En un paisaje inmaculadamente blanco, aparece la joven australiana Mia Wasikowska, igual de pálida que en la adaptación de Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton (2010), manchada de sangre, con una respiración exhausta, ojos lacrimosos y un pesado aleteo de fondo. Desde el primer minuto, la voz en off narradora de la protagonista alerta al espectador de que los fantasmas existen, poniendo de manifiesto la esencia del film: los fantasmas. Sin embargo, como seguirá insistiendo la novata escritora Edith (Mia Wasikowska) al principio del film, no se trata de una historia de fantasmas, sino una historia en la que hay fantasmas que constituyen, tal y como explica la misma, “una metáfora del pasado”.
Debido a una tragedia familiar, Edith se traslada como recién casada junto a su marido Thomas Sharpe (Tom Hiddleston), un inventor obsesionado en hacer funcionar su máquina infernal (una extractora de arcilla) a la casa familiar donde éste convive con su hermanísima Lucille (Jessica Chastain). Lejos de ser un hogar, las altas paredes de Cumberland Hill y su situación completamente aislada de cualquier atisbo de humanidad y civilización, Edith se va consumiendo día tras día entre insectos que anuncian la muerte.
Guillermo del Toro vuelve a trasladarnos a ambientes oscuramente bellos y poéticos como hizo con gran maestría en El Laberinto del Fauno (2006), así como también con un extraordinario vestuario y efectos nostálgicos. Aunque no repita con el mismo equipo de fotografía ni diseño de producción, Del Toro confía (y acierta) esta vez en Dan Lausten (El Origen del Mal, Solomon Kane, La Liga de los Hombres Extraordinarios) para ilustrar su lúgubre relato.
Sin embargo, La Cumbre Escarlata evoca un cuento de terror gótico del siglo XIX teñido de sangre y muerte con un trasfondo de una realidad social marcada por la opresión de la mujer del Nuevo Mundo y, aún más, si se trata de una mujer novelista y que persigue el sueño de publicar un manuscrito y no necesariamente de casarse con un marido perfecto. Aunque el argumento no brilla por su originalidad, sí que lo hace por el discurso formal de sus imágenes, del juego visual que propone. Una mansión tétrica completamente aislada y que se hunde, literalmente, es el escenario donde se viaja a este pasado fantasmagórico y donde la protagonista conocerá el horror que pueda albergar el amor.
Director: Guillermo del Toro.
Guión: Guillermo del Toro, Matthew Robbins.
Reparto: Mia Wasikowska, Jessica Chastain, Tom Hiddleston, Charlie Hunnam.…
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.