A un día del referéndum convocado por Tsipras en Grecia en torno a las últimas propuestas de la Troika, el pueblo griego está repartido entre un sí y un no que se auguran parejos. Más allá de las especulaciones sobre los resultados, los propios ciudadanos defienden su postura en diálogo con este medio, desde Atenas y Esparta.

Alexis Tsipras pide un no; Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea (CE), pide un sí. Ante la convocatoria para este domingo de un referéndum sobre las condiciones impuestas por la Troika para prorrogar el rescate financiero a Grecia, las izquierdas europeas se alinean con el primer ministro heleno y las derechas con la CE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los estados miembro del Eurogrupo.

Sin embargo el juego, al menos por estos dos días, ha dejado de estar en su campo. La pelota la tiene ahora el pueblo griego, que en las urnas podrá expresar por sí mismo el futuro que quiere para su país. Las encuestas van y vienen, desorientadas por las supuestas fluctuaciones en intención de voto. El instituto demoscópico Alco publicaba ayer para el diario Ethnos, que un 44,8% de los griegos respalda el sí,  frente al 43,3% que lo rechaza. Un día antes, en cambio, el sondeo elaborado por ProRata para el diario heleno Syntakton, auguraba que el 54 % de los griegos planea votar ‘no’ en el referéndum en Grecia sobre el acuerdo con los acreedores internacionales y solo el 33 % le daría el apoyo al ‘sí’. El voto afirmativo, en cualquier caso, reflejó una tendencia al alza con respecto a las primeras encuestas, tras la decisión del Gobierno griego de efectuar el “corralito”. Las restricciones impuestas a los ciudadanos a la hora de sacar dinero en los bancos hizo que bajara levemente el porcentaje de adhesión a la postura del Ejecutivo de Tsipras; un descenso que también podría deberse a la virulenta campaña por el ‘sí’ que llevan a cabo los principales canales privados de televisión.

De momento, el único dato real es el de la pregunta que el domingo aparecerá en las papeletas. “¿Debería aceptarse el acuerdo que fue entregado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en el Eurogrupo del 25 de junio, que se compone de dos partes y constituye su propuesta unificada?” es lo que están llamados a responder casi once millones de griegos.

Dimitris Lamprinos- 38 años- lo tiene claro: “Yo voy a votar que no. Incluso si hubieran llegado antes a un acuerdo o si el Gobierno nos hubiera pedido el sí, yo votaría que no”, afirma este profesor de español nacido en Esparta y residente en Atenas. “Un sí a la pregunta del referéndum de Grecia sería darle las llaves del país a los alemanes y quedarnos aquí solo para sufrir”, sostiene.

Dimitris explica que durante los días posteriores al anuncio de la consulta, los partidos de la oposición criticaron mucho el modo en que el presidente planteó la pregunta porque, según ellos, tendría que haberse formulado directamente en torno a la cuestión de salir o no de la Eurozona. “Syriza dice que votar que ‘no’ no significa abandonar la comunidad económica sino una herramienta para volver a negociar teniendo un arma más fuerte, la decisión del pueblo”, expone Lamprinos. “Tal como lo plantea, claro que favorece la victoria del ‘no’, porque se supone que la mayoría prefiere quedarse en la Eurozona.  Los que votan que sí es porque piensan que van a irse del euro”, afirma.

“A mí realmente no me importa que salgamos de la Eurozona porque permanecer bajo las condiciones que nos imponen los europeos lo considero un desastre”, defiende Dimitris. “Imagino que lo pasaremos muy mal por un par de años pero luego tendremos, por fin, la independencia nacional”.

Nikos- 49 años, dentista- considera, por el contrario, que es fundamental asegurar la participación de Grecia en la Eurozona y por eso va a votar que sí. “El primer ministro tardó mucho en llegar a un acuerdo y cuando al final lo consiguió, prefirió no apoyarlo y quitarse la responsabilidad de encima por creerlo lo mejor para su propio futuro político”, se queja Nikos. “O bien no sabía lo que hacía, o desde el principio tenía ya el objetivo de que saliéramos de la Eurozona, pero lo cierto es que, en realidad, sirvió a los planes de Schäuble [ministro de Finanzas alemán], que no quiere a Grecia en la comunidad económica”, remarca. Para este odontólogo residente en Esparta el abandono de la Eurozona acarrearía un desastre económico y el desempleo subiría aun más. “No hay futuro común para Grecia y Europa si votamos por el no”, concluye.

Referéndum en Grecia

El referéndum convocado para este domingo no solo presenta como opciones el apoyo o el rechazo a las últimas propuestas lanzadas por la Troika, sino que- como toda votación- cuenta con la tercera vía de la abstención. Entre quienes se quedan con esta alternativa, Spyros- músico, 39 años- explica que no irá a las urnas porque considera “una falacia”el plebiscito. “Después de cinco meses de negociaciones nos presentan unas condiciones inaceptables y encima quieren que seamos nosotros quienes respondamos ante estos asuntos puramente económicos”, reclama Spyros. “Ese no es mi trabajo, no tengo suficiente experiencia ni conocimiento, así que mi respuesta se basaría solo en el sentimiento”, asegura.

También Dimitris Giaouris- ingeniero en sistemas fotovoltaicos, 39 años- se decidió, finalmente, por no participar del referéndum en Grecia, dado que piensa que fue convocado “demasiado tarde”. Dimitris sostiene que Tsipras falló durante las negociaciones por “haber prometido cosas que lo condujeron a  un callejón sin salida”, aunque afirma también que las instituciones europeas “lo querían ver caer”.

referéndum grecia

Consultado acerca de un posible “Grexit”, el ingeniero opina que sería “un desastre” porque “no hay un plan preparado en el caso de que eso sucediera” y porque lo peor, según dice, es “el enorme y disfuncional sector público que, de la mano de la burocracia y la corrupción,  hicieron perder al Estado muchísimo dinero”. “Solo si alguien corta drásticamente con esto, podré ver un futuro mejor para Grecia, dentro o fuera de la Eurozona”, recalca Giaouris.

Pese a formar parte del 14 % de la población que- según las últimas encuestas- el domingo no se presentará a votar, Dimitris advierte que también encuentra una gran razón para apoyar el ‘no’ en el referéndum Grecia: “el sucio papel que jugaron algunos de la Unión Europea, aliados por sus intereses financieros, como la Señora Merkel”.

Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.

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