Un nuevo episodio en la serie de protestas convocadas desde los hospitales públicos -cada miércoles a las 13h- en contra de las medidas de reajuste económico del govern dels millors capitaneado por Artur Mas. En esta ocasión, aprovechando las reclamaciones semanales, la Revista R@mbla se desplazó hasta el Hospital de Bellvitge para informar sobre cómo han afectado estos recortes en el servicio público de este hospital.
Paloma de Lacalle, delegada de la CGT
A falta de cinco minutos para la una de la tarde, en un goteo imperceptible, decenas y decenas de personas con batas blancas ocupan el espacio de la puerta general al Hospital de Bellvitge, junto a la de Urgencias. El guardia de seguridad, como si hubiera percibido las vibraciones, había tomado la iniciativa de abrir las puertas de par en par, ahorrando de ese modo el uso de la puerta giratoria.
Entre silbatos, banderas de CC.OO., UGT y CGT, además del ensordecedor bramido de un megáfono y de algunos cánticos en contra de Artur Mas y en defensa de la sanidad pública y sus trabajadores, conseguimos hablar con Paloma de Lacalle, delegada de la CGT en el Hospital de Bellvitge.
“Hay un surtido amplio de especialidades que se encontrarán afectadas: la planta de neumología, urología, traumatología, bascular, cirugía cardíaca,… Hay muchas, pero quizá lo más escandaloso -en base a lo que dicen los de la conselleria de Sanitat- es que es mentira que las enfermedades graves no se verán afectadas”, afirma contundente de Lacalle, para añadir que “se cierra la UCI de cirugía cardíaca, una UCI normal, y aquí sólo hay enfermos muy graves. Resulta estúpido negar la evidencia”.
Respecto a qué supondrán para las personas usuarias los recortes en sanidad, Paloma de Lacalle asegura que “no tenemos un cálculo exacto de los usuarios afectados, pero sabemos que se verán afectadas muchas especialidades, muchos tipos de enfermos y, sobretodo, los más graves, aquellos que necesiten de un ingreso”. No es menos preocupante la situación laboral de los trabajadores del Hospital de Bellvitge.
Según de Lacalle “calculamos que cada verano, normalmente, se realizaban entre 700 y 750 contratos para cubrir las vacaciones del personal fijo. Estos contratos no se harán, porque nos han impuesto unos períodos vacacionales fuera de nuestra normativa vacacional -es decir, ilegales-, para hacer las vacaciones de cada unidad en un período diferente coincidiendo con los cierres de las unidad. Esto es lo que nosotros decimos que es un ERE encubierto”. También el personal de limpieza del hospital, externalizado en una empresa, ve amenazados muchos de sus lugares de trabajo.
Aplausos en la autovía de Castelldefels
Hacia las 13:20, el conjunto de batas blancas se ha dirigido, desde la puerta general del Hospital de Bellvitge hasta la autovía de Castelldefels, en la C-31 dirección Aeropuerto y antes del desvío a la A-2 dirección Tarragona, Lleida y Rondas. El asfalto emanaba el calor de toda una mañana de cielo despejado y un sol en funciones de astro rey.
A un lado, las batas blancas con sus silbatos, sus banderas y su megáfono; al otro extremo, una cola interminable de coches aparcados, distribuidos en tres carriles, con los conductores de pie junto a sus vehículos; y entre unos y otros, poco más de una docena de Mossos d’Esquadra, observando impertérritos a los manifestantes que coreaban lemas reivindicativos..
Este cuadro ha durado cerca de diez minutos. Hasta que, de improvisto, sin encomendarse a dios o al diablo, uno de los conductores ha salido corriendo, rompiendo el cordón policial y uniéndose -de este modo espontáneo, que otro par de conductores ha secundado en el ejemplo- a la causa de los manifestantes de bata blanca, que han arrancado un gran aplauso para los conductores solidarios.
En resumen, unanimidad entre los más finos analistas en tendencias sociales, al señalar que la próxima temporada verano-otoño se presenta caliente, caliente. Las altas temperaturas se reflejaran en la presencia del rojo en casi todas sus tonalidades, dejando la combinación roja y negra para los más atrevidos.