La enfermedad de las encías, también llamada enfermedad periodontal, es un problema muy extendido en la población y puede tener un impacto terrible sobre la salud. Por ejemplo, se ha demostrado su relación con algunas enfermedades cardíacas.
Los colegios de odontólogos españoles afirman que uno de cada dos adultos tiene alguna forma de enfermedad periodontal. Es una cifra preocupante y, por desgracia, los niños también son susceptibles.
Sin embargo, la enfermedad de las encías puede tratarse y, aún mejor, puede prevenirse.
¿Qué es la enfermedad de las encías?
Todos tenemos bacterias en la boca. Estas bacterias crecen y forman una placa que, si no se elimina, acaba formando sarro. En las primeras fases de la enfermedad, ciertos tipos de bacterias hacen que las encías se enrojezcan, se hinchen y sangren con facilidad, especialmente cuando se cepillan los dientes. Esta etapa se denomina gingivitis, que es la inflamación de las encías, y en este momento no se ha producido ningún daño permanente. Las visitas periódicas al dentista y los buenos hábitos de higiene bucal en casa pueden revertir el proceso en esta fase.
Si la gingivitis no se trata, puede evolucionar hacia la periodontitis, lo que significa que las encías que rodean los dientes se han infectado. En esta etapa, la placa crece por debajo de la línea de las encías y hace que la capa interna de la encía y el hueso se separen de los dientes y formen bolsas. Estas bolsas recogen las partículas de comida y permiten que crezca más placa y se convierta en sarro, entonces el tejido circundante puede infectarse. A medida que aumenta la pérdida de hueso y tejido gingival, será necesario someterse a cirugía periodontal o los dientes comenzarán a sentirse sueltos y, finalmente, se perderán.
¿Cómo saber si se tiene una enfermedad de las encías?
La enfermedad periodontal puede ser indolora, con pocos signos de advertencia, y puede afectar sólo a unos pocos dientes, o a todos ellos. Sus síntomas pueden comenzar con encías que sangran al cepillarse los dientes o si están sensibles, rojas o hinchadas. El mal aliento o mal sabor de boca que no desaparece, el dolor al masticar y la sensibilidad dental también pueden ser señales de advertencia. Con el tiempo, se observará una retracción de las encías y el crecimiento de bolsas entre los dientes y las encías. Los síntomas de la última etapa incluyen dientes flojos, cambios en la forma en que los dientes encajan al morder e incluso pus visible alrededor de los dientes y en las encías.
¿Quién puede padecer la enfermedad de las encías?
Cualquiera puede padecer una enfermedad de las encías, incluso los niños. Aunque la acumulación de placa es la causa principal, hay otros factores que pueden contribuir a la enfermedad periodontal. Una mala higiene bucal conduce a la acumulación de placa, lo que aumenta en gran medida el riesgo de padecer una enfermedad de las encías. Sin embargo, los dientes mal alineados que son difíciles de limpiar correctamente, los empastes defectuosos e incluso el estrés también pueden aumentar el riesgo. Fumar dificulta la reparación del tejido de las encías, lo que hace que se infecten más fácilmente. Otros elementos que están fuera de nuestro control, como la genética, también intervienen. Algunos medicamentos aumentan el riesgo de padecer enfermedades de las encías porque afectan negativamente a la salud bucodental al provocar un crecimiento anormal del tejido gingival o al disminuir la producción de saliva, lo que reduce su capacidad para proteger los dientes y las encías. Otro factor de riesgo son los cambios hormonales provocados por el embarazo, la menopausia, la menstruación y la pubertad. Estos cambios hormonales hacen que tus encías sean más sensibles, permitiendo que la gingivitis se desarrolle más fácilmente.
Dado que los niños pueden ser susceptibles de padecer enfermedades de las encías, es importante llevarlos a las limpiezas dentales periódicas y enseñarles buenos hábitos de salud bucal, como la forma correcta de cepillarse los dientes. Cuando los niños llegan a la pubertad, los cambios hormonales en su cuerpo aumentan el riesgo de desarrollar gingivitis, especialmente en aquellos que tienen una mala higiene dental.
Prevención y tratamiento de la enfermedad de las encías
La gran noticia sobre esta enfermedad en particular es que hay muchas medidas que se pueden tomar para prevenirla. El primer paso es cuidar la higiene dental, cepillándose dos veces y utilizando el hilo dental una vez al día. Las limpiezas dentales periódicas son importantes para la salud bucodental, y también es una buena idea consultar a un dentista experto en periodoncia si se tienen dientes torcidos que sean difíciles de mantener limpios, ya que eso aumenta el riesgo de padecerla.
Si crees que tienes enfermedad de las encías, es importante que acudas a tu dentista lo antes posible. Cuanto antes comiences el tratamiento, más fácil será su curación. En las primeras fases de la gingivitis, una limpieza profesional junto con el mantenimiento de los buenos hábitos de higiene bucal puede ser suficiente para revertir el proceso. Los enjuagues bucales antibacterianos también pueden ayudar a reducir las bacterias causantes de la placa.
Si es necesario eliminar la placa o el sarro de debajo de las encías, tu dentista realizará un procedimiento de limpieza llamado raspado. Tras emplear anestesia local, el dentista raspará toda la placa y el sarro de tus dientes. El alisado radicular puede acompañar a este tratamiento, para alisar las zonas ásperas de la raíz del diente, con el fin de eliminar las bacterias y permitir que las encías vuelvan a adherirse a una superficie limpia.
Si sospechas que tienes este problema, es vital que tomes medidas inmediatas para revertir el proceso. Aunque es una enfermedad crónica para muchas personas, se puede curar con un tratamiento adecuado y una buena higiene dental. Mejor aún, toma medidas para prevenirla con limpiezas dentales periódicas y cuidando tus dientes mediante una buena nutrición y hábitos de higiene bucal.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.