Como en toda gran ciudad europea que atraiga turismo, la picaresca y las comisiones -de restaurantes, hoteles y otros negocios- abundan en el gremio del taxi. Sin embargo, esta es sólo una de las caras del mundo del taxi. En Barcelona, desde las trepidantes expropiaciones de bancos realizadas por Quico Sabaté con el taxi como medio de desplazamiento, ningún otro colectivo había vinculado al gremio de taxistas de una forma tan estrecha y clara con la lucha social, la solidaridad y el anhelo por un mundo más justo: “Taxis Anarquía”, iguales por fuera, diferentes por dentro.
En la parada de taxis de la Plaça de Llucmajor -futura Plaça de la República-, nos encontramos con Ginés (36 años, afiliado a la CNT desde hace 15 y miembro de “Taxis Anarquía” desde hace año y medio). Ginés es quien mantiene actualizado el blog de “Taxis Anarquía”, una auténtica miscelánea de interesantes datos (canciones, películas, etc), noticias y anécdotas históricas relacionadas con el taxi (¿sabían que un taxista a punto estuvo de terminar con la vida de Winston Churchill?). En el interior de su taxi, hablamos con Ginés sobre este singular colectivo que combina el servicio público del taxi y la conciencia social del ideario libertario. Casi nada.
El estereotipo sobre los taxistas suele referirse a gente cabreada, que pasa las horas escuchando la COPE, a Federico Jiménez Losantos, con opiniones ultra-conservadoras…
Y que son del Real Madrid y peseteros; nos llaman “pesetas” porque lo hacemos todo por dinero. Y ése es el estereotipo. Ten en cuenta que durante el franquismo, los que hacían el taxi eran muchos polícias o guardias civiles. Tenían dos trabajos; era como un estanco: era considerado un premio o algo así. Y esos taxis han pasado de padres a hijos. Es la herencia y lo que ha formado el estereotipo, con el que no estoy de acuerdo, claro. Afortunadamente hay casos excepcionales y hay gente diferente, entran nuevas generaciones.
¿Cómo nos presentarías a Mariano?
Mi amigo, mi compañero, mi colega. Un tío de puta madre. Fue quien se inventó esto de “Taxis Anarquía”. Él empezó solo y le costó bastante… Le costó bastante por que en el Área Metropolitana -tú no puedes montar un servicio de taxis sin permiso del Área Metropolitana- no querían porque les daba miedo el nombre. Costó bastante pero al final cedieron. Mariano les explicó que esto no era nada malo, tan sólo la aplicación de unas ideas a un servicio de taxi y nada más. Mariano venía del movimiento libertario: de CNT y de la Cooperativa Trébol. Él estaba en la escuela sacándose el carnet de taxista, y se le ocurrió aplicar las ideas libertarias al servicio de taxi. Y así es como nace “Taxis Anarquía” en el año 1999. Empezó Mariano solo y por el camino fue encontrando gente.
¿Qué es “Taxis Anarquía”?
“Taxis Anarquía” es una asociación cultural. Puede participar cualquiera, no hace falta ser taxista. Y se hacen actividades: conciertos, excursiones, cenas,… Ahora vamos a organizar una excursión y el que se quiera apuntar, que se venga. Y a parte, es un servicio de taxi. Somos cinco taxistas en este momento, aunque tenemos otros compañeros taxistas que colaboran puntualmente aunque no se quieran implicar más. Aquí no se obliga a nadie, es voluntario y libre, quien se quiera implicar, que se implique. Tampoco tiene por qué ser taxista: tenemos a una chica que es diseñadora y nos hace las tarjetas, otro chico que nos echa una mano con el teléfono… Funcionamos de manera asamblearia: se discute, se debate. Nos reunimos todos y planteamos problemas e iniciativas. Por ejemplo, ahora estamos todos liados con el problema de la Estación de Sants.
Tenemos entendido que realizáis carreras solidarias para aquellas personas que no pueden pagar un servicio de taxi…
Sí, hay gente que vive en situaciones económicas muy complicadas. Y nosotros nos ofrecemosa esta gente que vive situaciones difíciles, por si les sale alguna urgencia. Claro, primero nos tienen que llamar y que explicarnos cuál es su situación… Para ir al cine o al restaurante no les vamos a llevar; nosotros somos buenos, pero tontos no. Sin embargo, si tienen que ir al médico o a cualquier sitio urgente y no tienen dinero, pues les llevamos.
Durante la acampada en Plaça de Catalunya, prestábais servicio gratuito a los acampados.
Lo que pasó en Plaça de Catalunya fue un movimiento social -como hacía tiempo que no sucedía en Barcelona. Y hay que estar al tanto de lo que ocurre. Nosotros, “Taxis Anarquía”, nos interesamos por el tema y fuimos a la acampada, estuvimos en un par de asambleas, y les dijimos: “Si os hace falta ayuda, o lo que sea, nos llamáis y os llevamos”. Por ejemplo, ayudamos a transportar material. Y el día del desalojo de los Mossos d’Esquadra, nos llamaron para ver si podíamos hacer algo, pero no hubo manera: aquello estaba tomado por la policía. Imposible. Hemos hecho lo que hemos podido dentro de nuestras posibilidades.
¿Crees que los usuarios conocen sus derechos al subirse en un taxi?
No, no los conocen. Por ejemplo, el usuario, cuando entra en un taxi, puede decirle al conductor que ponga el aire acondicionado o puede pedirle que cambie de emisora. Son derechos del usuario. El usuario, por ejemplo, puede elegir el taxi que quiere coger: si está sucio, se puede bajar y no pagar. En una parada de taxis, el usuario debe ir al primero que por algo es el primero de una cola, pero como usuario puedes elegir el taxi que quieras y los taxistas no pueden decirte nada.
En el blog de “Taxis Anarquía” denunciáis actitudes irregulares de algunos taxistas…
Durante la noche, hay muchas mafias del taxi, que se ponen donde los puticlubs, esperando llevar clientes insatisfechos o con más ganas de fiesta a otros puticlubs que les dan una comisión. Eso no se puede hacer: el taxi es un servicio público, pero estas mafias se dedican exclusivamente a hacer eso en toda la noche. Hay clubs en que, por cada cliente que les lleva un taxista, la comisión asciende a 100 euros. Estos taxistas, en tan sólo dos carreras, pueden sacar 200 euros y sin apenas gastar gasolina.
Caramba.
Esta gente crea una especie de clan mafioso, se ponen en las puertas de los clubs haciendo una especie de corrillo, y eso no se puede hacer: un taxista no puede decidir quién entra y quién no entra en su taxi. Si te acercas a uno de estos taxis y quieres que te lleven a casa, no te cogen. Sólo te llevan si vas a un club donde tengan comisión. O te llevan con la condición que les pagues 50 euros y sin poner el taxímetro. La verdad es que principalmente viven de turistas borrachos.
Es un servicio público, y se debe coger a todo el mundo, no sólo aquellos clientes que desean ir a un puticlub donde tienes una comisión. Si todos hiciéramos lo mismo, pues ya me dirás en qué acabaría todo esto.
Y mientras, en la Estación de Sants…
En la Estación de Sants hay una mafia bastante gorda y que estamos combatiendo como podemos. En la Estación de Sants, había una parada de taxis en la plaça dels Països Catalans que quitaron por obras y la pusieron atrás, en la plaça de Joan Peiró. La gente sale y no sabe que está detrás. Y delante están los taxis piratas fijos, los habituales, que les recogen. Estos taxistas piratas no ponen la luz verde, no van a la parada de taxis a hacer cola con el resto de sus compañeros, y encima cobran sumplemento de 2,10 euros y… ¡venga, de fiesta! Y entretanto, un montón de taxistas en la parada de Joan Peiró haciendo cola como unos tontos. Y es que según el reglamento del taxi, en las inmediaciones de una estación, puerto o aeropuerto, sólo se puede coger pasaje en la estación de taxi reglamentaria. Esta situación se ha denunciado, se han hecho concentraciones, recogido firmas, carteles, octavillas… Pero muy poquita gente se moviliza, muy poquita gente nos hace caso. Esto va para largo, es complicado porque hay muchos intereses: está el Área Metropolitana, el Ayuntamiento de Barcelona y está ADIF, que es la empresa que gestiona la Estación de Sants. La Estación de Sants es la primera estación actualmente de Barcelona. Está el AVE, hay autobuses… Son muchos intereses para gestionar.
Y los taxis piratas pescan en río revuelto…
¿Y sabes qué pasa? Muchos floteros de estos -de la oligarquía del taxi-, les dicen a sus empleados que vayan a la parte de adelante [de la Estación de Sants], que no pierdan tiempo haciendo cola en la parada de taxis, que cojan pasaje rápido y que apliquen el suplemento de 2,10 euros. Todo para ganar más dinero, que es lo que quiere el flotero: que trabajen más para ganar más dinero, más dinero, más dinero. A eso van. Al puro negocio. Los floteros sólo van a exprimir a los trabajadores. Muchos trabajan doce horas, suelen ser inmigrantes -paquistanís, sudamericanos- y no se quejan. Cobran menos de lo que dicta el convenio de asalariados del taxi –firmado por CC.OO., UGT y la patronal– que es 60 por 40: 60% para el empresario y 40% para el trabajador.
¿Trabajan a comisión?
Trabajan a comisión. Y los inmigrantes cobran menos, porque directamente les explotan: 70 por 30, o quizá menos. O les hacen pagar la gasolina, o burradas de ésas. Aunque el convenio de por sí ya es muy malo para el trabajador.
Da la impresión que, en el gremio de taxistas, cada quién hace su guerra.
Piensa que la mayoría son autónomos. Es un negocio particular, no quieren problemas, sólo pretenden hacer su negocio. Aproximadamente el 80% de los taxistas en Barcelona son autónomos, con mentalidad de pequeño empresario, y el resto asalariados, que están pillados por el jefe y no quieren más problemas.
¿Qué hacer si consideramos que un taxista no nos ha prestado un buen servicio?
Tomar nota de la licencia y dirigirse al Instituto Metropolitano del Taxi. O llamar directamente a la Guardia Urbana para que se persone.
Y por último, una canción para terminar la entrevista.
“Red Angel Dragnet”, que es el quinto tema del disco “Combat Rock” de The Clash. Es una canción inspirada en la película “Taxi Driver”, de Martin Scorsesse.
¿Te identificas con Travis, el protagonista?
No, ése estaba mal de cabeza, zumbado [risas].