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Pese a estar dominado por grandes editoriales de sólidos cimientos el negocio de publicar libros no se ha escapado de la amenaza que supone la crisis económica y la aparición del paradigma digital. Sin embargo, mientras los grandes grupos editoriales especulan sobre cómo adaptarse a los nuevos tiempos hay quien aprovecha el momento para proponer nuevas estrategias y ofertas de publicación. Se trata principalmente de pequeñas editoriales que ofrecen una alternativa al mainstream editorial apostando por autores de calidad pero poco publicados, en ediciones cuidadas y accesibles económicamente. Este fenómeno, que ya ha demostrado sus frutos en el Estado, está en expansión en Catalunya. Recientemente han aparecido en el Principado una serie de pequeñas editoriales con personalidad propia que pretenden enriquecer el mercado literario catalán mediante propuestas alternativas. Una de ellas es Males Herbes creada por Ramon Mas y Ricard Planes. Tras la presentación de su primer lanzamiento, “Bressol de gat” de Kurt Vonnegut, hablamos con ellos para que nos expliquen sus motivaciones y cómo ven el panorama editorial catalán.

alt¿Cómo empezasteis con Males Herbes? ¿Cuál era vuestra objetivo con este proyecto?

Ramon: Todo empezó con la revista de cuentos Les Males Herbes que creamos en 2010 con Pau Clemente. La idea era hacer una revista pulp con autores catalanes que se pareciera a las americanas de ciencia ficción de los años 50. Yo ya tenía la idea de hacer una editorial desde los tiempos universitarios y nos dimos cuenta de que en la revista teníamos a muchos colaboradores buenos que empezaban a publicar en otros sitios. Pensamos que era una cantera que se tenía que aprovechar.

Ricard: En la decisión también influyó la situación laboral. Yo había hecho entrevistas en editoriales como RBA y la verdad es que veía negro poder entrar en el mundo editorial. El hecho de crear Males Herbes era un poco la manera de tomar las riendas y montárnoslo nosotros mismos.

Ramon: Sí, en un inicio intentamos presentarnos como una colección para editoriales grandes pero no funcionó. Entrar en el mundo editorial partiendo de la nada es imposible. Puesto que queríamos entrar para acabar haciendo lo que hacemos con Males Herbes, decidimos atajar y hacerlo directamente.

¿Cuál es vuestra línea editorial? ¿Qué características tiene Les Males Herbes y a qué lectores os dirigís?

Ricard: Bueno es un poco heterogénea. Básicamente el leitmotiv es la narrativa no realista. Intentaremos hacer cosas de género, es decir, tanto policíaca, como ciencia ficción, como terror etc.… Pretendemos publicar a autores catalanes contemporáneos pero también tenemos la intención de recuperar autores catalanes que han quedado descatalogados (como Miquel Àngel Riera con “La rara anatomia dels centaures”). Finalmente, nuestra tercera apuesta son las traducciones de literatura de culto. Autores que quizás son muy reconocidos fuera pero que aquí no se han publicado mucho (como Kurt Vonnegut su primer lanzamiento). De cara a un futuro también nos gustaría sacar cosas de otras latitudes como Japón o China pero eso queda para otras colecciones.

En cuanto al público, principalmente nos dirigimos al lector contracultural que quiera leer cosas en catalán que estén más allá de la oficialidad. Una oferta que existe en castellano pero no en catalán.

¿Y esta carencia del mercado catalán a qué se debe?

Ramon: Por un lado es una cuestión numérica, de lectores. Pero también hay una especie de acomplejamiento en la cultura catalana. A veces parece que el mero hecho de que una cosa se publique en catalán ya implica que sea contracultural. En este sentido no ha habido una contracultura catalana articulada dignamente. Aunque sí que ha habido intentos puntuales como “La cua de palla” con la novela negra.

¿Con la que está cayendo, no es una temeridad aventurarse a sacar una editorial? ¿Cómo veis el sector?

Ricard: Ciertamente. La gente que conocemos del mundo editorial o de las distribuidoras nos dicen que la cosa está jodida. Pero una de las ventajas que tenemos es que partimos de cero y eso nos puede ir bien en el sentido de que no tenemos nada con que comparar y, por tanto, nuestras estrategias son inéditas. Las grandes editoriales se mueven en un paradigma distinto. Están acostumbradas a vender 3000 copias de un libro pero nuestra realidad no es esa, la nuestra es vender pocos libros. No aspiramos a pagarnos casas con piscina.

Aparte de la crisis económica se habla también de la crisis del papel. ¿A qué se debe vuestra apuesta por él?

Ricard: Debido a dos cosas principalmente. Primero porque en este país parece que si no publicas en papel eres una editorial de segunda. Queremos ser una editorial visible y eso implica tener libros en una librería. Y, segundo, por romanticismo. El libro digital está muy bien pero nuestro mundo todavía es el libro de papel porque es con lo que hemos crecido. También hay que tener en cuenta que aquí los ebooks ni se están vendiendo tanto ni tienen mejores precios. El romanticismo al que aludía, más que un sentimiento idealista todavía es un hábito para mucha gente.

Ramon: Además yo no creo que el libro en papel vaya a desaparecer, quizás se transforma pero no desparecerá. No todas las editoriales que publican papel van mal. Un ejemplo es Blackie Books que ofrece ediciones cuidadas. Sin embargo, nuestra apuesta es más bien ofrecer novedad barata. Libros que se ajusten económicamente a los tiempos que corren

¿En este sentido la impresión digital es una ayuda?

Ramon: Sí, ayuda a reducir costes y tiempo. Permite hacer tiradas pequeñas y tantas como quieras. No te obliga a hacer tiradas largas de 1000 por ejemplo.

¿Descartáis entonces la publicación digital?

Ricard: De momento apostamos por el papel pero no descarto hacer también digital. Yo creo que el error que se comete con el digital es que se ofrece el mismo libro que se publica en papel en formato digital. Creo que el digital es otra cosa. En este sentido te das cuenta de que lo que funciona en otros países son, por ejemplo, los cuentos pulp que se sacan semanalmente. Algo que sea para el consumo rápido en el metro por ejemplo. Cosas que se puedan leer en ebook y no en papel. Pero esa es una línea que de momento no contemplamos. Sí que lo hacemos por ejemplo con la revista.

Parece que está habiendo un auge de pequeñas editoriales en catalán ¿A qué lo atribuís?

Ramon: Creo que hay mucha gente que piensa como nosotros. De hecho ya pasó en España hace seis o siete años y ha funcionado bien. Nunca había habido la oferta literaria que hay actualmente. Supongo que visto que los grandes se desinflan un poco y que hay espacios que no cubren se abren oportunidades. Se trata de reducir las expectativas de ventas respecto a una gran editorial y eso te permite ser más arriesgado con los libros que sacas.

Ricard: Casi todo lo que se traduce en catalán también se hace en castellano y pertenece mayoritariamente al mainstream. Si las editoriales grandes se arriesgan a publicar autores como los que queremos hacer nosotros acaban teniendo unos números de ventas que, mientras para ellos son un fracaso, para nosotros implican un éxito.

En este sentido ¿el mercado catalán está poco explotado?

Ramon: El mercado catalán es un desierto. Vas a la mesa de novedades y todo es lo mismo. Salen novedades en Sant Jordi y en septiembre y poco más. Yo he trabajado en una librería durante muchos años y me sorprendía porque no veía nada nuevo durante semanas y semanas.

Ricard: Es lo que decíamos de la diferencia entre editoriales catalanas y castellanas. Hay editoriales castellanas de las que yo me compraría todos los libros pero en catalán cuesta más. En las librerías no hay tanta oferta en catalán y es una lástima porque hay mucha más material del que se acaba publicando. Cuesta arriesgarse en catalán.

Vuestro primer lanzamiento es Kurt Vonnegut un autor que, decís, os sirve de declaración de principios. ¿Por qué?

Ramon: El libro es una buena carta de presentación porque aúna sátira política y social con lo fantástico inteligente. Además es un autor que en los EE.UU. es venerado por muchas comunidades diferentes, desde universitarios hasta punks, pero también te lo puedes encontrar en la tienda de un aeropuerto. Tiene todo lo que nos interesa. Un libro leíble, que pueda funcionar, que lo pueda disfrutar todo el mundo y que además tenga contenido. Vonnegut es un mito en la contracultura americana. Por eso es una declaración de principios.

¿Cómo es que un autor de estas características no se había traducido?

Ramon: Bueno en castellano se había traducido algo pero se lo había situado en colecciones que no tienen nada que ver con el carácter del libro. De lo poco que se había hecho en catalán igual. Quizás por eso.

Ricard: Sí, de hecho es lo que ha pasado con alguno de los autores de Blackie Books como Richard Brautigan. Salió en Anagrama y no tuvo ningún éxito y sin embargo ahora se ha puesto de moda. Son autores que necesitan que se los venda bien, que tu personalidad como editor se vincule a su personalidad como escritor. Que no aparezcan en medio de colecciones que no tienen nada que ver con ellos. Es un poco lo que buscamos.

Y personalmente ¿qué es lo que destacáis de Vonnegut?

Ramon: A mí lo que mas me gusta es que tiene la capacidad de dar caña y hacer reflexiones viperinas despertando una sonrisa. Vonnegut explica que aprendió de su abuelo que si decías una cosa que el otro no quisiera escuchar provocándole una sonrisa en la cara, no tendría más remedio que escucharte. Además tiene una gran imaginación y tiene una combinación de filantropía y misantropía muy divertida e interesante. Mi afinidad con él es total.

Licenciado en Periodismo y Filosofía con experiencia en medios de comunicación tanto en el campo de la redacción como en el de la cobertura audiovisual.

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