Bajo el lema No a los recortes, salvemos los servicios públicos, personal de administración, bomberos y grupos de Mossos d’Esquadra unían fuerzas en una marcha que es solo la preparación de la gran movilización que preparan sindicatos y entidades sociales para el próximo 28 de enero. La protesta ha coincidiendo con el debate de los presupuestos de las cuentas públicas para 2012. El fin es común, censurar la política de ajustes que lleva a cabo el gobierno con la que pretende ahorrar 625 millones, medida que afectará a los 203.000 empleados públicos. Estiman que entre recortes salariales directos e indirectos (pagas y beneficios) perderán entre el 15% y el 20% de su poder adquisitivo.
La manifestación, recorrió el trayecto que separa la plaza de Sant Jaume y el Parlament por Vía Laietana. Fue una marcha numerosa y muy ruidosa, con silbatos, sirenas y pancartas de denuncia. Destacaban los grandes carteles con tijeras tachadas y lemas como Basta de recortes o Recortar es robar. La manifestación estuvo encabezada por los principales líderes sindicales de Cataluña Josep Maria Álvarez y Joan Carles Gallego. Una hora más tarde finalizaba en el Parlament, donde los líderes de UGT y CC.OO. se reunían con un grupo de diputados.
La indignación se palpaba entre los manifestantes, pero sin duda el momento más tenso se vivió cuando a la llegada al Parlament un amplio dispositivo de Mossos custodiaba la entrada. Finalmente la marcha se disolvió sin problemas, solo un grupo de bomberos incitó al operativo policial intentando hacer caer las vallas de protección que separaban ambos bandos.
Los bomberos, formaban el colectivo más activo de la manifestación a pesar de que horas antes ya habían realizado su propia protesta. Mientras se celebraba una reunión entre representantes sindicales y miembros de la Generalitat para hablar de las condiciones laborales de este colectivo, un camión llenó la puerta del Departamento de Interior de espuma contra incendios.
Esta es la cuarta gran manifestación de empleados públicos desde que el gobierno de Artur Mas anunciara los rimeros recortes en abril del año pasado. Antes de las fiestas navideñas los funcionarios volvieron a unir fuerzas en defensa de la sanidad y la escuela públicas. 48 horas después, la Generalitat imponía las medidas en la Mesa General de la Función Pública obviando cualquier petición. Incesantes, para finalizar el 2011, unos 12.000 empelados uniformados volvían a salir a la calle con el mismo proposito, protestar, esta vez contra la precarización de los servicios públicos.
Maitane Reguero
Licenciada en Periodismo por la UPV/EHU. Posgrado en Fotoperiodismo por la UAB.