El día 7 de septiembre, vi con mucha atención tu parlamento a las Cortes Catalanas, escuchando con perplejidad alguna de las cosas que te voy a referir a continuación. Primero quisiera que sepan que yo me siento un comunista convencido y que el derecho a la autodeterminación de los pueblos es un derecho fundamental que el comunismo siempre ha defendido.
Me sorprendió y golpeó tanto con tus palabras como en ver cómo te aplaude la derecha y cierta izquierda españolista representada en el Parlamento de Cataluña, que no puedo dejar de escribir estas notas para recordarte lo que representa esa izquierda y derecha españolista y como nos negaban las libertades por las que luchábamos nosotros, los comunistas, movimiento de donde tú también vienes. Como también sabes, el eurocomunismo hablaba de una Europa de los pueblos que era la parte más dinámica de la democracia, lo que tú niegas en tu discurso. También que la lucha popular de los pueblos siempre ha ido por delante de las leyes que han querido hacer claudicar a los ciudadanos. Por tanto, no hay ninguna discusión que, en la práctica diaria de la lucha, está la solución.
Pero si realmente me escandalizó tu discurso fue cuando dijiste que no estabas dispuesto a que tu hijo Daniel viva en un país en el que la mayoría pueda tapar los derechos de quienes no piensan como él. Quizás no te das cuenta que cuando dices esto, a pesar de las cítaras, te has olvidado de las víctimas del estado que ahora defensas. Estado heredero de los que fusilaron a los compatriotas republicanos. De la vieja impunidad, vigente todavía.
Y aquí entre yo, cuando me pregunto si mi hijo no tenía el mismo derecho que tu a defender sus ideas. Derecho que le negaron segando la vida por ser independentista, antirracista y antifascista. Y son esas mayorías las que nos han negado con la muerte, que pensaremos libremente, y esa mayoría independentista en la que tú te refieres, será la garantía y la primera defensora de que las minorías puedan vivir respetadas democráticamente. Nunca querremos para los demás lo que nosotros hemos sufrido. Nunca. En ninguna parte. Contra nadie.
Y yo, personalmente, saldré en defensa de las minorías siempre que haya una injusticia. Te lo prometo.
*Guillem Agulló i Lázaro es un histórico militante comunista y padre de Guillem Agulló i Salvador, asesinado el 11 de abril del 1993 a manos de un grupo fascista.