1979 es un año que históricamente parece no tener gran relevancia. Cualquiera podría decir que se trató de un año más, incluido dentro de un proceso de cambio que se daba a escala global: la llegada de Margaret Tatcher al poder, las revoluciones de Nicaragua e Irán, la adhesión de Grecia a la Unión Europea o la visita del Papa Juan Pablo II a Polonia, que por aquel entonces formaba parte de la Unión Soviética. Asimismo, aquí en España también se libraba un proceso de cambio importante, con la elección de Adolfo Suarez como presidente del gobierno o la celebración de las primeras elecciones municipales. No fueron grandes acontecimientos, más bien un goteo constante de pequeños cambios que configurarían una nueva etapa, dando paso a una de las décadas más controvertidas del siglo XX: los ochenta. La muestra, que se puede visitar en el Palau de la Virreina desde el 11 de marzo hasta el 12 de junio, nos señala precisamente la heterogeneidad de todos los acontecimientos sucedidos durante 1979. La exposición se articula a partir de la obra de Peter Weiss, autor de la novela La estética de la resistencia, un relato que refleja el desencanto del escritor hacia la socialdemocracia y la concepción de un mundo cada vez más global.
De esta manera, el proyecto, impulsado por Carles Guerra, se centra en analizar el contexto artístico, cultural y político, revisando acontecimientos claves que influyeron decisivamente en estos ámbitos a lo largo de los años posteriores. El año 1979 supone el arranque de un nuevo modelo económico, caracterizado por las nuevas dinámicas del capitalismo, y cultural, marcado por la postmodernidad. El proyecto presenta las consecuencias dentro de los nuevos modelos de producción cultural y artística de este nuevo cambio paradigmático de gestión económica y cultural de alcance global.
Podemos destacar, la parte de la exposición encabezada por los fotógrafos Pep Cunties, Eduardo Subías y Jesús Atienza, que documentaron en este año el Hospital Psiquiátrico Pi i Molist y el antiguo matadero de Barcelona. Las fotografías mostradas por estos autores pretenden denunciar el estado de en que se encontraban estas instituciones a finales de la década de los setenta y principios de los ochenta.
En conjunto, los varios espacios que conforman la exposición componen lo que su propio nombre indica: un monumento a instantes radicales, pero con la pretensión de reconstruir el pasado huyendo de las lecturas simplistas que se pueden derivar de la observación de unos acontecimientos tan dispares entre sí.
Licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y especializada en periodismo y comunicación digital.