Basada en una increíble historia real, reza la publicidad de esta película, La dama de oro, dirigida por Simon Curtis (Mi semana con Marilyn) es una nueva aportación cinematográfica para denunciar el expolio, saqueo y muerte que sufrió la comunidad judía bajo el nazismo. Se han realizado diversos documentales sobre el tema y hasta George Clooney realizó hace poco la fallida Monuments men. El tema, aunque conocido y hasta hace poco oculto a los ojos de los ciudadanos, es interesante, una historia de lucha personal por reivindicar la dignidad de una familia y de una herencia, que se complementa con la cantidad de películas que han tratado el tema del holocausto.

Crítica de la película La dama de oro

Maria Altmann (Helen Mirren) después de enterrar a su hermana, le pide a una amiga si conoce a algún abogado que pueda aceptar un caso que afecta a la familia, entre las pertenencias de su hermana, María ha descubierto unas cartas que revelan una reclamación al gobierno austriaco de diferentes cuadros que habían pertenecido a su familia. El abogado es el hijo de su amiga, su nombre Randol Schoenberg (Ryan Reynolds) nieto del compositor austriaco Arnold Schönberg. Abogado que vuelve a Los Angeles a buscar trabajo despues de fracasar en otra ciudad.

Maria quiere recuperar un retrato de su tía Adele pintado por Gustav Klimt, un cuadro valorado en más 100 millones de dolares que se exhibe en el museo Belvedere de Viena, este cuadro junto con otras propiedades fueron saqueados por los nazis a su familia cuando Austria fue anexionada a Alemania.

Maria y Randol se topan con la burocracia y la indiferencia de las autoridades austriacas, pero gracias a un periodista independiente, Hubertus Czernin (Daniel Brühl) consiguen apoyo logístico para sus reivindicaciones, aunque el muro sigue infranqueable.

Alimentada la historia con diferentes flashbacks, Maria revive su pasado en Viena, una familia judía, amantes de las artes y de la intelectualidad austriaca de entreguerras, una breve visión de Klimt pintando a su tía Adele, deja entrever alguna relación entre la modelo y el pintor, las escenas felices de la boda de María contrastan con los desfiles de las tropas nazis y la represión a la comunidad judía. Todas esas imágenes pasan ante nuestros ojos como un reportaje de época, aunque los nazis y el pueblo austriaco son retratados con una pincelada gruesa, sin matices, en el pasado y en el presente, desde el antipático conserje de hotel hasta el anónimo neonazi que increpa a la asustada María a las puertas del juzgado. Algunas escenas de tensión del pasado dan paso a la dura lucha de Maria con el presente. Sorprende la actitud del abogado Randol Schoenberg que da a entender que ha vivido toda su vida de espaldas a la dramática historia familiar, y ese periodista austriaco que con su actitud quiere expiar el pasado familiar, todo de golpe.

La actuación de Helen Mirren sirve para constatar que se gusta en esos papeles de señora seria pero al mismo tiempo con toques de elegancia y “savoir faire”, el contrapunto a su actuación la da ese Ryan Reynolds que parece que duda hasta de su personaje, el resto ponen su sonrisa según el rol que les toca vivir o serios y con mala leche los que se oponen a la demanda de Maria.

La dama de oro es una película entretenida, que les puede hacer pasar un buen rato, pero que no aporta ninguna novedad y el director consigue una película que realizada en el 2014 parece una película vieja que no clásica.

  • Estreno 10 de abril de 2015
  • Director: Simon Curtis
  • Guion: Alexi Kaye Campbell
  • Reparto: Helen Mirren, Ryan Reynolds, Daniel Brühl, Tatiana Maslany, Charles Dance, Katie Holmes, Antje Traue, Max Irons, Elizabeth McGovern, Jonathan Pryce, Tom Schilling,Moritz Bleibtreu, Anthony Howell, Allan Corduner, Henry Goodman

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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