Con el cartel de ‘entradas agotadas’ entraron los Crystal Fighters en la escena musical barcelonesa. A pesar de su cambio de sala, ya que al principio el concierto iba a celebrarse en la cúpula de Las Arenas, pero finalmente se hizo en la sala Razzmatazz, lo que permitió poner más entradas a la venta que se agotaron a las pocas horas. Vendían todo lo que se les pusiera por delante, llegaron a Barcelona arrasando, y arrasando se fueron también.
En poco más de 74 minutos de concierto dejaron claro el porqué agotan todas las entradas allí por donde pasan. Este grupo londinense con raíces vasco-navarras presentaban su nuevo disco de música ‘Cave Rave’, que salpicaron con gran parte de sus éxitos anteriores y que sonaron, ahora que han incorporado una batería al directo, mucho más potentes.
Ya desde el arranque con ‘Solar System’, se notó que el show que montan Sebastian Pringle (voz), Gilbert Vierich (teclados electrónicos), Graham Dickson (guitarra) acompañados de las voces de Eleanor Fletcher y Nila Raja y la batería de Andrea Marongiu iba a hacernos sudar. Y sudamos, ya en la segunda canción ‘Follow’, la gente se veía dispuesta a darlo todo.
Pero esto no había hecho más que empezar. Con ‘Plague’ y ‘You and I’ el resto del grupo, se consagraron como parte imprescindible del directo. También lo era la txalaparta, instrumento tradicional de origen vasco, que sonaba gloriosamente y que tanto Graham como Gilbert Vierich parecen dominar a la perfección. Creo que fue en ‘Wave‘ dónde los coros y la coreografía de las guapísimas Eleanor Fletcher y Nila Raja destacaron y llegaron a hacerse protagonistas.
El público, en su mayoría joven, estaba haciendo retumbar la sala Razzmatazz con sus saltos y sus bailes. Nadie quería que esto acabara, por eso cuando el grupo abandonó el escenario, toda la sala pidió a gritos una de las canciones más bailables del grupo ‘I love London’. He de mencionar que tras esto también se escucharon algunos gritos en favor a la independencia de Cataluña, cosa muy fuera de lugar a mi parecer, y que la mitad de los asistentes no llegamos a entender. Tras este desafortunado momento, los Crystal Fighters volvieron a poner orden, y nos deleitaron con la canción anteriormente coreada, y algún tema más con el que se despidieron por todo lo alto de Barna, dejando el mejor de los sabores de boca posibles en todos los que allí estábamos.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.