Arqueozoóloga de formación, Fred Vargas se ha hecho mundialmente famosa como autora de novelas policiacas que publica principalmente en dos series: la de Los tres evangelistas y la protagonizada por el comisario Jean-Baptiste Adamsberg. A esta última pertenece su obra más reciente, Cuando sale la reclusa, una novela que trata los temas que más interesan a la autora: Edad Media, el medio ambiente, la arqueología, la literatura, la violencia de género y la psicología.
Cuando sale la reclusa es la novela decimocuarta de Fred Vargas y la novena protagonizada por el comisario Jean-Baptiste Adamsberg. Heredera de la magnífica, Tiempos del hielo, nos encontramos con el más ambicioso trabajo hasta ahora, de la autora gala.
Sinopsis:
El comisario Jean-Baptiste Adamsberg, tras unas merecidas vacaciones en Islandia, se interesa de inmediato a su regreso a Francia por la muerte de tres ancianos a causa de las picaduras de una Loxosceles rufescens, más conocida como la reclusa: una araña esquiva y venenosa, pero en ningún caso letal. Adamsberg, que parece ser el único intrigado por el extraño suceso, comienza a investigar a espaldas de su equipo, enredándose inadvertidamente en una delicada y compleja trama, llena de elaborados equívocos y profundas conexiones, cuyos hilos se remontan a la Edad Media. Un caso elusivo y contradictorio que se escapa a cada momento de las manos del comisario, haciéndole regresar a la casilla de salida. Solo sus intuiciones, tan preclaras como dolorosas, serán capaces de devolverle la confianza que necesita para salir ileso de la red tendida por la más perfecta tejedora…
La obra de Fred Vargas
Sería reduccionista encuadrar a Fred Vargas en la novela negra. Ella puede medirse en cualquier género y categoría, destacando en todos. La arqueología, los mitos y leyendas, la antropología cultural, la entomología o la época medieval, son temas recurrentes en la obra de Vargas. Pero lo que hace pasar de ser una novelista, a una gran novelista, es la disección precisa del alma humana. Y sin poder decir que ya lo ha conseguido, Fred Vargas se perfila como una novelista de altos vuelos. Quizás las tramas policiales y su éxito, le han hecho que no aborde con contundencia la novela de pensamiento, de ideas. Entiéndame, no me refiero a la novela realista, en todo caso al realismo novelístico, a la novela entendida como una obra de arte.
Una novela pensada como un pasatiempo, a veces es más profunda que la novela pretendidamente sesuda, que dejando al margen la creación de personajes con biografía e idiosincrasia propia, nos hace sufrir a un autor que pesadamente nos explica su vida y sus opiniones. Cosa que no hace Fred Vargas.
A veces, la metáfora, el mundo interno del cuento y la fantasía tiene sentido, más sentido que el mundo externo que consideramos real. Todo relato es metáfora.
Fred Vargas pone a sus personajes dentro de tramas de intrigas, pero más que la intriga en sí, como dijo Patricia Highsmith, lo que la interesa son las motivaciones del asesino. Cómo una persona que se considera normal deja aflorar sus instintos. Si en el mundo animal cada especie tiene su depredador, el ser humano lo es para sí. Si los crímenes son en masa a los autores se les considera… Patriotas, héroes, soldados de Cristo o Alá… defensores de “nuestra forma de vivir”… Si el crimen o crímenes son, permítanme decirlo así, en el ámbito de lo privado, entonces es un simple asesinato que llenará las planas de un tabloide de sucesos. Curiosamente, nos horrorizan más estos últimos, quizás porque no podemos esconder en el colectivo nuestra propia naturaleza criminal.
Sin llegar a entrar en estas reflexiones explícitamente, Cuando sale la reclusa es una sólida y amena, muy amena novela de una autora que está revolucionando el género policial; que huye de los lugres comunes y estereotipos, y de la simple gacetilla alargada de la crónica negra, las más de las veces laudatoria con los cuerpos de seguridad.
La mayoría de las obras de Fred Vargas están en la colección Siruela Policiaca, de Ediciones Siruela.
Periodista, fotógrafo, escritor e investigador.