Cerca de un millar de farmacéuticos se han concentrado este mediodía en Barcelona ante la delegación del Gobierno español en protesta por los impagos de la administración, que han generado una deuda de más de 400 millones de euros. La policía se ha visto obligada a cortar el tráfico en la confluencia de la calle Mallorca con Roger de Llúria en un acto reivindicativo pero sin incidentes. Enfundados en su bata blanca y armados con pancartas, silbatos y altavoces, han reclamado cobrar para seguir garantizando un “modelo que funciona a la perfección”, según Francesc Pla, vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona.

Entrevista a Francesc Pla (Farmacéuticos Barcelona)

¿Cuánto dinero os deben y quién tiene que pagarlo?

La deuda total a día de hoy asciende a 416 millones de euros correspondientes a las recetas dispensadas en noviembre y diciembre del 2012 y a las de mayo del 2013 y, a partir de hoy, también se suman las dispensadas este septiembre porque ya ha caducado la fecha acordada para el pago. Eso significa que los farmacéuticos hemos tenido que comprar los medicamentos, y tenemos que pagarlos porque los proveedores no nos dejan hacer lo que la administración hace con nosotros. Hemos tenido que avanzar este dinero.

¿De qué cantidad hablamos?

Serán unos 300 millones de euros que hemos tenido que avanzar pero sólo en concepto de medicamentos porque además hay los márgenes y los costes, y también hemos pagado las nóminas y los alquileres. Todo lo hemos ido avanzando sin cobrar.

¿Si os los pagaran cubriríais todo el dinero que se ha anticipado?

“Depende porque hay otro factor a tener en cuenta: para aguantar en el mundo actual tienes que pedir dinero y eso cuesta un dinero que no te devuelven. Sí que cubres el coste a la larga pero no sale gratis. La manera que el Estado español ha promovido para pagar los proveedores ha sido a través de un plan ICO, un crédito del Estado a las CCAA que son las que en el fondo financian pero que no tienen capacidad ni dinero, porque se lo deja el Estado con sus correspondientes intereses. El plan, que se hace por decreto ley, pone unas condiciones: si te apuntas, sabes que va a cobrar pero debes renunciar a intereses y a cualquier reclamación de esta deuda. El plan ICO lo hace el Ministerio de Hacienda, son los 300 ME de las tres primeras facturaciones y hoy hemos venido a reclamar que nos lo paguen, ya que eso está dotado y presupuestado. Sólo hace falta que alguien apriete el botón, que pague ya. Quién puede hacerlo con su dedo es el señor Cristóbal Montoro

El ministro ha dicho esta mañana que los farmacéuticos cobrarían parte del dinero esta misma semana y el resto durante el noviembre. ¿Esa afirmación tiene credibilidad, le da confianza?

“Muchas promesas… Yo me lo creeré como Santo Tomás, cuando vea el dinero en la cuenta corriente. Me parece bien que lo diga porque nosotros hemos hecho todos los pasos administrativos necesarios para figurar en el plan y ahora les toca a ellos pagar. ¿Por qué no lo ha hecho antes? ¿Por qué en la carta que envía ayer no nos dice que nos pagará mañana sino que ‘les podemos asegurar que en el mes de noviembre se va pagar’? Un mes es muy largo y en un mes me llegan muchas facturas. Hay una cierta pachorra.

Hay la tendencia a tratar los farmacéuticos como simples comerciantes y no como profesionales de la salud… ¿No están intentando que al final se puedan adquirir los medicamentos en supermercados?

“Nosotros somos lo que somos y hay una parte de nuestro trabajo que consiste en comprar productos. A mí me gustaría que los políticos no tuvieran dobles intenciones y que si quieren hacer algo, lo expliquen claramente. Si alguien piensa que es mejor para los ciudadanos que los medicamentos estén en los supermercados, cosa con la que no estoy de acuerdo, que lo digan claramente y ya nos encargaremos de discutirlo y veremos si le votan o no, son las reglas del juego. Lo que es perverso es utilizar la política con unas intenciones determinadas no claras y hacer una serie de acciones con otra intencionalidad que provocan protestas como la de hoy. Es deplorable. Aquí también hay el juego entre el Estado y la Generalitat, es evidente que nos están usando como moneda de cambio y es deplorable. De los políticos reclamo que digan las cosas claras, que las incluyan en sus programas electorales y sean consecuentes con ellas.

Montoro ha recalcado que pagará el Estado y ha pedido a Mas-Colell que se lo recuerde a los catalanes mientras que el conseller d’Economia explicó que la Generalitat quiere pagar y no puede mientras que Madrid puede y no quiere. ¿Hasta qué punto os sentís pelotas de ping-pong, víctimas del enfrentamiento político entre Catalunya y Madrid?

Evidentemente, ahí estamos. El financiamiento es parte de este debate real que existe entre el Estado español y Catalunya. Yo, como farmacéutico y representante de los farmacéuticos, no tengo opinión sobre quién es el responsable. Pero es evidente que parte de lo que está pasando es fruto de este debate y de este tira y afloja, de este enfrentamiento o de esta negociación política, en el caso de que exista.

¿Le parece que la actitud del gobierno español es una respuesta al proceso soberanista?

Como farmacéutico no opinaré sobre este tema.

¿Qué problemas tendremos los usuarios?

De momento los usuarios no los han tenido gracias a los farmacéuticos porque en otro sector, si no te pagan no vendes. Somos farmacéuticos pero no somos un banco y en la primera rueda de prensa pedimos a quién tiene la responsabilidad de prestar el servicio al ciudadano, no de pagar a las farmacias, que responda al ciudadano. Nosotros estamos financiando y si el conseller de Sanitat quiere explicar que es culpa de otro, que lo diga, pero eso no le quita la responsabilidad de explicar cómo va a financiar esa prestación.

Aunque de momento no les haya afectado, ¿qué os han transmitido los usuarios?

Comprensión y preocupación porque es que todos somos usuarios y ciudadanos. Yo he pagado mis impuestos y a mí me dijeron que, como ciudadano, tengo un contrato y que en base a estos impuestos tendría unos derechos. La gente está preocupada.

La clientela de la farmacia acostumbra a ser muy fiel…

La gente de nuestro barrio nos quiere y somos cercanos, accesibles, estamos formados.

En cambio, los farmacéuticos siempre habéis tenido fama de ser unos privilegiados y hay gente que considera que habéis vivido muy bien durante mucho tiempo…

Nosotros somos unos profesionales, no sé si nos ganamos la vida por encima o por debajo de la media, en Catalunya somos 3.000 y cada uno tiene su situación. Además de las 23 farmacias que han cerrado en estos últimos dos años, muchas están en concurso de acreedores y otras tienen el suministro de los proveedores cortado. ¿La gente piensa que lo que está pasando es neutro y que no tiene consecuencias? Una cosa son las consecuencias sectoriales, 3.000 farmacias y 10.000 puestos de trabajo más toda la industria de distribución, pero es que hablamos de medicamentos necesarios para la ciudadanía, hablamos de salud. Las decisiones políticas están a punto de traspasar la línea roja de los usuarios, por eso los políticos tienen que arreglarlo y decir qué van a hacer.

¿Es pesimista o ve el vaso medio lleno?

“La única esperanza que me queda es la Ley de Morosidad aprobada e impulsada desde una directiva europea, que es taxativa: es ilegal que una administración sea morosa y la ley da plazos, no se puede pagar más allá de los 30 días. ¿Si soy optimista? Me aferro a la ley y por encima de ella no hay ni los políticos ni las administraciones. Esta ley se tendrá que cumplir.

Recortes en sanidad, educación, justicia y servicios sociales. ¿Tiene la sensación de que están desmontando el estado del bienestar?

Yo confío en las intenciones de la Generalitat: en momentos de clara dificultad sus máximos representantes y su presidente han dicho que eso era tocar la médula y que no están dispuestos a hacerlo.

¿Estamos caminando hacia la privatización de la sanidad?

Las farmacias somos un ejemplo exitoso de que es posible que la sanidad privada y la pública colaboren en un servicio público. El otro debate es muy amplio. Pero si alguien me pide un ejemplo de éxito de un modelo de colaboración entre empresas privadas y no monopolísticas, porque no es una cadena de farmacias sino que son 3.000 autónomos que trabajan en estrecha colaboración con la sanidad pública, prestando un servicio público, que analice el modelo farmacéutico. Ha funcionado a la perfección pero necesitamos que nos paguen para que siga funcionando.

¿Piensan en otras acciones reivindicativas?

A partir de mañana nos tocará analizar qué nos pasará a finales de año porque Mas-Colell dice que los 1.700 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) no están ni se esperan. Eso es inadmisible y deberemos reunirnos. Los farmacéuticos no podemos financiar más, somos responsables de nuestro trabajo pero los responsables de financiar esta prestación es la administración. Esto está llegando al límite y si el responsable no paga ¿está diciendo a los usuarios que paguen ellos los medicamentos? Porque alguien tendrá que pagar…

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