«Se acabó el tiempo de las imposiciones. El referéndum es irrenunciable. El Parlamento de Catalunya, con la ley de consultas popular, se ha dotado de la herramienta legal para el referéndum del 9 de noviembre de 2014». De esta manera ha reaccionado la CUP, por boca del diputado David Fernández, a las declaraciones de la vicepresidenta del gobierno catalán, Joana Ortega, que asegura que el referéndum se deberá aplazar si está prohibido por el Tribunal Constitucional español. El diputado de la CUP asegura que «es inútil cambiar la fecha del referéndum, el Estado no cambiará en ningún caso su actitud», para Fernández lo que hace falta es «obedecer la democracia para desobedecer la imposición, y desobedecer la imposición por a obedecer la democracia. No se puede renunciar a la democracia”.
La CUP ve con mucha preocupación los mensajes que se lanzan desde CiU y exige un posicionamiento claro de todas las fuerzas políticas que el 12 de diciembre de 2013 acordaron la fecha de la pregunta. «CiU se sitúa fuera del acuerdo y en contra del mandato popular cuando afirma que acatará la prohibición del TC» asegura Marc Sallas, del secretariado nacional de la CUP. «Hemos escuchado a ERC posicionarse a favor de hacer el referéndum a pesar de la prohibición, pero nos preocupa que dirigentes de CiU y miembros del gobierno aseguren que deberá acatar la prohibición del TC o que ICV afirme que el referéndum será de medio pelo “si no hay el permiso del Estado «. «Estas declaraciones están fuera del acuerdo por referéndum» alerta.
La CUP siempre ha defendido que el referéndum sólo era posible a través de la «desobediencia civil e institucional», frente a las imposiciones del Estado. De ahí que la CUP participará de los actos de la Diada con el lema «9N: ganamos el referéndum, ganamos la independencia para cambiarlo todo».
