Según el Banco de España, el número de operaciones mediante Tarjeta de Crédito ascendió en 2021 a más de seis mil quinientos millones y, sus importes superaron los 195.000 millones de euros, cifras nunca alcanzadas.

Es decir, los españoles en el año 2021, utilizamos la Tarjeta de Crédito como medio de pago en un +28.83%, superior al año anterior, y gastamos a través de dicho medio de pago un +21,61%, como variación interanual con relación a 2.020.

Pero no acaba ahí la cosa, ya que, durante el primer T. de 2022, se alcanzaban más de 50.000 millones de euros con el uso de dicha alternativa, lo que invita a pensar que superaremos dichas cifras, además de crecientes deudas e inflación.

Los % dados a conocer por el BDE hasta la fecha, correspondientes al primer trimestre de 2022, alcanzan un 27,87%, en el uso de Tarjetas y un 21.61% en euros, por lo que presumiblemente se superarán cifras récord con las vacaciones de por medio, quedando por comprobar cuáles serán sus tasas de morosidad.

Arriesgado supuesto, el hecho de “tirar de tarjeta”, ampliar plazos de amortización, asumiendo altos precio de consumos, y también intereses aparejados a las deudas contraídas por la mayoría de los ciudadanos.

Existe un dato significativo en el contexto del consumidor tipo de 2020, que supo “domarse económicamente a sí mismo”, consecuencia del miedo pandémico a lo desconocido, pudiéndose haber aplicado aquello de “el miedo guarda la viña”, convirtiéndose entonces en ahorros los incontrolados desembolsos de la actualidad.

No existiendo hoy los miedos escénicos anteriores de salud y economía, comparable esta última a la crisis del 2008, la inflación galopa con una incontrolable cesta de la compra, que, según el último Informe Trimestral del Banco de España, nos constituimos con cifras superiores a Alemania, Italia y Francia.

Considerar junto al dato anterior que cada español debía en 2017 – 2018, unos 25.000 euros per cápita, en abril 2022, había ascendido a unos 30.500.

Otro signo más y ojalá nos equivoquemos, es el reciente dato débil de crecimiento de empleo, y pueda resultar más bien espejismo negativo de temporada.

Confiemos en que nuestra economía no se contraiga, pues caso contrario como vaticinan algunos expertos, franquearemos el umbral de la recesión, sin signos de recuperación y con una parte de la población acomodada en unos mullidos subsidios.

Doctor en Derecho por la U.C.M. (Cum Laude). Licenciado en Derecho. Licenciado en Ciencias Políticas. Caballero de Mérito de la Real Orden (Noruega).

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