Filosofía, humanismo y misoginia son términos que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en los ideales griegos, comprobamos hasta qué punto este ideario es verídico.
El objetivo de este artículo es el de proporcionar una visión general del modelo de educación a Grecia en la época clásica, y una vez hecho esto observar más atentamente la educación de las mujeres espartanas y su papel en la sociedad.
A lo largo de la Historia Antigua, existieron muchos modelos diferentes políticos diversos, completamente diferentes y algunos coexistieron y otros no. Lo mismo ocurrió con la cultura y la educación.
Para clasificar la educación en el período de griego se puede hacer una separación en dos etapas básicas: la del período micénico (Siglos XVI a.C hasta XII a.C), y el periodo arcaico clásico (Des del 499 a.C hasta Alejandro Magno).
Durante el período micénico los que recibían la educación eran los aristócratas, es decir personas con riqueza y familiares con influencia política. Esta persona basaba su educación en su linaje, la fortaleza, el valor y ser virtuoso en la batalla.
Este modelo cambia con el período arcaico clásico donde todos los ciudadanos tienen acceso a la educación (importante destacar el término ciudadanos, no habitantes de las ciudades). Los requisitos para ser considerado ciudadano griego eran tres principales: que el padre lo fuera (en el caso de Atenas era necesario que la madre también lo fuera, debido a reformas para controlar la población), debía poseer la condición de hombre libre y alcanzar la mayoría de edad 21-23.
El modelo de educación griega era impartido por el estado a partir de los 7 años, se trabajaba la gramática, aritmética, filosofía, oratoria entre otras materias cada día, pero la educación que tenía más presencia durante todo los días era la entrenamiento físico en el gimnasio y la palestra (atletismo, salto, lanzamiento de jabalina), el objetivo era claro; preparar a los hombres para el combate.
Esparta impartía su educación para los ciudadanos de pleno derecho y libres, los llamados los iguales. El objetivo era cubrir la parte económica y productiva a base de mano esclava (periecos y ilotas), de esta manera los espartanos sólo se dedicaban a prepararse para la guerra. El estado organizaba toda una conciencia colectiva para incluir a todos los iguales en el ideal de la virtud guerrera. Esparta pretendía preservar su estado y su cultura.
Esparta, bien conocida por su filosofía sobre sus guerreros, deja de lado todas las enseñanzas del espíritu y el alma (música, filosofía, gramática …) y basan la educación en un proceso de militarización.
El modelo que Esparta transmitía a los jóvenes era claro: un hombre con valor, destreza en el combate, que nunca huya ni se rinda, que aguantara bien firme hasta la muerte si era necesario y de esta manera da su vida por la ciudad.
Hay que tener en cuenta que el servicio militar espartano duraba hasta los sesenta años y por ello se debían mantener en un muy buen estado físico. En teoría este sistema fue ideado por Licurgo.
Desde que un niño nacía unos funcionarios de Esparta evaluaban la criatura para observar si tenía alguna deformidad o problema, si lo tenían los niños y niñas eran abandonados en el monte Taigedo. A partir de que el niño era aceptado por Esparta los padres ya no tenían ninguna autoridad para educarlo, lo debían hacer tal y como lo marcaba el Estado. Hasta los siete años el niño estaba en casa entrenando constantemente bajo la supervisión paterna, pero a partir de los 7 años los niños abandonaban sus casas para instruirse con lo que eran llamados “rebaños”. En esta etapa los niños aprendían obediencia, solidaridad de grupo y destreza militar. A partir de los 12 años se les rapaba y los hacían ir descalzos y con una sola túnica durante todo el año, debían ser autosuficientes en todos los sentidos, si querían comer habían de cazar o robar y si eran atrapados recibían un castigo físico ya que no habían sido suficientemente hábiles, dormían en camas que ellos mismos se fabricaban.
El espíritu de cooperación era muy importante, las rivalidades entre diferentes grupos de jóvenes servían para identificar aquellos más preparados para convertirse en comandantes del ejército. A partir de los veinte años ya volvían a la ciudad y podían contraer matrimonio pero aún estaban haciendo la instrucción militar la cual no acababa hasta los treinta años, en ese momento se convertían en un igual. Esta mayoría de edad se veía reflejada en uno de los actos cotidianos más importantes, comer en comunidad juntos con los hombres, a menudo iban con sus hijos para que tomaran ejemplo. Cada hombre tenía que aportar una cantidad de comida determinada.
Un ritual curioso que se celebraba en Esparta era el syssíta, un espectáculo donde obligaban a los ilotas a beber vino puro (sin mezclar con agua) y bailar y cantar ante los hombres y niños espartanos. De esta manera los niños aprendían que beber podía perjudicarlos e incluso matarlos y por otra parte los mostraba claramente como los ilotas eran unos seres patéticos e inferiores.
Así pues con esta descripción de los dos modelos educativos realmente se ve que los dos son muy diferentes en su conjunto. No obstante si en Grecia nos centráramos en ver las horas que ocupan la literatura, gramática, filosofía, etc…. comparadas con la gimnasia podríamos ver que la parte física para preparar guerras también es la más importante en Grecia.
La mujer espartana
En general durante la Edad Antigua todas las sociedades colocaban a la mujer en un papel muy secundario, sus funciones eran mantener la casa y criar a los hijos hasta que alcanzaran un nivel de edad mínimo para formarse oficialmente como futuros soldados, políticos…
Como contrapartida de este modelo, las mujeres espartanas disponían de una libertad y autonomía mucho más significante. Por ejemplo, podían ejercer actividades comerciales y literarias.
Aunque las niñas pequeñas no seguían el proceso de entrenamiento de los niños también eran enseñadas en base a Esparta. Aprendían a casa los valores cívicos y eran iniciadas en los rituales cívicos de la sociedad. Lo más característico y singular era que ellas al igual que los hombres ejercitaban su cuerpo desde muy jóvenes: carreras, lucha, lanzamiento de jabalina y disco.
Participaban en competiciones y en ocasiones estas eran mixtas, una muestra de cómo eran de fuertes las espartanas era que; ningún hombre se sentía avergonzado si perdía contra una de ellas.
La finalidad de promocionar este ejercicio es que a la hora de procrear los niños surgieran más fuertes y sanos. La literatura dice que las mujeres espartanas a pesar de ser cualidades atléticas disponían de una gran belleza, el ejemplo más claro es la espartana más famosa de toda la literatura, Helena (de Troya) esposa de Menelao.
Como se ha comentado antes las mujeres igual que los hombres eran educadas en base a su patria Esparta, y aunque este amor no sustituía el amor materno sí que podía llegar a eclipsarlo. Es decir que si su hijo moría en batalla y Esparta salía victoriosa la madre estaba muy agradecida a los dioses, o también se dieron casos en que una madre mató a su hijo en enterarse de que huyó del campo de batalla (una de las humillaciones más grandes que se podía sufrir en Esparta).
La vestimenta de las espartanas adultas era muy básica, consistía en: una túnica femenina llamada peplos con la parte de las piernas sin coser permitiendo así el movimiento cómodo para una mejor movilidad a la hora de correr, saltar, luchar …
Otro ritual cultural con el protagonismo de la mujer eran las bodas. En Esparta la mujer se vestía como un hombre, incluso les podían cortar el cabello y perfumarlas para que parecieran hombres, una vez esto esperaban a que su hombre viniera del banquete a oscuras para tener relaciones sexuales. Después el hombre se iba y hasta que no alcanzara los 30 años el matrimonio no era 100% oficial, la mujer era la encargada de buscar momentos para estar con su hombre a escondidas de sociedad, esto se hacía para que así la pareja estuviera más ansiosa por copular y las probabilidades del embarazo aumentaban. La función del matrimonio era la reproducción, la mujer debía demostrar que podía engendrar hijos.
La ley reconocía la igualdad de las mujeres e incluso se les era permitido tener amantes si ellas lo deseaban, y de la misma manera un si hombre mayor se enamoraba de una mujer casada y ella lo aceptaba podía visitarla con el permiso de su marido.
Los apartados de la sociedad espartana donde las mujeres no podían acceder eran mayoritariamente políticos: cargos públicos, órganos de gobierno, intervenir en las reuniones de hombres o el ejército. Eran excluidas de las comidas en comunidad antes mencionadas. Platón atribuyó este hecho al carácter indisciplinado y anárquico de la mujer por naturaleza.
En el ámbito doméstico la mujer no realizaba las labores de la casa, ya que para ello disponían de esclavos. Sus responsabilidades en la casa pasaban por la educación de su hijo hasta los 7 años y la administración de los bienes familiares. Podían acumular riquezas y grandes extensiones de tierras hasta igualar a hombres en influencia y prestigio.
En una visión general, las mujeres espartanas a diferencia de las griegas eran más independientes e « iguales» aunque tenían unas tareas atribuidas por su sexo. Esparta preparaba su sociedad para la guerra, en los hombres para que lucharan y en las mujeres para tener hijos fuertes y una vez los hombres estuvieran luchando ellas se quedaran en las ciudades mintiendo la calma y el orden.
Hay que reconocer que las mujeres espartanas eran fuertes, física y psicológicamente, su educación les permitía perder maridos e hijos a la guerra y seguir con la moral bien alta por el bien de Esparta.
Definitivamente es indudable que el pueblo espartano es uno de los más singulares en toda la historia de la humanidad por su firmeza y dedicación a un proyecto social muy marcado y delimitado que realizaban a todos los niveles. El resultado lo obtuvieron y los ha hecho famosos a lo largo de la historia por todo el mundo.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.