Los rifeños se organizan en el Rif y en diversas ciudades europeas para poder hacer frente a la represión del estado marroquí. En el mes de abril, el Hirak (movimiento) Popular creó la Coordinadora Europea de Apoyo, con sede en Bruselas. En nuestro país, Barcelona, Madrid, y las comunidades de Canarias y el País Vasco, ya cuentan con comités de solidaridad.
El 28 de octubre de 2016 el ciudadano rifeño Mouhssin Fikri muere a manos de los organismos de control del estado marroquí cuando luchaba por recuperar su mercancía ilegalmente confiscada. Las autoridades, para requisar la mercancía, actuaron de forma despiadada causando la muerte de Fikri, que fue triturado en el interior del camión de basura donde fue a parar la mercancía. A raíz de estos hechos han sucedido un aluvión de movilizaciones en la región marroquí del Rif para esclarecer los hechos. Éstas siguen en la actualidad todavía con más fervor.
Ante tan descabellado suceso, la población rifeña se ha visto reflejada una vez más dentro de la humillación que sufren desde hace diez décadas. Un proceso que tras años de reivindicaciones legítimas se topan con la férrea política de un régimen absolutista que no duda en acometer con dureza contra quienes levantan la voz. La región del Rif, atravesada por las montañas que llevan su nombre, está formada por una comunidad de ciudades y pueblos ubicados en la franja montañosa que corre paralela al mediterráneo. Va desde la ciudad de Larache hasta Río Muluya, cerca de la frontera con Argelia. Durante años se han mantenido discrepantes con las políticas hegemónicas de Rabat y el aislamiento económico por parte del gobierno; en 1958 la Revuelta del Rif se alza contra el Gobierno marroquí ante las políticas de marginación socio-económica que se han mantenido latentes durante un largo periodo de tiempo en esta región. La sociedad rifeña además de la esencia de las revueltas, mantenía su discrepancia con la militarización y con las fuertes medidas de control en la zona. Finalmente la revuelta fue ahogada tras miles de ejecutados, desaparecidos y múltiples detenciones de milicianos rifeños. En adelante han surgido varios episodios de protestas, cuyo resultado siempre se ha materializado con el hostigamiento. Cuando los rifeños han hecho reclamaciones económicas básicas, tales como pedir infraestructuras sociales, trabajo y derechos sociales, el gobierno por miedo a que se extiendan las protestas ha aplicado severamente la intervención militar y policial. Más recientemente, en la primavera árabe y en los años siguientes, incontables arrestos de activistas además de muertes sospechosas continúan sin esclarecerse, “En 2011 cinco jóvenes aparecían calcinados en una sucursal bancaria de Alhucemas; ese mismo año es asesinado Kamal Hassani, en 2014 es asesinado Karim Lechkar, en 2015 es hallado sin vida el cuerpo del cantante Rifinox y un sin fin de sucesos que siguen a día de hoy sin una investigación eficaz que esclarezca lo sucedido” sentencia el comunicado del Movimiento Social Rifeño en Madrid.
A lo Largo de estos últimos siete meses de movilizaciones pacíficas, el anhelo social se ha extendido a otras capitales y regiones, llegando incluso a concentrar el descontento en las ciudades emblemáticas (Marraquech, Casablanca y Rabat) que llaman a las puertas de palacio. Y no menos significativo, se están coordinando a todos los niveles fuera y dentro del país. En Europa el Movimiento Popular Rifeño se está coordinando en Comisiones formadas muchas de ellas en estos últimos meses y las cuales mantienen un estrecho vínculo entre ellas. En ciudades españolas, francesas, belgas, holandesas y noruegas, entre otros territorios, se organizan con el fin de enseñar al mundo el bloqueo social al que están sometidos, al mismo tiempo que denuncian los hechos acaecidos. El Movimiento Social Rifeño de Madrid se reúne en asamblea en los locales de la CNT. “En la primera asamblea del 12 de marzo, se llegaron a reunir más de 70 asistentes rifeños y rifeñas como se aprecia en la foto de cabecera”, dice Mouruth Chhima el Khattabi activista de este movimiento. Tras el encuentro de Comisiones europeas que tuvo lugar el pasado 20 de mayo en Madrid, el local del sindicato acogió unas jornadas culturales temáticas donde la participación se notaba de forma representativa.
Mouruth comenta que se reúnen en la CNT, porque fue una ferviente organización obrera opuesta a la Guerra del Rif allá en los años 20. Los anarcosindicalistas denunciaron el primer bombardeo con armas químicas llevada a cabo sobre una población, con la connivencia y participación de varios estados entre los que se encuentra nuestro país, Francia y Alemania. Desde entonces la CNT y los grupos del Rif mantuvieron buena sintonía. Quién sabe si en un futuro volverá a retomarse esas buenas relaciones.
Las asambleas están constituidas por personas muy heterogéneas, desde antiautoritarios y religiosos no ortodoxos, pasando por personas sin más comprometidas con los problemas de su pueblo. El movimiento está abierto y puede participar cualquier persona, sea rifeña o no, con el objeto de intervenir más directamente en cuanto a las acciones y movilizaciones sociales.
“El Movimiento Popular en el Rif es un movimiento cívico contestatario sin ninguna intención de tomar el poder. El objetivo general del movimiento es la libertad de expresión sin miedo a posible represalias y la inmediata puesta en libertad de los compañeros y compañeras que han sido secuestrados y confinados en las cárceles por exigir unos derechos básicos”.
Como siempre surge la necesidad y el interés de encontrar la afinidad para organizarse horizontalmente en busca de unos principios, tácticas y finalidades acordes a la filosofía emancipadora. El Movimiento Social Rifeño en Madrid, ha protagonizado diversas actividades durante estos últimos meses, la última fue cuando el pasado 2 de junio se concentró frente al Ministerio de Asuntos Exteriores de Madrid para denunciar las últimas detenciones en el Rif. Alrededor de 250 asistentes pedían la libertad de los detenidos políticos; más de 130 activistas se encuentran privados de libertad por el estado marroquí por el único hecho de reivindicar unos derechos básicos para una vida digna. Estas reivindicaciones no están exentas de las represalias incluso fuera del estado marroquí, dos simpatizantes (H.B y J.B) del Movimiento Popular Rifeño han sido despedidas de su trabajo (Banco Popular marroquí en Madrid) por participar en la concentración.
Este movimiento se caracteriza por reclamar lo más básico en cuanto a los derechos humanos para crear una convivencia pacífica en la zona que revierta en su desarrollo. Así pues, reclaman la libertad de todos los presos políticos y el cese del hostigamiento. Algo que les caracteriza también es la interacción y transversalidad con los movimientos sociales como eje de actuación.