poco a poco a la nueva política hasta llegar a la situación actual.

Los “Comuns” no son ajenos a este desgaste. El resultado de las generales con SUMAR fue un “espejismo” en Catalunya. Pero los resultados de las últimas elecciones autonómicas y europeas hacen patente este desgaste. En el último caso con el error de escoger un candidato poco apropiado, con una campaña desacertada, hablando de todo menos de lo que se trataba, sin saber situarse como candidato a unas europeas, hablando de problemas caseros y “haciendo guiños” a los competidores de Podemos, y así llegando a unos resultados que han sido deplorables. Eso sí, sin la más mínima autocrítica.

Es evidente que el camino recorrido hasta ahora por los Comuns ha llegado a un final. Y esto no se arregla con un cambio de caras. Lo que hace falta es un cambio serio y profundo en todos los ámbitos.

Hace falta un cambio político que defina que se quiere ser. Si un partido de izquierdas que se vincula a los movimientos sindicales y sociales, si se definen claramente como Federalistas y Europeístas, si la política es la propia de una organización basada en el hilo rojo de la lucha social y sindical, un hilo verde en defensa de una transición ecológica justa en defensa del planeta, y en un hilo lila del feminismo racional. Y en el plan organizativo, una organización que busque la implantación organizativa en todo el ámbito de Catalunya, con militancia organizada, que pague cuota y que sepa debatir la política a llevar a cabo. En definitiva un cambio hacia una organización seria que trate de hacer política con objetivos claros y realistas con la intención de conseguirlos. Una organización de ámbito catalán pero con voluntad de federarse a nivel del Estado con otros que quieran los mismos objetivos.

Esto, o continuar en un camino de degradación que no lleve en ninguna parte.

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