Joan Font es uno de esos empresarios catalanes a la sombra que no dudaría en sacar la chequera cuando la derecha catalana se lo solicitase. Font es propietario de una de las cadenas de supermercados de Catalunya. De hecho, Forbes lo incluye en el ranking de las cien personas más ricas del estado español, con un patrimonio superior a los 300 millones de euros.

En su grupo empresarial tiene bajo su yugo a unos 8.900 trabajadores que le permiten alcanzar una facturación superior a los 1.600 millones de euros anuales, pero ni uno de ellos ve como se incrementa su sueldo de forma digna. Su negocio está diversificado entre supermercados, hipermercados y gasolineras.

Además, son conocidos sus estrechos contactos con la corrupta Convergència y, más tarde, con Junts per Catalunya, especialmente, con el cabecilla de entonces, Carles Puigdemont, quien no dudó en arroparle en alguna inauguración de instalaciones cuando ostentaba la presidencia de la Generalitat.

Los trabajadores estallan

Hoy los trabajadores, a través de la CGT, ha emitido un comunicado en el que anuncian la precariedad laboral que sufren desde hace años.

Al parecer, según el sindicato, no cobra lo mismo un reponedor, una cajera o un carnicero en Lleida, Tarragona, Barcelona o Girona. También reclaman una subida del IPC real y no los tres euros y medio de este año. Según el sindicato, los trabajadores nocturnos no gozan de plus de nocturnidad, tal y como exige la ley. En definitiva, un suma y sigue que ha obligado a los empleados a decir basta.

Por eso, el próximo viernes y sábado tienen previsto realizar concentraciones en Barcelona para denunciar su situación y tratar de que este multimillonario tenga al menos la decencia de pagar justamente a sus empleados.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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