La exportavoz de la PAH hace hincapié en que el proyecto no es aún ninguna candidatura, que “Guanyem Barcelona”, «no es la plataforma ni el chiringuito de Ada Colau» y que, si alguna vez encabeza una lista electoral surgida de esta iniciativa, lo será tras una proceso democrático posterior a todo el trabajo que se quiere realizar de aquí a septiembre.
La exportavoz de la PAH hace hincapié en que el proyecto no es aún ninguna candidatura, que “Guanyem Barcelona”, «no es la plataforma ni el chiringuito de Ada Colau» y que, si alguna vez encabeza una lista electoral surgida de esta iniciativa, lo será tras una proceso democrático posterior a todo el trabajo que se quiere realizar de aquí a septiembre.
Colau ha querido matizar, dejar claro que Guanyem Barcelona, no es aún una candidatura a ningunas elecciones municipales y que «no es la plataforma de Ada Colau«. Lo ha dicho apuntando a buena parte de los medios de comunicación, entendiendo que resulta «difícil resumir en titulares algo tan complejo. La realidad política está cambiando muy rápido, pero no hay que caer ni en personalismos ni en siglas. No queremos que esto sea sólo mi nombre, la plataforma es mucho más que yo. No es ni siquiera idea de Ada Colau, ni mucho menos el chiringuito de Ada Colau. Está impulsada por un grupo de 200 personas que han trabajado mucho” para lleva este proyecto a la línea de salida.
La exportavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) ha explicado así como nace este proyecto político y que, según ella, «responde a demandas amplias de una ciudadanía que ha demostrado ir muy por delante de las instituciones«. Las tres ideas con las que resumió la propuesta de “Guanyem Barcelona” fueron: que hay recursos suficientes para que no haya pobreza ni desigualdad en Catalunya y en España, sólo que no están bien repartidos por una deficiente gestión política que prima el beneficio de unos pocos gracias a la aplicación de unas políticas de inspiración neoliberal impulsadas desde organismos no elegidos democráticamente. En segundo lugar, que hay una mayoría social que demanda un cambio en la política para que deje de estar al servicio de los corruptos y los poderosos y desaparezca la impunidad en la que se mueve buena parte de las élites. Y por último, que aunque esta iniciativa no es «ni la primera ni la última» y que «nos podemos equivocar, no intentarlo sería el peor error de todos«.
“La ciudadanía va muy por delante de las instituciones”
«Esto es de momento una plataforma ciudadana, no una candidatura, y quiere poner sobre la mesa un debate que ya está en la calle: que la democracia la hace la ciudadanía día a día«, ha mencionado Colau, que ha recordado la lucha contra los desahucios, las manifestaciones contra los recortes, la Iniciativas Legislativas Populares por la Educación Pública o la Renta Básica o la Marchas de la Dignidad. La portavoz de la iniciativa municipalista insistió en la necesidad de que la ciudadanía ocupe las instituciones para poder desarrollar esas luchas y dar continuidad a una movilización social que no se debería detener una vez alcanzado ese objetivo. «Pretendemos ganar el Ayuntamiento, pero no para ocupar cargos, sino para transformar las instituciones y ponerlas al servicio de una ciudadanía que ya está organizada«. Esta organización, “no consistirá en duplicar estructuras que ya existen, sino en integrarlas dentro de las bases para impulsar la plataforma”, expuso la exportavoz de la PAH.
En cuanto a quién podría encabezar finalmente la lista electoral de la plataforma, si se dan las condiciones de crecimiento y confluencia buscadas por sus promotores, Colau insistió que “no soy candidata. Si alguna vez lo soy, se decidirá de forma democrática. Esto es sólo una plataforma ciudadana que busca nuevas formas de participación”.
«En otoño nos encontraremos para definir, entre otras el cosas, el mecanismo organizativo«, reiteró Colau, que ha adelantado que «hay una comisión que está trabajando” sobre este ámbito. Además, ha insistido en que «la especificidad de este iniciativa en relación a otras propuestas similares es que ésta, parte de Barcelona, y Barcelona no es cualquier ciudad”, apelando a un pasado de luchas sociales y de estallidos revolucionarios (soslayando, eso sí, las posteriores represiones). “Pretendemos una confluencia amplia para poder ganar esta ciudad«, aseguró, tras coincidir con el abogado Jaume Asens y el politólogo Joan Subirats en que en el proyecto aunque abierto, no cabe todo el mundo: “se deben dar unas condiciones mínimas de confluencia, no es un acuerdo más entre élites, dedicadas a cerrar una lista cremallera”, sintetizó Subirats, que recordó que el actual escenario de recortes no es sólo el resultado de las políticas ejercidas por el PP y CiU, sino que también responden a gestiones pasadas, aludiendo de esta manera a la responsabilidad de PSC-PSOE e ICV-EUiA, en el diseño y gestión de un modelo de ciudad y de país “agotado”.
“Un cambio en las reglas del juego”
Gente reunida en pie de igualdad. Ada Colau resumía así el encuentro de presentación de “Guanyem Barcelona”, la iniciativa ciudadana que busca articular un espacio de confluencia de movimientos sociales, vecinales y actores políticos con la vista puesta, en primer lugar, en la conquista del poder municipal en la capital catalana.
Mil ochocientas personas respondieron a la convocatoria del grupo promotor de la iniciativa. El escenario central, la sala de actos de una escuela del Raval, en la que no había espacio suficiente para la mayor parte de los asistentes, que hubieron de seguir la presentación en diversos espacios en el exterior a través de pantallas.
«Estamos aquí por necesidad. Tenemos que hacer algo. Si no acabarán con nosotros«, advirtió la cabeza más visible de la nueva propuesta, al tiempo que planteaba una clara alternativa: «O aceptamos la versión contemporánea de feudalismo que nos ofrecen o salimos de esta situación a través de una revolución democrática«.
La atmósfera era bastante diferente a la de los actos políticos convencionales; buscan la participación de movimientos ciudadanos desde la base, y a ellos han dado la palabra en un final de acto que alentaba el compromiso por desarrollar un discurso dirigido a esa mayoría social objetivo de la iniciativa.
Un auténtico desafío lanzado a Barcelona. Una nueva forma de hacer política. Una propuesta que no busca unificación ni simplificación de proyectos, sino reinventar las instituciones desde el trabajo cotidiano de la gente, de la ciudadanía, a través de prácticas y objetivos concretos. En este sentido, Colau se ha esforzado en desmentir lo que tantos medios de comunicación han repetido: Que no es un proyecto personal y que se rehuye de la confluencia con partidos políticos.
Colau ha explicado una vez más que la PAH la ha convertido en una personalidad muy visible, y que se ha comprometido una y otra vez a no utilizar este «capital» para fichar por partido alguno.
La palabra «confluencia«, además, no equivale a «unidad«, han coincidido Colau y el polítólogo Joan Subirats, porque unidad equivale a eliminación de discrepancias, a incapacidad para gestionar la pluralidad de sensibilidades políticas y sociales que pretenden sumar a un movimiento con el que quieren cambiar las reglas del juego en Barcelona, para que la ciudad lance un «grito constituyente» contra el régimen actual, «bipartidista y monárquico«.
No lanzan un llamamiento a formar coalición alguna, pero entre los asistentes se encontraban, un buen puñado de miembros y dirigentes diferentes organizaciones de la izquierda política, así como de movimientos sociales. No eran pocos los que se preguntaban, en voz más o menos alta, qué posición defenderá “Guanyem Barcelona” sobre la reivindicación de soberanía del pueblo catalán y, más concretamente, por la opción concreta de voto ante la consulta planteada para el próximo 9 de noviembre. Una duda a la que se han comprometido a responder, al menos, a título personal. «Nosotros defendemos el ejercicio del derecho a decidir el 9-N, pero también antes y después del 9-N», han insistido los portavoces del grupo promotor. Un derecho a decidir que no se limite a la cuestión territorial y que incluya cuestiones sociales y ecoonómicas impuestas sin respaldo popular.
En este punto, el abogado Jaume Asens ha vuelto a recordar la tradición revolucionaria catalana citando a una de las figuras señeras de la disidencia peninsular, Andreu Nin. «Como él, sabemos que la cuestión nacional y social van juntas», aseveró Asens.
Una de las organizadoras del acto, la activista Gala Pin, ha señalado que hoy día Barcelona está llena de personas anónimas -”héroes y heroínas”– que se levantan en favor del derecho a la vivienda y contra los desahucios, en defensa de los espacios públicos, en solidaridad con los inmigrantes… Y por lo que se refiere a la necesidad de regenerar la vida política, ha indicado que sin movimiento vecinal no se hubieran conocido casos de corrupción como los de Millet y Montull. «Es desde los barrios desde donde se puede construir la democracia«, ha zanjado Pin.
«Hay que recuperar la idea de que la democracia hoy es revolucionaria«, ha resumido Joan Subirats. Su compañero Asens también ha sido directo: «Queremos lanzar un mensaje de rebeldía» y «liberar las instituciones«, ha explicado, para después incidir, como han hecho el resto de participantes en el acto, en que quien gobierna realmente es una oligarquía que nadie ha votado, que ha secuestrado una democracia para limitarla y excluir la justicia y la igualdad y que la iniciativa nace “caminando entre precipicios para parar los golpes de una minoría, para frenar una ofensiva desatada contra lo público”.
http://www.publico.es/530515/ada-colau-la-ciudadania-va-muy-por-delante-de-las-instituciones