Las Abuelas de Plaza de Mayo estamos aquí reunidas para promover la conformación de una plataforma argentina de apoyo a la querella contra los crímenes perpetrados por la dictadura franquista, que tramita ante la justicia argentina desde abril de 2010.
Las Abuelas entendemos que los responsables de los crímenes de lesa humanidad deben ser perseguidos por los tribunales de cualquier país. Así como cuando en la Argentina estábamos imposibilitados de juzgar a los genocidas por la vigencia de las leyes de impunidad, las víctimas recurrieron a los tribunales españoles y de otros países de Europa, hoy España se opone a la investigación y el juzgamiento de estos crímenes y somos los argentinos los que brindamos nuestro apoyo, solidaridad y experiencia a las víctimas para alcanzar la Verdad y la Memoria histórica sobre estos aberrantes hechos.
Está presente en Buenos Aires una delegación integrada por dos presos políticos del franquismo -José María Galante y Josu Ibargutxi- y una representante de Asociaciones de Niños Robados en España, Soledad Luque Delgado, que es quien me acompaña.
Dentro de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina, Soledad actúa en nombre de nueve asociaciones de víctimas por el robo de bebés que se produjo durante la dictadura franquista y hasta bien entrada la democracia.
Su tema nos toca muy de cerca a las Abuelas. Soledad, junto a sus hermanos, constituyó la Asociación “Todos los niños robados son también mis niños”, cuyo objetivo principal es la búsqueda de Francisco, su hermano mellizo nacido en la Maternidad de O’Donnell el 25 de enero de 1965 y desaparecido el 21 de febrero del mismo año en ese centro médico. Pero, también, tiene por fin visibilizar la lucha por la búsqueda de todos los bebés y de su identidad robada. Hablamos de hombres y mujeres, que han sido arrebatados a sus familias durante el franquismo y que recién en los últimos años tienen voz.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.