Las empleadas de hogar denuncian su situación continua de explotación y exigen medidas urgentes para regularizar y dignificar su trabajo como es debido.

empleadas de hogar
Isabel Escobar de Sindihogar

A finales de diciembre en la Iglesia de Santa Ana de Barcelona un grupo de inmigrantes y otras personas que apoyan su causa realizaron una huelga de hambre de una semana para reclamar sus derechos. Las entidades que organizaron el acto fueron Todos y Todas, Coordinadora Abrimos Fronteras, Stop Mare Mortum, Asamblea de Inmigrantes y Refugiados 2 de abril, Cornellà Sense Fronteres i Sindihogar. En R@mbla hablamos sobre la situación de las empleadas de hogar con una representante de Sindihogar.

Hoy en día vivimos en una sociedad rápida, cambiante y fría, muchas veces nos interesan los resultados pero no los procedimientos que estos conllevan. Esto produce que haya muchos ámbitos en la sombra, todo el mundo sabe que están ahí pero prácticamente no se habla de ello. En este artículo daremos luz a uno de esos mundos laborales no tan reconocidos por nuestra sociedad, los trabajos del hogar y cuidados.

Para completar nuestra información hemos hablado con Isabel Escobar de Sindihogar, el primer sindicato de mujeres inmigrantes de Barcelona formado en el 2011.

En primer lugar hay que tener muy presente que en este mundo laboral se encuentra una parte importante de la economía sumergida del país, ya que mucha gente al tener que contratar una persona por un par de horas a la semana no ve rentable el dar de alta en la Seguridad Social. Este espacio da lugar a que el trabajador o trabajadora (trabajadora mayoritariamente) está expuesto a las condiciones que pone la persona contratante, tanto de sueldo como horario. Se acusa de estas situaciones no tanto a los particulares que contratan sino a un sistema burocrático ineficiente para este tipo de situaciones.

Encontramos que entre las empleadas de hogar hay un elevado por ciento de mujeres inmigrantes que se dedican a este sector, Isabel nos confirma que no es una casualidad: Se trata de un sistema de semiesclavitud . Ella mismo nos contó cómo vivió en carne propia algunos casos realmente sorprendentes. Por ejemplo: Entró a trabajar en una casa sin estar asegurada, ni siquiera querían saber su apellido, su tarea era en un principio la limpieza de esa casa únicamente, con el tiempo la hicieron trabajar en una segunda residencia que tenía la familia y cocinar para la persona de avanzada edad que vivía allí por el mismo sueldo, hasta que un día le dijeron que ya no la necesitaban más y sin más explicaciones la despidieron. Otro de los problemas con los que se encuentran muchas trabajadoras es el tener que aguantar todo tipo de insultos y denigraciones hacía su nacionalidad.

Hay grandes empresas que han invertido para entrar en este sector al ver la gran cantidad de gente que envuelve, no obstante las condiciones de las trabajadoras en estas grandes empresas no son mejores que la de las casas particulares. Las empresas saben bien que estas personas necesitan el trabajo para mantener sus papeles, y juegan con ese factor, saben que aceptaran condiciones bajas por pura necesidad. Ante este panorama no hay un convenio definido como en otros ámbitos que dé cobertura a las empleadas de hogar.

Una de las criticas fuertes apunta a la ley de inmigración, a las trabas administrativas para conseguir la tarjeta de residencia que a su vez da el derecho a un trabajo regulado, lo que al final produce una enorme cantidad de inmigrantes que se ven forzados a trabajar en negro, o incluso a volver a su país. De esta manera se consigue una mejor explotación, frecuentemente te dicen: -si tu no quieres el trabajo tengo 100 más esperando- afirma Isabel. La Ley de extranjería produce dos grupos de sin papeles: los que no han obtenido nunca el permiso de residencia y los que no la han podido renovar por no disponer de un contrato laboral de un año.

Para luchar contra todas estas irregularidades surgió el sindicato Sindihogar en el año 2011, los objetivos son conseguir la aprobación leyes y deberes para proteger a las trabajadoras. Las reclamas principales son el derecho al paro, una cotización que permita una jubilación digna para todas las empleadas del hogar, un convenio realista que se pueda aplicar y salir de la invisibilidad actual.

Desde esta plataforma no quieren colaborar con otros sindicatos como CC.OO o UGT, ya que desde su punto de vista no han conseguido mejoras reales para los trabajadores y al final se ponen del lado del empresario. Confían en otras organizaciones más pequeñas como Asociación Mujeres Pa’lante; Asociación Mujeres Migrantes Diversas; Las Libélulas del Centro Boliviano Catalán

Para visibilizarse y darse a conocer desde el sindicato Sindihogar se realizan varias actividades culturales como charlas reivindicativas en centros cívicos con mesas redondas y debates, o eventos gastronómicos como Sabores y Saberes donde realizan un catering mezclando muchas culturas diversas (América, India, Nepal). Cada año realizan las Migròctones, unas jornadas de reflexión, debate y recreación para mujeres migrantes y autóctonas, estas jornadas se presentan como un espacio de co-creación de redes y alianzas a su entorno.

Para revertir esta situación hay que empezar por abajo, por el día a día cotidiano de todas las personas, concienciar a todo el mundo que el trabajo del hogar es tan digno y necesario como cualquier otro. Cuando hablamos de trabajos del hogar muchas veces caemos en el error de que solo envuelve a las tareas de limpieza, pero hay muchos casos en que hay que cuidar a una persona que no se vale por sí sola, entonces hablamos de un trabajo especial que se ha de realizar con un cuidado y un cariño que muchas veces no se valora debido a nuestros prejuicios sociales. Una vez conseguido esto será mucho más fácil exigir unas condiciones mínimas de dignidad a la administración pertinente.

Para acabar este artículo me gustaría realizar una pequeña reflexión, como sociedad tendríamos que tener una memoria colectiva mucho más presente, ser más conscientes de donde procedemos. Recomiendo a todos los interesados que visualicen el famoso documental titulado el Tren de la Memoria, en él se narran las experiencias de los españoles que tuvieron que emigrar forzosamente durante los años cincuenta i sesenta a Alemania y otros países europeos como consecuencia de la precaria situación económica de la España franquista del momento. La enorme cantidad de trabajo que tuvieron que realizar con condiciones lamentables, los salarios que recibían en comparación del trabajo que realizaban, la lucha contra la soledad de estar lejos de su país y el contacto con los suyos, el recibir en muchas ocasiones un trato por parte de los demás como si fueran ciudadanos de segunda sin derecho a nada … Todo lo que tuvieron que luchar merece un reconocimiento muy grande, pero no debemos olvidar que esta situación también se está produciendo hoy en día en nuestro ya muchos otros países.

Por lo tanto creo que todos tenemos una obligación y una responsabilidad, y del mismo modo que nos emocionamos al recordar estas historias hay que actuar y ayudar a que no se repitan. Luchar por las igualdades de todos los trabajadores independientemente de su procedencia, y sobre todo frenar los movimientos que utilizan un discurso cargado de demagogia y que esconden un contenido xenófobo y totalitario, un fantasma que parecía olvidado y vuelve a aparecer tanto en Europa como en la comunidad Internacional.

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