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Desde hace meses, un número de afectados por las famosas participaciones preferentes, deudas subordinadas y demás productos tóxicos, se manifiestan cada martes ante la Bolsa de Barcelona como forma de protesta. La indignación y la impotencia que sienten, se refleja en sus rostros y no dudan en arremeter contra las entidades financieras por las que se han sentido engañados. Y es que, claro, la cosa no es para menos, si tenemos en cuenta que todos esos productos se les habían ofrecido como depósitos seguros, muy rentables y que podrían recuperar cuando quisieran, y la realidad ha sido muy diferente. Miles de personas se están viendo atrapadas en una trampa, la de saber que tienen sus ahorros en un banco y que no podrán disponer de ellos durante muchos años o incluso, en algunos casos, nunca, debido a la avanzada edad de alguna de ellas. Ya se está hablando de más de un millón de afectados, unos 400.000 en Catalunya, y más de 50 bancos y caixas se cuentan como la parte responsable de este feo asunto.

Para intentar comprender ese caos económico al que se enfrentan estas familias, es primordial saber en qué consiste ese producto que han comprado y de qué manera las entidades lo han vendido y gestionado. ¿Qué son las participaciones preferentes? Montse Serrano, abogada del grupo Jurídico-Social del Colectivo Ronda nos las define como “valores atípicos emitidos por una sociedad y que tienen unas características inherentes y fundamentales. Una de ellas es la perpetuidad lo que quiere decir que no existe una fecha de vencimiento en que la entidad esté obligada a devolver el importe nominal depositado en el banco. Otra característica es que no tienen una rentabilidad garantizada, porque esos intereses o cupones que deben abonarse periódicamente, están condicionados por la existencia de beneficios distribuibles por parte del banco. Y además, el capital tampoco está garantizado porque está sujeto a pérdidas.”

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Montse Serrano.

Sabemos que este tipo de productos cotizan en mercados secundarios y están supeditados a la voluntad de otros compradores que quieran adquirirlos. Así que en este punto nos advierten de otro problema: “Fruto de la bajada de los tipos de intereses y de la situación financiera global,  estas órdenes de venta que daban los clientes a las entidades bancarias se han ido retrasando hasta llegar al punto de que este mercado secundario se ha paralizado. A nadie le interesa ya adquirir estos productos. Por lo tanto, el problema ya no es que lo puedas vender en cualquier momento, sino que además la entidad bancaria tampoco está obligada a devolverte el dinero”.

Pero lo más indecente de este caso, es la falta de escrúpulos demostrada por caixas y bancos para colocar estos tóxicos a las familias. Cuando llegó el momento en que las entidades necesitaron recapitalizarse no dudaron en acudir a jubilados y a pequeños ahorradores, ocultándoles información acerca de la naturaleza y características de la inversión, y del riesgo que implicaba para sus bolsillos una operación financiera de este tipo. Montse Serrano nos habla del reconocimiento de este tipo de acciones por la jurisprudencia “El problema es que es un producto que se comercializó a un público no adecuado y al que no se le informó adecuadamente, cuando existe expresamente una normativa estricta que protege a los consumidores, la ley del mercado de valores. Esta ley establece unas exigencias muy estrictas a las entidades financieras que comercializan estos productos de inversión, acerca de la  diligencia, transparencia e información. En este caso, todo esto  se lo han saltado descaradamente y han abusado de la confianza de la gente, porque muchas veces ha sido el mismo director de la entidad, con quien se tenía un trato desde hacía 30 años, quien ha llamado al cliente recomendándole que invirtiese en este tipo de producto. Es más, incluso a las preguntas habituales de “¿podré disponer del dinero cuando quiera? o ¿tiene algún riesgo?” respondían que no había ningún problema en ninguno de los sentidos.”

Ante todo este “desfalco” en las economías de las familias llama la atención la negligencia tanto por parte del Banco de España como de la Comisión  Nacional del Mercado de Valores por no haber puesto freno a estas acciones. Muy ingenuos tendríamos que ser para pensar que estos organismos  desconocían que las entidades se estaban capitalizando a costa de estos productos. Respecto a este tema, Montse Serrano considera que “tenían que haber velado por el correcto funcionamiento en la comercialización de estos productos, porque otra de las obligaciones que tienen los bancos es estudiar el perfil del cliente y ver si esa persona está capacitada para comprender las características y riesgos del producto. Aunque se explique el producto tienen que asegurarse que el cliente lo ha entendido. A parte de tener también en cuenta si la inversión le iba a ser adecuada o no según su situación personal, porque si sabes que ese dinero lo necesitará para, por ejemplo, pagar la carrera de su hijo, evidentemente unas preferentes o unas subordinadas no serán muy convenientes en ese caso. ”

Cientos de personas ya han sido asesoradas por el Colectivo Ronda, en su mayoría se trata de gente mayor a las que después de analizar el producto en el que han invertido se les habla de las posibilidades que hay para solucionar el problema y se les anima para sigan con sus demandas ya que son viables jurídicamente porque hay incumplimientos muy flagrantes de la normativa que protege al consumidor. Para Montse Serrano “las movilizaciones son importantes y cuentan con todo nuestro apoyo pero desgraciadamente eso no es suficiente para resolver el problema. Dudamos que las entidades bancarias se cansen de las pancartas y les devuelvan el dinero. Por lo tanto estamos convencidos de que la solución ha de pasar por un juez que dictamine, ya  que es el único que tiene potestad para decirle a un banco que tal contrato es nulo o que ha de devolver el dinero. Nosotros estamos optando por la vía civil por considerarla la más segura para ir en contra de la entidad, que es quien firma el contrato, y porque el procedimiento también es más corto. En muchos casos intentamos que estas demandas sean conjuntas porque hay muchos de ellos comparten hechos fundamentales. De esta manera, se hace más fuerza y se transmite en los juzgados que no se trata de casos aislados, a parte de que además se abaratan costos. Otros casos, por sus particularidades, es mejor presentarlos individualmente. También tenemos en cuenta los casos de gente a las que las entidades les están proponiendo alguna solución como cambiarles los productos tóxicos por acciones. Estos también pueden demandar.”

Llegados a este punto, en que la parte técnica de estas participaciones preferentes queda aclarada, pasamos a comprobar in situ, un martes por la tarde delante de la Bolsa de Barcelona, que nos cuentan los afectados. Nos encontramos con situaciones de lo más sorprendentes. Desde personas que habían recibido llamadas de mismísimos directores de sus sucursales animándoles a invertir en este tipo de productos tóxicos, vendiéndoselos como algo rentable y seguro, a gente que fue al banco para poner su dinero en un plazo fijo y cuando decidió sacarlo se encuentra que no puede hacerlo porque se lo han colocado en unas “misteriosas” participaciones preferentes de las que no habían oído hablar en su vida.

altPor ejemplo, el caso de Manuel Figueroba, un afectado por la Caixa Catalunya, es el de un señor que compró unas participaciones preferentes que, según le informaron en su entidad, era un producto que le iba a dar un interés más alto y con la comodidad de poder disponer de su dinero en cuanto él quisiera.

Manuel nos explica que “no me avisaron del riesgo que tenía este producto. Yo fui vendiendo algo de vez en cuando pero muy poca cantidad, hasta que un día me llamó el director y me dijo que ya no podía vender más por la mala situación en que se encontraba la entidad. El caso es que ahora me encuentro con que he perdido los intereses y encima no puedo sacar el dinero porque lo tienen bloqueado. Yo ya he denunciado través de ADICAE y en cuanto a apoyo de partidos políticos sí que lo tenemos, excepto del PP y CIU, pero de momento no vemos que se esté moviendo nada.”

altLuis Marco tiene el problema con Catalunya Caixa, no puede disponer de un dinero que había cobrado de dos indemnizaciones, una por un accidente y otra de un despido.

Nos cuenta lo que le dijeron en su entidad cuando fue a ingresarlo: “A mi me lo vendieron como si abriese un plazo fijo sin ningún tipo de riesgo. Me enteré que lo que había comprado eran unas participaciones preferentes cuando leí en prensa todas las movidas que estaban habiendo en los bancos y fui a la Caixa para comprobarlo. Esto ha sido una canallada, nadie me avisó de toda esta porquería y encima no podemos disponer de nuestros ahorros, después de habernos privado de muchas cosas. Incluso sé de gente que necesitan este dinero para ayudar a sus hijos para que no les echen del piso y no les dejan sacarlo. En mi caso, ya bastante dolor sentí por mi accidente y por el despido para que ahora estos ladrones se queden con mi sudor”.

altÁngeles Fernández es de Cornellá y lleva 40 años trabajando con la Caixa de Pensions, entidad que les ha gestionado todo, hipotecas, préstamos, etc. Un día decidieron poner a plazo fijo un dinero que tenían ahorrado y acudieron a su sucursal: “La condición fue que el plazo sería de 10 años pero que si por cualquier cosa lo necesitásemos, podíamos sacarlo. La realidad es que tenemos uno de estos productos tóxicos y no un plazo fijo. Y claro, como desconocíamos esto, pues lógicamente no pusimos en venta nada. Nos empezamos a mover cuando empezó a correr el rumor, entonces fuimos a la Caixa y allí nos tranquilizaron diciéndonos que todo estaba bien, que no nos preocupásemos. Pero más tarde hablamos de esto con mi hijo, decidimos ir a sacar el dinero y es cuando nos dijeron que no podíamos y que en todo caso, lo que podíamos hacer era pedir un crédito. Curiosamente, a raíz de esto nos hemos encontrado con que han ido moviendo a los empleados a otras oficinas.”

Mª José  a parte de ser cliente de Caixa de Pensions desde hace años, es vecina de la directora de la sucursal que como dice ella “les ha engañado”. Mª José acababa de prejubilarse y quería poner los ahorros junto con el dinero de su prejubilación en algo que le diese rentabilidad pero con la condición de recuperarlo sin problema. Como tenía amistad con la directora de la sucursal confió en ella: “En ningún momento nos habló del riesgo que corría nuestro dinero. Y cuando quisimos sacarlo nos dijeron que todavía no podíamos y que si necesitábamos algo tendríamos que pedir un préstamo. En definitiva, que nuestro dinero lo habían empleado en productos tóxicos. Ha sido un abuso de confianza.”

altFrancisco Caudi, afectado de la Caixa de Pensions explica: “Nos llamaron a casa y nos aconsejaron invertir en unos productos que ellos consideraban que merecían la pena. Yo, como siempre, aunque quien nos lo ofrecía era una persona que considerábamos de nuestra total confianza, le advertí que no quería nada que tuviese ningún riesgo y que pudiese recuperar cuando quisiese. No ha sido así.  Les he hecho una reclamación que, en principio no me la querían aceptar pero que al final lo han hecho, con sello y firma, aunque han puesto el No Conforme. Pero quiero decir que todo esto ha sido una estafa.”

altFina repartió unos ahorros entre Catalunya Caixa y Caixa Catalunya y en las dos entidades pidió que le abrieran un plazo fijo con la condición de que pudiese disponer de éste cuando lo necesitase. El problema lo ha tenido con Caixa Catalunya :“Cuando fui a poner el plazo fijo lo primero que hice fue avisarles que estábamos mirando un piso con ascensor para mi madre, para mejorar su calidad de vida porque es una señora mayor, por eso era importante que pudiese disponer del dinero en cualquier momento. Cuando por fin encontramos el piso fui a sacar los ahorros y cual fue mi sorpresa al escucharles decir que no podían dármelos. Habían colocado el dinero en preferentes y a 10 años. Menos mal que habíamos dividido el dinero en dos entidades y pude arreglar algo, pero todo esto ya estoy pensando en denunciarlo.”

A la vista está que la manera de comercialización de este producto por parte de las entidades financieras no ha sido la adecuada, ni por el tipo de cliente al que ha sido dirigido, ni por la gestión que han hecho de ese dinero, ni por la falta de ética profesional demostrada. El número de afectados sigue aumentando en la medida en que acude al banco para comprobar el estado de sus ahorros y se encuentra con la desagradable sorpresa. Ahora sólo queda esperar que la justicia actúe lo antes posible, que se pidan responsabilidades a los directivos de las entidades implicadas y que todo ese dinero vuelva a los bolsillos de las miles de personas que a día de hoy tienen que seguir manteniendo sus ahorros en caixas y bancos en las que han perdido toda su confianza.

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