A finales de 2017, en el barrio de Gracia nació el Laboratorio Escénico Me Too, un proyecto liderado por Alba Tor y formado por un grupo de creadoras y/o activistas, supervivientes de abusos sexuales o que mantienen algún vínculo con personas que los han sufrido. Esta iniciativa persigue la finalidad de romper el silencio y empoderar al resto de personas que han sufrido o sufren abusos. Nos reunimos con algunas de sus integrantes en el Centro Cívico La Sedeta, lugar donde se reúnen para crear. En dicho entorno nos hablaron en primera persona sobre sus inquietudes y expectativas.
¿Cómo nace la idea de crear el Laboratorio Escénico Me Too?
Alba: Como apasionada de las artes escénicas, escribir y actuar fue la manera que encontré para poder hablar de esta problemática. Algunas de nosotras formamos parte del Proyecto Minerva, que empezó en 2013, y hará cosa de dos años aproximadamente, propuse el tema de los abusos sexuales infantiles porque había escrito un poemario sobre la temática, ya que me afecta personalmente. Con el apoyo de las creadoras de Minerva y el de personas que formaban parte del grupo de ayuda mutua El Mundo de los ASI,, lo tiramos adelante. La idea era crear una pieza que parta de historias en su mayoría reales, o si no alguna puede estar ficcionada pero inspirada en lo que hemos visto o lo que hemos oído, y poner sobre la mesa esta problemática que afecta a una de cada cuatro niñas y a uno de cada siete niños.
Josefina: En muchas ocasiones la violencia de género en adultos se da como consecuencia de los abusos que han sufrido siendo menores. Es decir, en algunos casos, haber sufrido abusos en la infancia hace que de mayores, esas personas, mujeres principalmente pero también hombres, se vinculen con parejas que también las maltratan o bien se conviertan en maltratadores/as.
Stefany: En parte, es un problema de autoestima. Los menores víctimas de abusos sienten culpa, sienten que de alguna forma lo han provocado, porque eso es lo que les hacen creer sus agresores. Y cuando esos menores llegan a adultos y se relacionan con personas que les hacen daño no lo detectan como un maltrato, lo perciben como algo normal. Y sigue la cadena. Siendo víctima te sitúas en la fragilidad y siempre caes en relaciones en las cuales uno tiene más poder sobre el otro.
Uxia: La educación es una parte muy importante. Hay adolescentes que les envían a sus amigas veinte mensajes en cinco minutos preguntando “¿Dónde estás? ¿Qué haces? ¿Por qué no me contestas?”. Y así normalizan conductas que no son normales.
Alba: Además, en el ámbito familiar y educativo, la sexualidad es un tema tabú.
¿Tenéis experiencia en el terreno de las artes escénicas?
Alba: Algunas de nosotras sí, otras no. Pero no perseguimos un montaje virtuoso, sino mostrar la realidad silenciada de forma poética.
Elisenda: Sí, de hecho yo vengo del mundo de la danza y de la interpretación más física y, mis intervenciones, serán a nivel de performance y danza, vinculadas a los textos que han escrito ellas.
¿De qué trata la historia que escenificáis? ¿Qué objetivo persigue?
Alba: Es una apuesta interdisciplinar, se trataría más bien de un “teatro documento”, en el sentido de que no priman tanto nuestras habilidades escénicas (aunque las hay y ayudan), sino que lo que pretendemos es salir a un escenario a decir “no”. A reivindicar. Queremos hablar en primera persona en lugar de contratar a una actriz famosa para que asista más público. Queremos empoderar, empoderarnos y romper el silencio. Pero en ningún caso pretendemos denunciar a nadie en concreto, ese sería otro escenario.
Josefina: No se trata tanto de actrices que representan casos que les han pasado a desconocidas, sino que personas que han pasado por estas circunstancias o que conocen a alguien que ha vivido violencia sexual las representan en el escenario.
Alba: Las víctimas de abusos deben poder decirlo para superar el trauma, hay que explicarlo, y si la familia las apoya estas están de suerte. Eso último no es tan común. De hecho, la mayoría de las veces el agresor es alguien cercano a la víctima (un familiar, un educador, un amigo…) y cuando los casos se dan dentro del mismo ámbito familiar, muy pocas veces creerán a la víctima y esto las lleva a vivir dentro de una mentira, a sufrir trastornos… Por ese motivo, las escuelas deberían estar más preparadas y afrontar que esto existe para poder prevenirlo.
Stefany: Yo he conocido casos de adultos que fueron víctimas de abusos en la infancia por parte de un pariente y, cuando ya de mayores han contado a su familia lo que les pasó, la familia lo que ha hecho ha sido apartarlos de las reuniones familiares y continuar relacionándose con el agresor. Termina siendo como si el crimen lo hubieran cometido las víctimas.
¿El texto original es obra de una sola persona? ¿Qué pasos habéis seguido desde la escritura del guión hasta ahora?
Josefina: No, está creado en conjunto por cada una de nosotras íntegramente a raíz de nuestros encuentros.
Teresa: Cada una ha aportado un texto, una vivencia.
Josefina: El papel de Alba ha sido recopilarlos todos y convertirlos en el texto final.
Alba: El laboratorio no ha sido fácil porque se tratan temas que después se llevan a casa y remueven. Al principio planteé unas premisas para escribir sobre las secuelas, el proceso del abuso, los mecanismos del agresor, el silencio… y a partir de aquí cada una ha aportado su experiencia, incluso acompañándola de documentos reales, como cartas que se escribieron en su momento. Hay una gran calidad artística en estos textos. Son monólogos interiores con elementos sonoros y danza, donde el hilo conductor siempre es la voz de las supervivientes de abuso sexual.
Elisenda: Los textos son muy poéticos y metafóricos, tienen un contenido muy bello donde el público no tiene por qué saber si lo que leo, lo que estoy interpretando es o no real.
Teresa: Se habla desde la verdad. Todas tenemos mucho conocimiento sobre lo que decimos. Es algo que nos ayuda a poder explicarlo.
Uxia: Ayuda a tu recuperación, a tu terapia. El teatro es terapéutico y, a las supervivientes de abusos sexuales, poder hablar abiertamente sin sentirse juzgadas les ayuda.
Josefina: Las primeras sesiones prácticamente acabamos llorando todas, realmente revivirlo era una sensación muy fuerte.
Alba: Se cree que sacar a la luz el abuso es perjudicial para las víctimas pero no es así. Hay un gran desconocimiento porque, aunque todas estas problemáticas han existido desde los inicios de la humanidad, se ha querido fingir que no es así. Por ese motivo, el maltratador puede cometer los abusos: gracias al silencio. Queremos romper el tabú planteando que si yo soy capaz de subirme a un escenario a hablar de este tema, otras personas que han pasado o estén pasando por esto pueden atreverse a decirlo.
¿Creéis que estas iniciativas son más necesarias que nunca tras episodios como el de “La manada”, que suponen un retroceso y una puesta en duda de los derechos de la mujer?
Uxia: El sistema judicial de este país defiende al agresor y no a las víctimas y además se les hace un machaque psicológico brutal. Este tipo de delitos no deberían prescribir. Vivir algo así puede provocarte incluso amnesia traumática es decir, pasarte media vida sin recordar que has sufrido abusos. Ese tipo de amnesia es bastante común en las víctimas de abusos sexuales, y muchas de ellas los recuerdan cuando el delito ya ha prescrito.
Stefany: Y aunque las víctimas denuncien, no siempre se encuentran fuertes psicológicamente para enfrentarse a un juicio. Si van a declarar cuando todavía arrastran secuelas psicológicas de los abusos como la culpa o la baja autoestima, la presión psicológica a la que muchas veces las somete el sistema judicial puede reforzar en ellas esa idea de que lo que les pasó no fue para tanto o que lo provocaron, y pueden salir del juzgado creyendo que realmente tendrían que retirar la denuncia.
Alba: Una de las riquezas de este grupo es la capacidad de interlocución que tienen todas ellas, muchas veces acabamos debatiendo sobre estas cosas. Y está claro que esta sociedad está muy regida a favor de los hombres.
¿Qué opináis sobre las campañas surgidas este año, especialmente a nivel cultural, de la mano de trabajadoras del mundo del cine? ¿Es el arte la plataforma idónea para denunciar las injusticias?
Alba: Es muy curioso porque cuando propuse a Proyecto Minerva crear este laboratorio, todavía no había pasado lo del “Me Too” o las denuncias de Hollywood, pero consideramos que estaba bien llamarlo “Me Too” por una cuestión de no tener que explicar constantemente de lo que trata, para convertirlo en un referente. Además, hoy en día con los mass media muchas más personas tienen la oportunidad de pronunciarse.
¿Cuándo está previsto que se estrene la obra?
Josefina: La pieza teatral se estrenará en octubre o noviembre. A partir de que lo vea la gente, si nos lo piden lo iremos haciendo en distintos sitios. Trabajamos para denunciar donde sea y donde podamos llegar.
Alba: A través del Proyecto Minerva tenemos el apoyo de la Asociación Trama, que nos ha animado a que hagamos un debate con el público después de la obra, ya que de esta manera creemos que no queda solo en una representación o un espectáculo, sino que se convierte en un diálogo, en un trozo de vida. Estaría muy bien poder ir a institutos a representarla.
Teresa: Muchas veces la gente piensa que si explica lo que le ha pasado no lo entenderán, pero estar aquí crea otro tipo de simbiosis en la que no nos sentimos solas.
Josefina: Detrás del Proyecto Minerva está el apoyo del Ayuntamiento de Gracia pero cada vez estamos interviniendo más allá de Gracia, como por ejemplo con las exposiciones que hacemos. En la obra hay un mensaje de esperanza: Hoy eres una víctima pero mañana puedes subir a un escenario y romper el silencio.
Alba: La lectura dramatizada tendrá lugar el próximo domingo 15 de julio a las 20:30 en Porta 4. ¡Estáis tod@s invitad@s!
Licenciada en Comunicación Audiovisual con especialización en Guion Profesional.