altEl mes de junio ha llegado y, como todos los años, no queda sitio en las bibliotecas. Noches en vela para miles de estudiantes que han de pasar los últimos exámenes antes de alcanzar la prometida recompensa de las vacaciones. Luego el verano, feliz paréntesis para todos. Luego el retorno, y una vez más el ciclo vital del ecosistema educativo se completa, incompleto: le faltarán los 4.886 millones de euros del tijeretazo aprobado por el Gobierno para el curso que viene.

Con el fin de lograr el 3 % de déficit que Bruselas impone a España, el Ministerio de Educación ha decidido elevar las tasas universitarias, aumentar las horas lectivas de los profesores e incrementar el número de alumnos por clase, a la vez que se eliminarán titulaciones y se reducirá el salario de los maestros interinos. El sistema educativo asume, pues, gran parte del coste producido por la actual crisis financiera y somos muchos los que nos preguntamos por qué. Roser Font, Secretaria de la Federació de Treballadors de l’Ensenyament de UGT Catalunya, nos responde:

“Tanto el gobierno central como el catalán se están aprovechando del discurso de la crisis para justificar la privatización, que es lo que quieren. Es un plan perfectamente orquestado: una vez que la gente se haya acostumbrado a pagar, lo mismo le dará pagar un servicio público que uno privado. Estamos viviendo el fin de un modelo de sociedad nacido tras la segunda guerra mundial, el Estado de Bienestar, con el cual se garantizaba salud y educación para todos a través del pago de impuestos y se procuraba no dejar a nadie excluido, mantener una comunidad cohesionada, con capacidad de progresar y enriquecerse. Ahora todo ha petado y de ser parte de un sistema productivo pasamos a serlo de un sistema financiero”.

Puesto que Bruselas no impone por dónde hay que recortar para alcanzar el 3 % de déficit, ¿las medidas adoptadas en España no podrían ser otras?

En vez de recortar por los dos pilares del Estado de bienestar, sanidad y educación, desde UGT proponemos una reforma fiscal más justa: rebajar los impuestos en los productos básicos y quien más tenga que pague más y quien menos, menos.

Por otra parte, durante los meses de negociación con el Gobierno, nosotros pedíamos un mayor control de las transacciones financieras y una mejor gestión de los recursos. Esto último podría lograrse, por ejemplo, prescindiendo del enorme aparato de personal eventual que trabaja en la Administración sin ser funcionarios: los asesores. ¡Pues resulta que todos tienen asesores!

altEntiendo que, en estos momentos, se están haciendo recortes de plantillas también a ese nivel…

Sí, pero no nos pasan información sobre el número real de reducciones en el ámbito del personal eventual. De todos modos, la idea que teníamos a principio de curso de que con esta medida podría evitarse el despido de 700 maestros interinos ha quedado ya desbordada por todo lo que fue sucediendo después. Desde el mes de enero hasta la aprobación del Presupuesto General y la caída de los Decreto- ley de cada viernes la progresión ha sido brutal. Antes por recortes de tres horas lectivas a los profesores ya organizábamos huelgas, fíjate lo que ha cambiado todo en tan poco tiempo.

¿Y en el presente, cuál es el plan de lucha que propone UGT?

Ahora estamos en un estado de excepción en cuanto a las relaciones laborales. La gente aquí está trastornada porque en el lapso de dos o tres meses (desde el momento en el que salió la Ley de medidas urgentes) han quedado en suspenso los pactos y los acuerdos sindicales hasta nuevo aviso. Este punto que aparece en el Decreto es algo tan fuerte que nuestros abogados han estado todo este tiempo para poder creérselo. Y, claro, una vez llegados hasta aquí somos concientes de que lo único que nos queda es movilizarnos. Entonces pasamos al otro tema: cómo organizarnos, que es en lo que  estamos ahora, día sí, día también.

¿En qué punto se encuentran las negociaciones con la Conselleria d’Educació?

Una negociación real no existe. Los recortes que nos quieren aplicar no se pueden aprobar si no hay mesas de negociación porque es el procedimiento dictado por ley. Entonces las hacen como un mero trámite. No hay más que ver la dinámica: previamente a la reunión no tenemos ni el documento con las medidas que se quieren aprobar. ¡Nos lo dan el mismo día!

Luego las contrapropuestas son inútiles. No nos las aceptan. Nosotros expresamos nuestro rechazo (ya sin siquiera justificarlo porque los motivos son evidentes) y la persona que se nos pone delante, que viene de parte de la administración, no dice nada porque muchas veces hasta está de acuerdo con nosotros. Simplemente nos comunica las resoluciones: “es lo que hay y aquí lo tienes”.

Ante la poca (o nula) voluntad de diálogo por parte del Gobierno, ¿pensáis adoptar alguna otra medida además de la protesta en la calle?

Hemos presentado un Recurso de inconstitucionalidad ante la Defensora del pueblo contra el Real Decreto de medidas urgentes que autoriza los recortes. Pero, sinceramente, no creo que sirva de mucho. La vía es la movilización en la calle. El día 22, por ejemplo, tuvimos un éxito importante porque ya no sólo es el profesorado el que está indignado sino toda la comunidad educativa. A la gente le llevó tiempo reaccionar porque el mismo trastorno que sufrimos los sindicatos después de la salida del Decreto se le ha transmitido. Pero ahora, como ya es algo tan grande lo que está pasando, todo el mundo lo ve claro y se posiciona.

¿Cuál de los sectores del sistema educativo se verá más afectado por los recortes?

Todos. La educación de 0-3 lo sufrirá terriblemente porque va a haber aún menos plazas que antes y encima serán más caras. En primaria y secundaria, habrá masificación en las aulas porque aumentará la ratio de alumno por clase, lo cual empeorará la calidad de la enseñanza y elevará el índice de fracaso escolar.

En cuanto a la FP, es preocupante que quede parado todo el proceso de innovación. Aquí la empresa privada tendría que implicarse también, invertir, pero estamos en un país en el que ésta ha dimitido de su función social.

Verano, vacaciones y “vuelta al cole” con los recortes ya aplicados. ¿Cómo continúa la historia?

Cuando volvamos en septiembre esperamos demostrar que con todos estos recortes se trabaja peor. Queremos que se visualice, que la sociedad lo vea y salga a la calle. En este tipo de trabajo sólo nos queda la calle como arma de protesta porque todo lo que sea parar la producción es parar la educación de los niños. Yo, como parte de un sindicato de trabajadores de la enseñanza, no puedo decirles a los maestros: “Cuando sean las 5 os vais”. No, porque los niños tardan un rato en marchar y siempre hay alguno al que el padre aún no ha venido a buscarlo… El profesorado ahora se está replegando en las aulas. Los que son realmente profesionales lo último que abandonarán es la relación con los alumnos.

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